Desde
1982 el 29 de abril de cada año, el mundo entero celebra con regocijo el Día Internacional de la Danza,
decretado por el Comité Internacional de la Danza, tomando como referencia el
natalicio de Jean-Georges Noverre extraordinario innovador del ballet moderno.
De igual manera, en nuestro país nos unimos a la fiesta dancística, celebramos
y felicitamos a quienes con su cuerpo desafían la gravedad y nos alegran el
espíritu. A continuación les dejo el MENSAJE DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA DANZA
2014 y su interesante reflexión:
Cada
artista tiene el orgullo de su arte.
Cada
artista defenderá siempre el arte cuyo contacto le ha estremecido.
Por
lo que ha buscado y perdido es por lo que tiene el intenso deseo de compartir.
Es
el eco de una voz, la escritura encontrada, la interpretación de un texto que
se ofrece a la humanidad; la música sin la cual el Universo deja de hablarnos;
el movimiento que abre las puertas a la gracia. Por la danza tengo el orgullo
del bailarín y del coreógrafo, pero también un profundo agradecimiento. Ha sido
mi oportunidad. Se ha convertido en mi ética por la nobleza de su disciplina.
Es ella por lo que cada día descubro el mundo.
Profunda,
dentro de mí como ninguna otra, me anima cada día con la energía y la
generosidad que le son propias. Su poesía me tranquiliza. ¿Puedo decir que yo
existiría sin la danza?, ¿sin la capacidad que me dio para expresarme?, ¿sin la
confianza que he encontrado para superar los temores y escaparme de los malos
caminos? Sumergido gracias a ella en la belleza y en la complejidad del mundo
me hice ciudadano, ciudadano singular reinventando los códigos en el transcurso
de los encuentros, fiel a los valores de la cultura hip hop que transforma la
energía negativa en fuerza positiva.
La
danza es a diario una cuestión de dignidad. Pero yo vivo esta dignidad
preocupado. Constato la pérdida de puntos de referencia, la incapacidad para
imaginar su futuro por parte de los jóvenes procedentes de barrios pobres que
crecieron en la frustración y la tensión. Soy uno de ellos, todos somos ellos.
Estoy animado, quizá más que otros, a ser un ejemplo para ayudarles a enfrentarse
a la vida.
¿La
sociedad no se hace más rica con la riqueza de cada uno de nosotros? La
Cultura, más que otro discurso, une. Ten valor, asume riesgos a pesar de los
obstáculos y el odio a los que sin duda te enfrentarás, la belleza del mundo
siempre estará a tu lado, como la danza lo ha sido para mí. Con su fuerza
singular que hace desaparecer las distinciones sociales, las ligadas a nuestros
orígenes, dejando el movimiento de los cuerpos en su más simple humanidad;
seres humanos vueltos a su expresión más simple, singular y común. Finalizo
citando las palabras de René Char, que me recuerdan cada día que no debemos
dejar que nadie nos encierre en un rol ya escrito.
“Impón
tu suerte, encierra tu felicidad y ve hacia tu riesgo. Al mirarte… se
acostumbrarán”.
¡Inténtalo,
equivócate y comienza de nuevo, pero sobre todo: baila, jamás dejes de bailar!.
Mourad
Merzouki (Lyon, 1973)