En
mayo entran las lluvias con fuerza y desesperación, se logra ver el
florecimiento de las plantas, los árboles y todo lo relacionado con la
naturaleza, es una fecha bastante llamativa puesto que la ciudad se tiñe de un
color grisáceo por las nubes, las montañas empiezan a retomar su color entre
verdes azuláceos que nos cautivan y nos dejan esa sensación de mudarnos a otra
ciudad siendo la misma.
Esta
imagen es la que se vive año tras año en esta ciudad que ha sufrido los embates
de una ola de calor nefasta en los últimos meses, y además, la hemos deteriorado por completo con miles de
(des)composiciones plásticas e instalaciones peformáticas de basura, escombros
y “barricadas” ilógicas, que levantan sus vecinos como producto de sus inconformidades
contra el gobierno nacional.
No
entiendo por qué la ciudad debe ser maltratada por estas personas que de manera
despiadada, han vejado sus espacios comunes, donde las condiciones son
inhumanas y donde la desidia está a la orden del día. ¿Es acaso que nos encanta
vivir en el basurero y la inseguridad? Las protestas llamadas “Guarimbas” son
de carácter destructivo, que llevan de la mano a los jóvenes estudiantes a
comportarse como unos seres irracionales. Es triste ver este panorama donde los
jóvenes son manipulados, donde los jóvenes son la reconstrucción en serie de
maldiciones contra nuestros habitantes, donde los movimientos estudiantiles
perdieron el horizonte de lo que es una protesta. Por ello se inventaron la “Guarimba”
como último recurso y se transforman en bárbaros destructores de todo lo que
está su camino.
La
“Guarimba” es un mal que nos adolece a todos, nuestros estudiantes se convirtieron
en maestros de un “arte” atroz, se vanaglorian de la eliminación del enemigo
por cualquier medio de una forma irracional, toman el espacio en medio de una
performance de violencia y es “respaldado” -obligatoriamente- por miles de
quienes quedamos en el medio de la batalla. Luego, por lógica, viene la represión
de los órganos de seguridad (GNB, PNB, y muchos más) y hasta acá podemos vivir
en una ciudad que es apenas la imagen de lo que algún día fue.
La
culpa de todo lo que ocurre es -de acuerdo con estos “Guarimberos”- del
gobierno central, pero en realidad se está haciendo en distintas regiones del
país para contrarrestar los problemas que nos atañen. Tenemos alcaldes que
incendiaron a voluntad sus ciudades, pero que, por supuesto, después dejaron endosados
los votantes a sus esposas para continuar este legado incendiario –y ya fuimos
testigos el miércoles 28 de mayo, donde empezó a correr de nuevo la Agenda Peligrosa
de estas Alcaldías-.
Me
pregunto: ¿qué hacemos las comunidades y los ciudadanos de “a pie”, para reclamar
nuestros derechos al libre tránsito, a una educación para los más pequeños y
para descansar en nuestras casas si estamos ante la mirada constante de estos
grupos violentos? ¡Nada! realmente, porque vemos la manera cómo se maneja la
política de nuestro estado, ahora el GuarimbARTE continuará, después del pasado
domingo 25 de mayo vemos este renacer prematuro -aunque nunca se fue- de una
arremetida más intensa y espero no tener que presenciarla, pero inevitablemente
nos veremos involucrados como artífices de la desesperación de estos grupos
violentos.
GuarimbARTE
será de nuevo la bandera que estarán enarbolando estos estudiantes que ni estudian,
ni dejan estudiar, entonces llegamos de nuevo al punto de partida donde la
mirada irracional estará de parte de una propuesta que sólo tiene salida por el
caos.
Preocupa
a sobremanera esta situación y estamos encaminados en las próximas semanas al
desenlace de las “Guarimbas” sin piedad, acelerando el proceso de destrucción
de nuestra ciudad y dejando de manifiesto que se nos acabaron las ideas.
Estamos frente a personas que sin escrúpulos tejen esta farsa, donde han tomado
la bandera de la democracia para violar nuestros derechos. Una verdadera
lástima este movimiento de estudiantes, y que su única voz sea la de GuarimbARTE,
pero no queda de otra, es un país de gente libre, aunque a uno lo dejen
secuestrado en su casa, en su oficina, en su salón de clase, pero supuestamente
hay que respetar los derechos “protestar” de un grupo pequeño.
Esperemos
que pronto pase esta embestida y que las “alcaldesas electas” traten de no
quemar de nuevo nuestras ciudades, aun guardo la esperanza de poder trabajar
sin tener que ver estos actos vandálicos.
PD:
esto del término GuarimbARTE no es que los manifestantes lo hayan acuñado –no creo
que tengan tanta creatividad-, es una forma que hemos optado para no
denigrarlos tanto y tratar de ver est de otra manera, aunque no hay salida.