En una
ocasión alguien me preguntó sobre las principales atracciones turísticas que
tenemos en nuestra ciudad, yo me quedé un instante pensando sobre esta pregunta
tan “capciosa”, porque de verdad, me detuve en el abismo de mi memoria. Sentí
que estaba traicionándome, y con esto a todos los que en esta región vivimos.
De seguro los que leen estas líneas estarán pensando en Peribeca, pero les
recuerdo que la pregunta fue sobre la ciudad, es decir, “San Cristóbal”. Desde
hace algún tiempo hay una especie de virus que cuando hablamos de turismo sólo
pensamos en un pueblo como Peribeca y su estructura prefabricada decadente de
turismo, que mas parece una feria de San Sebastian improvisada cada fin de
semana, porque ni siquiera entre semana está habilitado.
Pero bueno,
continuando con la escasez de los lugares que conocemos, me veo en esta
diatriba sobre recomendar el centro de la ciudad o correr los turistas a los
pueblos del interior del estado. El centro es un hervidero de trabajadores de
la economía informal, comerciales que colocan sus baratijas en la mitad de las
aceras, y por supuesto, no pueden faltar los amigos de lo ajeno que andan por
doquier. Este cuadro se logra gracias las gestiones de los administradores de
la ciudad y del estado que hemos tenido a lo largo de la historia y que hoy día
no son la excepción.
Es lamentable
ver desaparecer las estructuras del pasado histórico, observamos cada día cómo se
esfuma a medida que se siguen adoptando políticas populistas y carentes de
ideas, que sólo se preocupan por intereses electorales, y nosotros, los que
convivimos en nuestra ciudad, tenemos que seguir soportando el peso de la
desidia.
Si revisamos
nuestro recorrido en el “Centro histórico” sólo veremos espacios donde el caos
es triunfante, donde es imposible caminar por las avenidas y hacer un paseo por
la Plaza Bolívar, junto con el Centro Cívico es toda una travesía de peligro
extremo. Hoy día estos espacios no son ni la sombra de lo pensamos era parte de
una arquitectura digna para una ciudad que la necesita.
Si paseas
por la zona de Edificio Nacional, vemos
la cantidad de construcciones que podrían llamarse “joyas de la arquitectura”
(por el momento histórico en el que se erigieron), sólo sé que ahora están
venidas a menos, esperando algún momento para que alguien rescate estas áreas,
que sería de extraordinario atractivo turístico si se colocará espacio para el
disfrute del peatón común y corriente. Claro, tomando en cuenta que se
iluminara dignamente y existiera un verdadero servicio de seguridad ciudadana
que protegiera los intereses de los sancristobalenses, porque seamos claros, es
más peligroso toparse con un policía que con un antisocial.
Les aseguro
que el alcalde o gobernador que se digne a arreglar el Centro, podría quedarse
eternamente en su puesto y sería aclamado como más el proactivo de todos los
que por allí han pasado.
Siguiendo
el recorrido, un poco mas hacia las carreras 9 y 10, vemos que el Palacio de Los
Leones ahora parece el refugio de los gatos nocturnos y un poco mas adelante, la
iglesia San José está en el abandono de la oscuridad que la acecha y que nos
invita por completo al olvido. De lo que alguna vez se intentó hacer, es una
edificación estilo “gótico”, con aquello del rimbombante gusto sofisticado del kitsch
en la que se realizó, sólo queda un fantasma que se alza en la mitad del centro,
o el edificio del Liceo Alberto Adriani, que sería fantástico verlo iluminado y
con una visista guiada que traería como gran aliciente la llegada de turistas
ávidos de espacios para disfrutar tanto en el día, como en las noches cálidas
de nuestro valle.
Pero decirlo
y hacerlo es tan utópico, que me resulta una burla ver lo que hemos hecho con
nuestra ciudad, que espera, sedienta de espacios urbanos para los citadinos y
con áreas para el esparcimiento. Donde en lugar de tener miedo a salir por la
inseguridad y por las deplorables edificaciones, pudiéramos ver cómo se
restauran y se configuran zonas que son de alto valor estético y sobretodo histórico.
¿Será que
esto sólo lo veo yo? ¿Será que no hay sensibilidad ante tal abominación hecha
contra la ciudad? ¿O será que ha nadie le importa porque es mejor mantenernos
en la oscuridad del caos?
Espero algún
día alguien se digne meter la mano en este centro y realmente convertirlo en el
“Centro Histórico” de atractivo TURÍSTICO. De seguro es un sueño tonto que me
invento, pero ni modo estaré esperando algún día…
Por ahora
seguiremos viendo cómo a los turistas les hacen pasar el mal rato de ir a Peribeca,
y por supuesto, con su respectiva vuelta al Chorro del Indio que está en la
mismas condiciones que el resto de lo que nos rodea.