jueves, 29 de diciembre de 2011

El fin de año… y los Mayas


Ahora mismo en tiempos en que todo se acaba, en este instante que estamos en la recta final del año 2011, podemos presenciar a miles de personas con cientos de elucubraciones sobre el fin del mundo, que, de acuerdo con los programas amarillistas de la TV por cable estamos en la víspera de una hecatombe mundial. Veremos ciudades que se desvanecen como polvo ante la alineación de las estrellas, de mares y océanos venidos encima de grandes montañas donde ninguno de nosotros se salvará porque nos hemos portado muy mal y el que no tenga avioneta no podrá salvar su familia al mejor estilo de Hollywood.

Pues resulta que me parece una idea incomprensible recordando que el fin de los tiempos ha sido pronosticado una decena de veces desde el siglo XX, entonces, quedamos en las mismas. Por eso, sólo me resta decir que este año 2011 fue muy abrumador y el 2012 se ve aun más para tres agrupaciones que trabajamos en conjunto como son El Incinerador Teatro, el Grupo Experimental de Teatro UNET y el Grupo Bordes, el balance ha sido bastante positivo, con estadísticas que multiplicaron nuestras expectativas y que nos procuran aumentar considerablemente el número hacia el nuevo año.

Es necesario fijar metas y arriesgarnos en una propuesta de investigación más definida, más amplia y con mucha más fuerza que permita la incorporación de manifestaciones artísticas que hasta ahora nos ven desde el margen.

Estamos dispuestos a procurarnos más espacios para el desarrollo de nuestras actividades de manera física y virtual, donde podamos atender a más personas y que las investigaciones en el campo artístico sean más activas. De seguro este año veremos la consolidación de la Escuela de Espectadores, de la sala concertada que viene en camino, y de seguro con un Seminario que acoja a más de cien artistas tratando de mostrar cada uno su trabajo con mayor esmero y preocupación dentro del campo de la exploración. Esto es sólo una parte de lo que realmente pretendemos en cada una de las acciones que nos trazamos.

Estoy seguro que cada día más personas se adicionarán a nuestros talleres, cine-foros, funciones de teatro, conferencias, charlas, conversatorios y el seminario de las artes. Estas tres agrupaciones son el ejemplo de un trabajo mancomunado sin “subsidios oficiales” y “sin reclamos” a los demás miembros de la comunidad, demostrando una vez más que las cosas se emprenden con ganas y no con una visión metálica, que la vocación y la preocupación en las infinitas formas de expresión y su divulgación son más importantes que cualquier otro impulso.

Solo así es como se trabaja: con muchas ganas y compromiso desinteresado.

Esperemos que este 2012 nos deje de manifiesto, una vez más, que podemos avanzar hacia la consolidación de tres agrupaciones que no paran en ningún instante, que están a punto de publicar su programación cargada de espectáculos hasta octubre próximo.

Por supuesto que veo con muy buenas intenciones las acciones sobre las que nos enfilamos y dejamos una huella que está allí, sería realmente de tontos tratar de borrarla, es un espacio que nos ha permitido la dinamización, la innovación y la relectura de algunas áreas que hasta ahora estaban escondidas y se rompen los límites de disciplinas que estaban bastante aisladas unas de otras.

Desde los portales de cada una de las agrupaciones www.elincineradorteatro.com, http://teatrounetobras.blogspot.com y www.bordes.com.ve pueden entrar y enterarse de las propuestas que se generan y la variedad que tenemos en una ciudad como San Cristóbal para cada semana del año.

Así que eso del fin del mundo y que ahora nos queda menos de un año, me parece una tontería, cuando tenemos al frente a personas que están decididas a seguir programando y procurándose abrir cada vez más espacios.

Sólo me queda decirles que dejen de refugiarse en historias frágiles e inconsistentes y dedíquense a trabajar más arduamente cada día que pasa, por eso esperamos que este 2012 sea de un caudal de actividades más amplio.

Por cierto, los pobres Mayas no tienen la culpa que les hayan hecho esta publicidad tan deplorable y en su calendario no existe tal cosa, pero aquí no se los voy a explicar porque los que leen esta columna de seguro ya lo saben.

Sin embargo, me resta decirles que nos vemos el próximo año y no se les olvide que: EL ARTE ES UN PELIGRO PARA TU OSADA, PETULANTE Y ATREVIDA IGNORANCIA.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿Feliz Navidad?


Ya pasó la semana de la navidad, de nuevo vemos un ambiente de fiesta interminable que dura casi todo el mes de diciembre, de nuevo estamos preparándonos para reunirnos con los compañeros más cercanos, para estrechar los lazos de amistad y por supuesto de nuevo, dentro de tres días, estaremos todos con nuestras familias, buscando refugio en la tranquilidad, la paz y la armonía… y, esto es algo en lo que todos estamos de acuerdo.

Pero lo que me parece desastroso de estas fechas son las formas de ordenamiento comercial que ha realizado la alcaldía de SC en el centro de la ciudad y en Barrio Obrero (sólo por nombrar un par de puntos neurálgicos) ¿Eso es ejemplo de ordenamiento o es una cuota de auxilio al caos que nos envuelve y del cual estamos al borde de sucumbir?

No creo que haya detrás de esta idea de “ordenamiento” personas que utilicen el sentido común, cuando vemos que cada día empeora la situación y está todo al azar, o peor aún, desde la ley del más fuerte, o la ley del que se mueve a mas rápido en los vericuetos que permea la autoridad y que son gigantescos, o del oportunismo que nos es característico.
Convertimos una fecha que en teoría debería ser algo sublime, en una  hecatombe de la cual muchos no queremos, o no podemos, salir de nuestras casa por miedo a ser atropellados por los conductores sin cerebro que son el 90% de quienes tienen un carro, de los buhoneros no te deben utilizar las vías peatonales y tengas que exponerte en la mitad de la calle para que un conductor de la unidad de transporte te aplaste, para que los taxistas aumenten las tarifas de los servicios indiscriminadamente convirtiéndolos en la cabeza visible de los depredadores que abusan de la necesidad ajena.

Pero parece que esta situación sólo la vemos unos pocos habitantes que coexistimos en nuestra ciudad y que cada día nos preocupa más la insensible manera de administrarla.

Ya no estamos hablando de problemas de presupuesto, ya no es el problema de lo que dejaron los que pasaron, ya no es el problema de la imposibilidad de trabajar, ahora estamos en la evidente manipulación de votos que representa cada uno de los que salen a la calle a hacer sus “labores” de subsistencia cuando sabemos que hay un libre camino para la desidia.

Realmente preocupante la incómoda situación de una ciudad que esta venida a menos, de una navidad que se desdibuja en una bacanal que nos es más que el resultado de lo que fue alguna vez, ¿será que llegará en un futuro –espero no lejano- una persona con voluntad de trabajo, pensando en la ciudad como parte de la armonía y convivencia social…?  Lo dudo mucho, creo que estamos frente al mayor de los desordenes que no es más que una cadena de permisos sin control y de falta de autoridad que en este momento atraviesa por todo el país y nosotros no somos la excepción.

Esperemos que no sean sólo habladurías de una pancarta que dice “gestión y familia”, esperamos soluciones inmediatas y que se fomente una verdadera conciencia ciudadana.

Algún día espero despertarme y ver que las cosas empiezan a funcionar, aunque sea mediamente, aunque sea un poco, y ojalá sea pronto, necesitamos personas que realmente quieran trabajar, que deseen estar en sintonía con nuestras necesidades.

Por ahora sólo queda esperar a que pasen estos días y en algún instante asomarme a la puerta a ver si ya pasaron los vándalos con sus carros estridentes, la pólvora y la decadencia. Sin embargo, no creo que deje de disfrutar de estos días que son para eso para reencontrarse con los amigos, con los familiares y con los más allegados para tratar de pasarla bien. Tal vez alguno de los que esté leyendo esta columna tenga una feliz navidad, aunque a veces resulta un tanto difícil, pero pensemos que alguna vez la podremos tener.

Sólo me resta decirles que estuvimos durante todo el año con la columna y pienso seguir manifestando mi inconformidad con lo que está en medio de nosotros, que la pasen bien y recuerden: “El Arte es un peligro para la Ignorancia”, que por estos días anda desatada.

martes, 20 de diciembre de 2011

El ciclo infinito de SC


El tiempo es tan efímero que cada vez es más acelerado y más abrumador el paso de los días. Las diversas maneras y ocupaciones nos dejan encerrados en ciclos que no acaban en ningún momento y regresamos al punto de partida una y otra vez.

De nuevo llegamos al fin de año y estamos en la misma situación de hace doce meses atrás, con una ciudad que termina por caerse a pedazos, ante la mirada indolente de sus gobernantes y de una comodidad insoportable de sus habitantes. De nuevo veo cómo el centro es un hervidero de trabajadores de la economía informal, que no son más que votos que dejarán un período más a la alcaldesa y de una ciudad que está sumida en la oscuridad, pero que se mantiene al “pie del cañón” (ironía, por supuesto) en una lucha inútil contra el poder central.

San Cristóbal está siendo arrastrada por una corriente de desidia preocupante, con movimientos económicos que no son más que una respuesta a las interminables maneras de desorganización que tenemos. Si hacemos una lista de factores que contribuyen  a su deterioro creo que nos faltaría más de una página, y cada vez sería más extensa a medida que avanzamos.

He tratado de hacer una lista de abusadores en orden creciente que se refugian desde la imagen trabajadores. Los primeros, son los que ocasionan gran parte de los accidentes de tránsito: los motorizados. Estos caballeros son los dueños de las calles y que hacen cualquier acción frente a los ojos de las autoridades sin recibir ninguna reprimenda. Ya es difícil salir  a la calle en tu carro sin la zozobra de golpear a uno de estos señores que desconocen por completo las leyes de tránsito, así como tampoco tienen sentido común al momento de internarse en el tráfico. De seguro a muchos que andan por allí, les pasa lo mismo y no hay poder humano que sea capaz de colocar las normas y la reglamentación.

En este ranking de personas que carecen de sentido común al manejar están los conductores de las unidades de transporte colectivo como busetas y autobuses, que se han apoderado de todas las vías sin intención de devolverlas, porque es una aventura y una travesía insólita caminar por las calles sin ser atropellado por una de estas unidades. Los conductores demuestran que nunca recibieron una clase de manejo y menos aun, de modales, y por esta razón no saben que la ciudad es para compartir, donde todos tenemos derecho a transitar sin tanto miedo a quedar bajo las ruedas de un camión, o que tu carro, que tanto trabajo y esfuerzo has luchado para tenerlo, ahora esté convertido en chatarra gracias a que un señor de estos por su ignorancia de la ley de transito te lo aporreó.

Pero bueno, el mundo es así y no queda de otra más que esperar a que a cada uno nos toque el turno de ser aplastado y que nadie responda ante tales injusticias.

Y en última instancia, o si lo miramos de atrás hacia adelante, podemos ver la proliferación de un oficio que ahora no tienen control y que cualquier persona que medio tenga entendimiento lo pueda hacer y es el caso de los taxistas, que aumentan las tarifas cada semana, porque “ellos también necesitan comer”, me pregunto yo ¿Por qué suben a cada instante las tarifas? ¿Cuál es la excusa y por qué la alcaldía se mantiene callada ante tal injusticia y no dan soluciones al problema? Según leí en los medios, el aumento “nuevo” era a partir del 01 de diciembre, pero las líneas empezaron a cobrar los 25 bsf desde el 20 de noviembre (hace un mes) sin mediar palabra, y eres víctima de los atropellos de estos señores que manejan y que son los que ocasionan las mayores trancas y accidentes en el flujo vial. Los taxistas se han convertido en una especie de raza que se reproduce como virus para llegar al gran caos llamado San Cristóbal, donde todos pueden hacer lo que quieran y a nadie le dicen nada.

Por esta razón dudo al momento de salir de mi casa. Me niego a pasear por la ciudad, porque estoy a expensas de estos señores que acabo de mencionar. Espero algún día ver otra ciudad y que haya realmente personas que sientan compromiso por ella.
“Algún día” tendremos que romper este ciclo infinito.  

martes, 13 de diciembre de 2011

Se fue El Hombre de la Rata


Hace muchos años, cuando empezaba a acercarme a los intríngulis del teatro fui a un espectáculo en el Ateneo del Táchira y vi El Hombre de la Rata (a cargo de un grupo de San Cristóbal) cuyo autor del texto era el maestro Gilberto Pinto. La dramaturgia me resultó atractiva por su particular manera de narrar la historia de un hombre que buscaba un urinario, y después aparecía aquella idea hiperbólica de una rata que lo acosaba, que lo sometía a una tortura ideológica que lo dejaba totalmente devastado. Salí de allí queriendo hacer mil cosas, revisé cuanto pude del autor de la pieza, hasta pensé en las diversas maneras en que la podría montar –en caso de llegar algún día director de teatro- y me impulsó a seguir por estas rutas de las artes escénicas.

Este trabajo escrito por el maestro Gilberto Pinto fue tan impactante, que muchos de nuestra generación fuimos, de una u otra manera, influenciados por un estilo teatral que no sólo llegó hasta la Rata Gigante, sino que se aproximó a otras historias como La noche moribunda; Los fantasmas de Tulemón; Lucrecia; La buhardilla; La noche de San Juan, que juegan a lo absurdo con una dosis bastante caribeña, para acercarnos hacia una identidad teatral más venezolana, que se abre paso en medio de las corrientes foráneas  que nos ha tratado de empujar al caos de la investigación gestual.

El maestro Pinto que hace apenas unos días partió, para dar paso a una nueva manera de eternidad, nos deja su legado de más de sesenta años de aportes al teatro venezolano, un estilo de organizar el texto, de acercarse mas a los conflictos existenciales que poseemos y que son propios de una región como la nuestra. Es uno de los valores teatrales que hemos tenido y que instaura un movimiento de reafirmación de estéticas, y para ser mas exactos, de una poética de la venezolaneidad,  que permitió a nuevas generaciones vernos frente a retos que permiten la denuncia efectiva,  la instalación de un teatro que respira y vive en función de los medios sobre los que está inspirado y se innova a cada instante.

Es de nuevo un golpe que recibimos sobre ausencias físicas, que nos acerca a una tristeza por los que se van,  pero recapacitamos de inmediato y reconocemos la labor de un hombre que dedicó toda su vida a impulsar el enriquecimiento y afianzamiento de la formación del teatro venezolano. Un movimiento artístico que todavía hoy está detrás de ésta búsqueda y reafirmación de acciones que respondan de una vez por todas a la interminable manera de revisar nuestros imaginarios, como aquel hombre de la rata que se vino abajo para encontrarse a sí mismo y definirse como un habitante mas de un caos que sólo él podía entrar a restablecer. De la misma manera el maestro Pinto se dejó llevar por esta preocupación y trató de organizar una poética, que no sólo lo llevó a escribir historias dentro del teatro, sino que fue más allá y procuró abrirse paso en medio de una teorización en la formación del actor, siendo este uno de los aportes de mayor importancia para la orientación de nuevos directores.

Es una pérdida irreparable, pero ahora mismo estamos en la obligación de expandir su legado, de recalcar en las generaciones noveles de hacedores de teatro que debemos desempolvar los padres del teatro contemporáneo de Venezuela, y dejar que de allí renazcan las formas más idóneas de un teatro experimental que se atreva a exponer sin temores, las posibilidades de un texto dinámico, que se enlace con las vanguardias, pero al unísono, las funda para conformar un panorama estético más complejo y más interesante.

Desde esta columna espero podamos enviar una palabra de aliento y un mensaje de tranquilidad a su familia y sus amigos cercanos en un momento tan doloroso, pero deben estar seguros que el maestro Pinto está conforme con su trabajo, por su legado, por ser uno de los protagonista de un movimiento teatral contemporáneo en Venezuela.

Estamos de luto, pero de igual manera le agradecemos por este trabajo tan importante que durante más de sesenta años nos procuró y del cual algunos nos convertimos en sus fanáticos.

Se fue el Hombre de la Rata, pero nos deja sus relatos, sus historias, sus ideas y su vida…

El teatro le ha devuelto su trabajo en creces visiblemente en el reconocimiento que se merece y sólo me resta decir una vez y ante tales acciones tan loables que: El Teatro es un peligro para nuestra Ignorancia.

viernes, 2 de diciembre de 2011

¿Teatro DE niños o Teatro PARA niños?


El teatro cumple con una función política y pedagógica desde su propia concepción, por eso encontramos variadas formas de enfrentar las temáticas en las que nos aventuramos, como el caso de la más reciente publicación del Nelson Garzón titulada “Dos Obras para el Bicentenario” de la serie “Abre el telón, cierra el telón” bajo el auspicio del Consulado General de Venezuela en Cúcuta, Colombia. Nelson se convierte en un punto de referencia en el Teatro Escolar del Táchira (Venezuela), es un investigador en el área desde hace muchos años y le ha dedicado gran parte de su vida ahondar en las formas de expresión y representación de relatos entre los miembros de las comunidades educativas de la ciudad de Colón, así como lleva en su haber más de 50 piezas escritas, aun inéditas y que pronto estarán circulando por la red y otros medios de difusión.

La pregunta siempre es la misma cuando nos referimos a un tópico que está en el tapete desde hace algunos años ¿Es Teatro DE niños o Teatro PARA niños? El motivo de esta incógnita nace desde los hacedores de esta ramificación de las artes escénicas. Es un Teatro DE niños el que está realizado por los más pequeños, y ellos son los artífices de la performance, luego, se dice Teatro PARA niños cuando son los adultos quienes se encargan de contar e interpretar el relato, pero sin embargo encontramos en estos vericuetos la imagen de Teatro Escolar.

El Teatro Escolar es una de las variedades más abandonadas en nuestro entorno, visto como un elemento más dentro de una serie de “herramientas” que los docentes tratan de emplear, pero bajo una praxis bastante dudosa y nos deja frente a un teatro escolar DE niños bastante decadente y de poco impacto, dejando allí, una estela de conformidad en una disciplina artística tan importante. Es por ello que el trabajo que realiza Nelson Garzón con sus publicaciones es relevante, en el sentido que trata de realzar esta parte del desarrollo artístico y procura una dramaturgia que sirva de sustento a las actividades dentro del recinto escolar.

En este caso inicia su proceso de publicación con piezas de carácter histórico, aprovechando la disyuntiva y euforia en las fiestas del bicentenario, que son parte de un colectivo que aun no termina por asimilar estas celebraciones. Pero por encima de las apreciaciones de carácter valorativo, nos vemos frente a un dramaturgo de Teatro Escolar que intenta realizar un rescate de esta memoria histórica, con un espacio bastante inexplorado, sobretodo en nuestro estado. No es que no existan agrupaciones que se desarrollen en este campo, porque sería una injusticia imperdonable afirmarlo, sólo que estamos ávidos de cimentar un movimiento teatral que se base en dramaturgias regionales, que traten de realzar lo que está ocurriendo en nuestras comunidades y que se recojan estas voces de los que está en el borde.

Nelson Garzón es unos de los pocos trabajadores del teatro que se ha procurado recopilar su trabajo sencillo y rápido de puestas en escena en un testimonio escrito que pocas editoriales se muestran interesadas, conociendo de antemano que es un área que está en tela de juicio y que actualmente posee una mayor cantidad de adeptos y de trabajadores que exploran investigan y publican sus trabajos no sólo desde la dramaturgia sino desde la teorización de Teatro para los más pequeños, que incluye además, el teatro de títeres PARA y DE niños.

Este tipo de publicación es un aliciente que permite ver la dimensión de cultores que están mostrando su trabajo. Es el teatro escolar una herramienta indispensable para que el juego dramático entre como parte de una manifestación infinita de posibilidades que tratan de manifestarse, pero que por desconocimiento lo estamos dejando morir detrás de una simple fachada de un arte mal desarrollado.

La publicación de Nelson Garzón es un envión a la dramaturgia en búsqueda de un Teatro Escolar realizado por niños y esperamos seguir recibiendo noticias de esta índole, así como algún día espero ver de nuevo un festival de Teatro Escolar que tanta falta nos hace.

Sólo me resta decir y reiterar “El arte es un peligro para la ignorancia”.