miércoles, 31 de diciembre de 2014

Fin de año 2014.


Si usted por casualidad ha realizado o va a realizar alguna de estas acciones el 31 de diciembre: comerse doce uvas, quemar el año viejo, vestirse con ropa interior amarilla, comer una cucharada de lentejas, botar agua por una ventana, sacar las maletas a las doce, pasear por la cuadra con el pasaporte, rezarle a un billete de cien bolívares o si puede a uno de 5 dólares, bañarse con agua de olores y rezarle a un santo para que le de prosperidad y abundancia, estrenar un traje para el abrazo, subirse a una silla en el momento del cañonazo, llorar cuando digan tres-dos-uno, poner de fondo musical el año viejo de Tony Camargo o las gaitas de “amigo esta noche muere un año…”, acordarse que esta noche muere un año, “faltan cinco pa las doce”, abrazar a la vecina en medio del alboroto, aprovecharse del whisky del vecino, enviar un msj de teléfono en esas cadenas vacuas y tontas que no dicen nada y que simplemente se reenvían, o de los que llaman a las doce en punto y dicen que está cogestionado el sistema, o de los que se les va la luz y no se han dado cuenta que todos los bombillos están encendidos, de los que se pelearon por una pierna de cochino, llegaron a sus casas al mediodía a prepararla con vino Sansón y cerveza y ahora está lista para comérsela de inmediato, los que en la tarde jugaron en el barrio “solteros contra casados” y al final todos ganaron, quemar un recamara sin mediar donde están los vecinos, llorar por nada y saltar de la emoción y no saber por qué.
Si usted ha presenciado esto y muchas otras cosas por el estilo, usted querido amigo está en Venezuela, donde la performance del fin de año es una celebración sin frenos, donde todos nos pondremos de acuerdo en una histeria colectiva que nos lleva de la mano a un juego de compartir con nuestros congéneres. Es una tradición bastante arraigada que en muchos casos se añora al estar lejos de estas tierras, sin embargo es una amalgama y desenfreno para divertirse y para beneficiarse de los demás, dejándonos un saldo bastante llamativo en cuanto a vivencias se refiere.

Siempre he considerado estas fiestas un juego para mantenerse en competencia unos con otros, todos los venezolanos tratan de celebrar al máximo y de jugar a una performance más llamativa en cada familia, enseñando a las nuevas generaciones a vivir en estas fantasías que sólo se logran en fechas precisas como el 31 de diciembre, y es que el país se paraliza y no hay manera de sobrevivir a la hecatombe. Los venezolanos somos una raza de extraños seres que esta semana nos hemos olvidado por completo de los problemas que nos atañen, de allí que todo se haya convertido en fiesta, en celebraciones sin mirar el furor. Simplemente estamos allí, disfrutando el día a día, y es que así como se vive esta fecha vivimos todo el año: Llenos de ilusiones y de sueños que se han ido acumulando y que hoy están allí saliendo sin una base clara, puesto que somos así por naturaleza y el país seguirá girando igual.
El 1 de enero todos despertaremos -los que durmieron un rato-, para continuar con la fiesta que terminará por allá el 3 de enero, con salidas al río, paseos a la montaña, sancochos y parrillas, reuniones familiares y reencuentros de amistades, y así estarán todo el año, lamentándose de lo que hicieron y no hicieron, de las frustraciones y de las metas alcanzadas, para de nuevo encontrarse dentro de once meses para repetir la rutina, mientras vemos que el país se mantiene inerme, estático y no hay salida posible a los problemas que enfrentamos.

De nuevo este 31 de diciembre estaremos frente a nuestras casas viendo pasar el mundo, correr entre abrazos risas y emociones esperando regrese el próximo 31 de enero de 2015 y nos daremos cuenta que seguimos en la misma historia.

Para quienes lean este artículo les deseo lo mejor para el año próximo y ojalá podamos contribuir con el cambio que tanto se clama, aunque es muy difícil puesto que el mundo ha sido elaborado de una manera muy específica.

Sin embargo del deseo Feliz Año y ¡nos vemos la próxima semana!!!         


sábado, 27 de diciembre de 2014

Sangre Derramada

 Hablar sobre libros y sus escritores es siempre un reto por cuestiones de óptica en las que uno se ve envuelto. Assa Larsson es una de estas escritoras que no puedes soltar desde el primer momento en que abres la primera página de su novela, es la ganadora del Premio de la Asociación de Escritores Suecos de Novela Negra en 2001 a la mejor primera novela con Sangre Derramada publicada en 2004, y por Seix Barral en 2010.

La novela nos lleva en un thriller policíaco que inicia en paralelo con cuatro historias que son muy similares, la primera, la protagonista Rebeca Martinsson, una abogada que debe buscar las pistas de un terrible asesinato ocurrido en Kiruna población al norte de Suecia, donde a víctima es Mildred Nilsson que será la segunda historia con la que iremos topándonos. La víctima, una religiosa feminista, tiene a todo un pueblo en su contra por la defensa de los derechos de las mujeres y la preocupación por la conservación de una reserva natural, en la que se ven implicados los cazadores de la zona y donde hay una tensión constante en vista  de su profunda amenaza a esta práctica tan común.

Rebeca a su vez ha sido enviada por su bufete a encontrar las pistas que la puedan conducir al asesino, pero se ve inmersa en una diatriba existencial que la llevará al borde de sus sueños, de su infancia y de su pasado reciente, que es tan abrumador como la novela en sí misma.

Una tercera historia es la de Ana-Marie, madre de dos hijos, pero a su vez es la policía encargada de buscar al asesino de Mildred, se da cuenta que las pistas llevan a una confabulación de todos los habitantes de Kiruna, lo que da un saldo bastante abultado de sospechosos y de posibles asesinos en serie que van realizando su trabajo a medida que transcurre el relato. Es importante señalar, que es un mundo frío en el que la oscuridad amenaza con cubrir por meses la tierra en la que se encuentran, y la nieve podría desaparecer las pistas recientes. Anna-Marie debe estar atenta a todo indicio, frase, gesto o detalle que vaya encontrando para poder entrar en sintonía con la mente del criminal que cada vez está más cerca de ella. Es una paridad del discurso entre lo que ella ve y lo que se supone va hilando, en un mundo frío, acondicionado para entrar en rigor con lo que desea en primera entrada. La escritora nos ha llevado de manera fantástica por estas llanuras frías del norte de Suecia, donde la gente parece tan gris como el ambiente, pero al unísono están tan llenos de vigor como la naturaleza.

El asesino acecha a cada instante, los cómplices los vemos en todas partes, y, cada vez que pasamos de un capítulo a otro, la novela logra su cometido, despistar al lector con ánimo de enfrascarlo en un discurso que deja ver diferentes matices del mismo hecho. Es Assa Larsson una escritora que va desde el juego de palabras al enmarcar los retratos de los paisajes, para resaltar las costumbres nórdicas y de enfrentarnos a la agresividad del paisaje, como también es capaz de llevarnos de la mano a la calidez de los momentos familiares que allí de desencadenan, pero puede ser agresiva y brutalmente grafica cuando hablamos de las escenas de los asesinatos y su configuración, a manera de lección para el resto de los personajes. Finalmente uno como lector siente en algunos tramos de la novela una encrucijada que no puedes dejar de pasar la página hacia un nuevo horizonte, de lo que está fraguándose a medida que vas adentrándote y que te lleva a varios finales inesperados.

Y por supuesto, nos faltó la cuarta historia que es la de una loba llamada Patas Doradas que va en su paso de migración y sobrevivencia en los meses de invierno, su enfrentamiento a los cazadores, a la naturaleza y sobre todo a su manada que es la analogía de lo que les ocurre a las mujeres de la novela. Assa Larsson nos envuelve de nuevo en discursos que van en paralelo, que te llevan a recrear polifonías similares en estas féminas que son la base de Sangre Derramada.

Si se topan con Sangre Derramada de Assa Larsson no dejen de leerla que es una novela audaz, escrita magistralmente y de un ritmo arrollador, porque de seguro no van a perder su tiempo.


Después de leer esta novela sólo resta decir: ¡LA LITERATURA ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Hoy la Hallaca es la protagonista.

Esta foto me la robé del perfil de Angel Gil
que la semana pasada estuvo llevando su mensaje
 junto a la Brigada de Mascotas de la UNET,
demostrando que todos cabemos organizadamente....
Muy buena gráfica :)...
gracias por concederme el permiso jejeje
En Venezuela esta noche todos estaremos detrás de un plato que es muy particular llamado la Hallaca –escríbalo con “ll” o con “y” de acuerdo a su apreciación, porque a fin de cuentas es muy propio de nosotros- que conjuga un gran sentido de valores culturales que nos lleva a unificarnos como un imaginario mucho más complejo de lo que suponemos.

La Hallaca como parte de nuestra identidad, está colmada de una inmensa diatriba desde su nacimiento, el afianzamiento en la cultura y el desarrollo de la misma en el transcurso del siglo XX desde las tesis manejadas por Tulio Febres Cordero, Uslar Pietri y hasta las recientes de Rafael Cartay. Sabemos que ella tiene varias acepciones de carácter históricas, como por ejemplo: los indígenas nuestros le llamaban a esta comida la  Hayaco Iritari,  o  “ayúa” ó “ayuar” que en guaraní significa acá y allá, o “ayuca” que significa envoltorio, o la tesis –un poco con menos consistente- que es la combinación de la comida que realizaban los esclavos con las sobras de las comidas de los españoles en la Noche Buena, o la teoría de que los europeos se sintieron tentados de combinar el maíz con las almendras y demás alimentos que traían del Mediterráneo, o de la leyenda que cuenta que “Ches” –dios- era llamado por nuestros indígenas andinos a través de la cocción del maíz en un banquete donde se incluían las raíces y se podía compartir con él, pero a fin de cuentas son muestras fehacientes del proceso en el que han ido apareciendo los demás ingredientes que nos encadenan a una imborrable historia.


Hoy día, seguramente, la Hallaca ha sido modificada, trae de manifiesto la unificación cultural y se adapta al contexto, en primer lugar los ingredientes, como el caso de la hoja de plátano o bijao son llamativos y generan ese aroma característico que nos lleva de inmediato a nuestra infancia, de casas colmadas de olores, sabores, sonidos que se despliegan de estas hojas que desprenden la humedad del trópico, y sobre ellas se coloca la masa de maíz –hoy precocida- con onoto. Aun es tradición que las mujeres preparan la masa y previamente han cortado el guiso que es de cerdo, o carne de res, o de pollo, o de todos juntos, a lo cual le agregan pimentón, cebolla y ajo, para después ser servido y amarrado. Es fundamental resaltar que esta exposición que hago está basada en la Hallaca que aún recuerdo de mi infancia en Los Andes, y que todavía hoy las realizamos con la misma receta, por tanto ella puede variar en su preparación o ingredientes de acuerdo a la región del país.
Luego viene la reunión familiar donde los hombres amarran, mientras las mujeres van armando cada una de las piezas que después serán llevadas a la estufa de leña o gas, donde se dejarán por mas tres o cuatro horas, dependiendo de la intensidad del fuego o de la alegría que envuelve a todos los comensales, que estarán el plena fiesta desde que se inicia hasta el final y mucho más allá.

Es entonces como vemos que la misma elaboración es una fiesta, es la conjunción de muchas emociones que llevan a la familia y las comunidades a acercarse, a retornar a la celebración para compartir, tal y como lo hacían en otrora lo indígenas o los esclavos.

Son rituales que muchos estarán desarrollando, para luego servirlas en la mesa de la Noche Buena, donde todos han de comérselas acompañadas de elementos que ahora son parte de nuestra dieta navideña como son: el pan de jamón, la ensalada rusa, el pan de banquete, las lonjas de jamón y queso, el refresco –casi siempre cocacola- y para finalizar con torta negra o dulce de cabello de ángel y una buena taza de chocolate. Es una experiencia alucinante esta de sentarnos frente a la Hallaca y sus ingredientes tan variados, tan múltiples y tan polifónicos, puesto que ella en sí es la muestra fehaciente de nuestro recorrido en cientos de años de historia y de nuestra multiculturalidad.

Por eso esta Noche Buena cuando se siente a disfrutar de este plato tan particular, recuerde que se está llevando a la boca toda nuestra cultura, toda nuestra historia, toda nuestra  cadena de voces, colores y sabores, desde los más humildes hasta los más ingenuos, o hasta los más agresivos que le estarán dejando esa sensación de ser únicamente VENEZOLANO, que no tiene comparación y no cambiaría por ¡NADA!!  

Espero que TODOS TENGAN UNA NOCHE BUENA, disfruten de su HALLACA Y TENGAN UNA ¡FELIZ NAVIDAD!!!!

martes, 23 de diciembre de 2014

Walking Dead

La semana pasada recién termina la quinta temporada de la serie The Walking Dead que es transmitida por Fox en un horario bastante particular por su contenido y su visión de la acción. La serie en sí ha llamado la atención de millones de personas en el mundo por su temática basada en un apocalipsis de muertos vivientes, llamados “caminantes”, que se expande por toda la superficie de la tierra en forma de virus que se transmite por una mordida, un rasguño o por la muerte en sí misma. Recordando que el objetivo de los “caminantes” es comer carne humana viva, nos representa la valoración del conflicto, por cuanto los sobrevivientes deben refugiarse de diferentes maneras para tratar de no ser convertidos o devorados.

Los guionistas de esta serie, que se basa en el comic de Robert Kirkman, han realizado un extraordinario trabajo de dramaturgia al modificarla, para llegar a una intención más agresiva, que pueda calar con mayor fuerza en los televidentes. El arte gore es el aditivo que detona las acciones, hay un desmesurado uso de las imágenes agresivas y grotescas, por ellos, la imagen de los personajes está siempre en decadencia y entra en el juego su deterioro físico puesto que van muriendo poco a poco.

Allí entra de manifiesto esta estética de lo obsceno, el gore que se deja arrastrar por lo subterráneo, lo que  está debajo, lo que es abominable y lo que plantea una manera de mostrar las escenas que casi raya en lo morboso y pornográfico, pero que con gran versatilidad, el equipo de producción llega a mostrar el mensaje sin graficar tan explícitamente –en la mayoría de los casos-, el gore existe y lo podemos identificar de inmediato con escenas donde los muertos se comen a los vivos de manera descarnada, los asesinatos que realizan los protagonistas entre sus compañeros de viaje, los antropófagos que desmembran a sus víctimas, o en el inicio de la segunda parte de la quinta temporada, la escena en la que Rick y sus amigos van a ser degollados,  empieza por darles un golpe en la cabeza para después dejarlos desangrar y prepararlos para ser comidos. Un escena que fue censurada en algunas regiones en Estados Unidos y para Latinoamérica, pero pese al horario en Venezuela se dejó ver, y pudimos presenciar un acción gore que es terriblemente agresiva para dejar de manifiesto la estética hacia la que apunta la serie.

Lo personajes los dejan a la deriva en un mundo donde todos tratan de sobrevivir, pero el problema radica en la peligrosidad de los demás humanos que pudieron hacerlo, puesto que la tesis de la serie es que desde el aislamiento, la desidia y la lucha por vivir un día más, los personajes se transforman en seres fríos más peligrosos que los “caminantes”, que son capaces de hacer atrocidades, no sólo de los que se van consiguiendo, sino que el grupo de Rick se ha vuelto más peligrosos aun, porque fueron aprendiendo a asesinar a medida que superaron los obstáculos que se les han presentado.

La serie posee unos visos de profundidad en su carácter psicológico, en cuanto a la propuesta de los “caminantes” que siempre están en constante degradación puesto que se supone han muerto hace mucho tiempo y ahora se van deteriorando. Lo que nos lleva a que en cada una de las series y capítulos son más decadentes, más putrefactos, están en todas partes y deja claro que el elenco camina entre una muerte constate sin piedad. Es un mundo gore de muerte donde se trata de sobrevivir, donde se coexiste con ella, por tanto la serie va enfocada hacia la muerte inminente de cada uno de sus protagonista, y es por ello que a medida que pasan los capítulos se van volviendo más agresivos, más viscerales y van cortando los vestigios de humanidad, donde ellos suponían que había gente que quería salvarse, pero que a fin de cuentas los humanos son más peligrosos que los “caminantes”.

La muerte que camina en medio de todos los escenarios es lo que cautiva, lo que lleva a no poder cerrar los ojos en los momentos de tensión –aunque la tensión está en todas las escenas- y que genera los grandes saltos emocionales, porque van descartando personajes a medida que van pasando los minutos. Ninguno está a salvo y es un punto álgido de la producción, porque piensan en cada detalle, en cada movimiento, parece que la serie no te deja un instante de sosiego.

El final de esta quinta temporada estuvo bastante estereotipado, en función de la formula a la que nos viene acostumbrando la serie, con unos personaje en un hospital falso, con policías falsos y que terminan en la desastrosa muerte de la bella Beth, pero es el juego de la serie y ya volveremos de nuevo en febrero a tratar de descifrar lo que viene, que de seguro será más agresivo aun de lo que hemos visto hasta ahora.


Por el momento me retiro a seguir leyendo el comic y a seguir la pista a The Walking Dead y su propuesta de arte gore y no se les olvide: EL ARTE ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA.

lunes, 22 de diciembre de 2014

17 de diciembre.

Siempre trato de hacer ejercicios dialécticos con los estudiantes y en esta ocasión el artículo lo voy a llevar a una experiencia que es reiterativa en las aulas de clase, la respuesta es la misma en cada ocasión. Si preguntas por una fecha en particular, la respuesta es insólita, esta vez les pregunté por el 17 de diciembre y su importancia para el colectivo venezolano, pero la respuesta terminó siendo una hecatombe puesto que llegaron a respuestas insólitas como por ejemplo “el día que llega el espíritu de la navidad”, “el fin de las clases por el ministerio”, “la independencia de algo” o “la fiesta de cumpleaños de El Libertador”… esta última fue la más próxima, y aunque nunca he sido un fanático de enaltecer las fechas de acciones del calendario, no me interesa tampoco ser panfletario con fechas patrias, porque a fin de cuentas son efemérides y allí cada quien toma lo que le interesa, sí me llamó poderosamente la atención, que en un país llamado República Bolivariana de Venezuela, y donde todo gira en función de este héroe de la independencia, no reconocemos aun las manifestaciones propias de este nombre, sino al contrario, lo llevamos al olvido la inopia y el desagrado.

Es donde entra de nuevo mi tesis sobre las Identidades Culturales de la Imposición, que su arraigo no se logra por simples decretos, se logra desde la inducción de las tradiciones culturales que hemos perdido. Y es que el venezolano cae en un desarraigo que se va fomentando desde las aulas de clase, con un imaginario colectivo que está apuntando hacia lo mediocre, lo injusto y en una etiqueta que nos han puesto de ilusos, porque en el juego educativo es una simple parodia de fechas y de personajes, pero detrás de ellos no hay más que un constante desespero y decadencia por borrarnos la memoria.

Es claro que dentro de esta disyuntiva el venezolano entró en el juego político -que está de manifiesto en todas sus actividades-. Vemos cómo los sectores de nuestra sociedad se van creando un universo deteriorado, con valores que se desvían por completo de nuestras tradiciones, y que sólo tratan de justificarse detrás de una carrera política, de un discurso vacuo y de una actitud decadente, que sólo nos trajo como consecuencia un imaginario de empobrecimiento de la conciencia que se va acrecentando.

Si nos remontamos a los imaginarios del pasado caemos en la misma polémica, y es que, nos asomamos a un colectivo que sólo piensa en su sobrevivencia, de un colectivo que se descuida de las manifestaciones de convivencia, o de formación de ciudadanos que vayan acordes con las tendencias de la cultura popular, nos olvidamos de desempolvar los fragmentos de nuestra memoria, para cumplir con un contrato burocrático, que es algo así como un bloque de conocimientos vacíos llamado EDUCACIÓN que se imparte en todas escuelas, liceos y universidades del país.

No quiere decir que el venezolano no posea una cultura popular definida, quiere decir que está empecinado en apoyarse en lineamientos más alejados de su contexto, donde el tapete de lo artesanal y lo artístico ha quedado en el último reglón de importancia, donde lo político y económico está a flor de piel y nos carcome el sentido de existencia. Es probable que vayamos en una dirección donde los imaginarios se van apoderando de significados culturales que están surgiendo en el día a día, y aquel legado que se intentó forjar a principios del siglo XX queda en el olvido y después terminaremos dejando una nación sin memoria cultural, que es lo más probable que ocurra.

Culturalmente los desarraigos son más peligrosos que una política económica, puesto que no hay asidero y los estallidos pueden ser nefastos para sus congéneres, es decir, que sin identidad los colectivos se mueven sin control en un país que está esperando sólo a vivir un día por vez. Encontramos que estamos frente a una estructura social efímera que se permea ante los embates de culturas foráneas y de inducciones internas, como el caso de los medios de comunicación, y su control de las conciencias, que van orientadas hacia la enajenación de los patrones de conducta y donde no hay posible salida a esta situación.

Es probable que nos vayamos en cada libre hacia un panorama nefasto y sólo hay que hacer el inventario de las acciones que este año nos dejaron una huella bastantes marcada como el caso de las guarimbas de principio de año, la guerra económica que nos hacen desde Miami, el bachaqueo indiscriminado que es de parte de una mafia que está presente en todas instituciones y que nace de una generación corrupta que se resiste al trabajo honesto y ahora se va hacia las prebendas del contrabando, la estafa y el narcotráfico.

El panorama es difícil y peligroso, para nosotros que estamos en la frontera aun más, pero mientras no se tomen medidas de conciencia cultural, de ciudadanía, de convivencia no podremos pensar en salir de este atolladero.

Esta y otras inquietudes me surgen al escuchar las respuestas que me dieron mis estudiantes, y el 17 de diciembre día en que se conmemoraron 184 años de la muerte de El Libertador, de seguro habrá muchos que lo estarán “celebrando” por causas de una ignorancia que está siendo inducida y de una conciencia cultural casi nula.

Por eso no me canso de decir que debemos reformar el sistema educativo en pleno porque: ¡LA EDUCACIÓN ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!!