Vas en tu
carro un día normal, esperas a que cambie la luz del rojo al verde, no sé si es
mi idea, pero estos instantes a veces son eternos cuando estas a punto de
llegar a tu casa después de un día colmado de trabajo insoportable. Bueno, el
caso es que estas allí, detenido detrás del volante dispuesto a meter el
embrague, empujas la palanca lentamente hacia adelante, cuando la luz cambia,
el carro empieza a rodar y te das cuenta que quien está al frente tuyo en la
fila no avanza, entonces comienzas a tocar la corneta desesperadamente. Allí
está, justo delante, una señora aferrada al volante mirando hacia todos lados
antes de arrancar, los segundos se convierten en minutos para que finalmente
digas: ¿Y ahora que le pasó?... ¡VIEJA tenía que ser!!!
Es una
frase repetida en nuestro caos vehicular, siempre terminas gritando y generando
más estrés del que estas acostumbrado. Esta situación pasa a cada instante y me
pasó hace unos días, pero precisamente no fui yo quien la dijo sino mi
copiloto, pero nos hemos puesto a reflexionar sobre este fenómeno, caímos en
cuenta que estas personas que manejan “obstaculizando” el tráfico, realmente
están allí tratando de hacer su labor y de cumplir las reglas tránsito.
Veamos, las
mujeres a diferencia de los hombres tienen la particularidad de estar más
desarrolladas en cuanto a organización de los elementos que se le presentan,
por esta razón cuando ellas manejan te parece que va más lento todo, porque
están atentas a las dinámicas, a lo que se mueve y se apegan al reglamento de
la ley de transito sin leerlo, lo que las convierte en unas expertas de
empirismo. De verdad no sé cómo hacen, pero es una forma de manejar con mucha
precaución en el que el carro no es forzado a los trabajos que le aplicamos los
hombres. Esta tesis la respaldan miles de machos TROGLODITAS que vemos en cada
esquina con sus carros que generan ruidos constantes, que no son capaces de
hacer una fila sino que se meten por donde sea para poder llegar de primeros.
En cambio las mujeres siempre están una detrás de la otra con un estilo
sosegado, en el que lo más importante es llevar una buena música relax para
manejar.
Otro punto
es que ellas siempre te van a llevar a una velocidad moderada, debido a que no
poseen la testosterona y la agresividad del macho
vernáculo primitivo, pues siempre van a paso moderado y no son capaces retarse
sólo por llegar primeras; es muy extraño el caso de mujeres que estén en
competencia en alguna de nuestras avenidas y los índices de atropellos o
choques por parte de exceso de velocidad en mujeres son extraordinariamente
bajos.
Y esta es
la parte más importante, como el cerebro de las mujeres se puede dividir en
varias partes, pueden realizar muchas acciones dentro de carro de manera
perfecta, van manejando sincrónico, maquillándose, con el niño en la parte de
atrás, hablando por teléfono, enviando un pin, contestando un correo
electrónico, tranquilizando al perro, peleando con su esposo, revisando la
lista de cosas para el hogar y arreglando la agenda del trabajo al UNISONO, y muy pocas veces sabemos de
casos en los que hay un accidente mortal por esta causa, me parece que sería
una exacerbación que ocurriera; mientras que los hombres sí generamos un caos al
no poder masticar chicle y manejar, porque el cerebro sufre un colapso
inmediato, creando una congestión. Porque sólo vemos hacia adelante y hay que
manejar desesperadamente sin mediar palabra atropellando cuanto perro vemos o
pasar por encima a cuanto transeúnte se atraviesa. Los hombres debemos ir tan
de prisa que no mediamos entre los peatones si son personas mayores, niños o
hasta un perro –este último no es tan afortunado de sobrevivir-.
Así que la próxima
que usted vaya manejando, y una de estas señoras está cerca suyo en otro carro,
piense bien cómo USTED viene manejando, porque de seguro USTED es el infractor
y no ELLA y esta frase tan estereotipada ¡Vieja
tenía que ser! (que por cierto, es una de las más suaves) por favor
guárdesela, y no sea un TROGLODITA más frente al volante.
Las mujeres
nos han demostrado que sí se puede vivir con bajo estrés mientras se maneja.