jueves, 15 de enero de 2015

Los Años de Peregrinación Del Chico sin Color.

HarukiMurakami de nuevo nos lleva a sus mundos oníricos con la novela Los Años de Peregrinación del Chico sin Color que fue publicada por Tusquets en 2013 y su primera edición para Venezuela de mayo de 2014, que nos ha dejado un aire de melancolía y tristeza que sólo este autor nos ha acostumbrado en cada una de sus piezas.

Si hablamos del autor debemos estar claros que tiene su propia poética, que ha desarrollado el más fino de los lenguajes literarios puesto que se deja arrastrar por los juegos de mundos paralelos, de historias aisladas que tratan de llevarse los personajes, con afirmaciones bastantes traídas del absurdo, con una melodía que nos arranca las fibras y que son tan vertiginosos los ritmos que veces estamos al compás de una pieza de jazz o de repente nos deja en el sosiego de una interpretación para piano y violín de Liszt.

Esta es la constante de sus historias, quienes estén en búsqueda de nuevos territorios, caminarán en tierra estéril, pero si te dejas llevar por la fuerza de la palabra y te embriagas de estas situaciones a las que nos empuja, de seguro nos permitirá disfrutar la disparidad del discurso que no se detiene bajo ningún precepto.

Los Años de Peregrinación…es el viaje de Tsukuru Tazaki que está envuelto en una apreciación de la vida desde los nombres de sus compañeros se le relaciona con un color para definir su destino. En la novela se reitera constantemente que los personajes van orientados hacia la materialización del color en su historia, mientras que Tsukuru estará sometido a un nombre que en el idioma original –japonés- significa “creador” o “inventor”,  hace que entre en la problemática de no compaginar con nadie en este mundo, por ello emprende una angustiosa travesía puesto que sus amigos le han prohibido cualquier tipo de comunicación de manera tajante, y ahora debe descifrar el motivo de este hecho tan agresivo.

Tsukuru ha de estar bajo la presión de la soledad que lo anima a buscar en cada una de las personas que lo conocen y descifrar el color que ésta posea, por ello al encontrar las pistas, se enfila en un viaje a diferentes prefecturas de Japón, hasta llegar al sur de Finlandia donde se encontrará con su verdadero destino que está plagado de historias, voces y decisiones que sólo él nos podrá explicar.

En un mundo donde reitera Los años de Peregrinación de Franz Liszt a cada instante, Tskuru nos empuja a las inmediaciones de un mundo en el que sueña que podría ser otro y esto repercute por completo en cada uno de los pasos que intente dar. Para los melómanos esta novela puede resultar interesantísima, por cuanto ella misma va a un ritmo arrollador, casi repetitivo, con una extraordinaria fuerza en la interpretación, porque cada pieza musical depende de quien la ejecute, y allí es donde Murakami hace una incisión específica, es decir, que las maneras en las que podemos apreciar piezas conocidas por todos, inevitablemente  se verán modificadas por los estados de ánimo y del tiempo en el que sean interpretadas. Es por ello que podemos ver un Murakami de nos reitera la necesidad de conectarnos con los procesos creativos, donde la música es fundamental para entender lo que pasa por la historia de cada uno de los personajes que allí van apareciendo, y que son tan coloridos como el libro en sí, pero al unísono nos son tan distantes desde los paisajes en los que viven, como en las situaciones de dolor en la que están inmersos.

Con Los Años de Peregrinación…Murakami nos demuestra que no hay plantillas o fórmulas para escribir, para crear y para proponer, simplemente existen los lenguajes en los que se explora, se redimensionan y vuelven a aparecer con una fuerza más agresiva, como una sutileza más estudiada y con la contundencia al momento de hilar las imágenes que nos dejan en consonancia con todo lo que le rodea, lo que está dispuesto a debatirse una y otra vez.

Para los amantes de una literatura onírica y de imágenes bien definidas, les recomiendo este trabajo del Haruki Murakami, que estoy seguro no lo van desaprovechar en ninguna de sus páginas, y por ahora sólo me resta decir: ¡LA LITERATURA ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!