viernes, 26 de marzo de 2010

Teatreros vs Público... el publico de SC


El próximo sábado 27 de marzo se celebrará una vez más el Día Internacional del Teatro, se estima que cada segundo de ese día un telón se abrirá en alguna parte del mundo. Es una fecha que contiene misterios y mucho misticismo, además, es un ritual que todos los teatreros o teatristas deberían unirse y compartirla, creo que es una de las pocas fechas que aún prevalecen a lo largo de los años.


Como es costumbre, todos los años el Instituto Internacional del Teatro (ITI-UNESCO) escoge a un miembro de nuestra comunidad de teatreros para que escriba un mensaje, este año le corresponde a la actriz británica Judi Dench, que al igual que su predecesores, cumple con la función de tratar de recoger las voces de quienes trabajamos día a día a en este oficio tan desagradecido. Y digo desagradecido porque es una disciplina artística a la cual se le pone todo el empeño y se trabaja arduamente para que sólo ocurra en un instante. Es una característica del teatro que sólo es parte de nosotros en el tiempo exacto que dura la función. Muchos tratan de mantener el recuerdo desde el video y las fotografías, pero cada interpretación tiene su matiz y su manera de existir. Por eso les recomiendo a quienes leen esto que se pasen por las salas de teatro para que vean lo que trato de explicar. Las puestas en escena así las vean más de tres veces siempre van a encontrar que los actores tendrán nuevas maneras de interpretación, porque es un arte vivo y se modifica en cada oportunidad que tenemos de mostrar nuestro trabajo.

Es necesario que estemos claros de lo que está pasando en el universo teatral, cuando hoy vivimos bombardeados por farsas y caricaturas de lo que supuestamente es una obra de teatro, como esas que tratan de vendernos con figuras de la televisión donde simplemente es una excusa para captar ingenuos y mostrarles lo que ellos quieren ver y oír, es decir, NADA.

Me da lástima que nuestro público no esté formado, es labor nuestra crear la Escuela de Espectadores para dignificar el teatro y no caer en las garras del “teatro comercial” que deteriora cada día más lo que es una manifestación tan golpeada. Mal que bien, en nuestra ciudad estamos generando un movimiento teatral que ha significado mucho trabajo mantenerlo a través del tiempo, con agrupaciones y nombres que son para todos conocidos como el caso de Salamandra teatro, Estudio 7, Cedra teatro, Transhumante teatro, El Tablón, Jóvenes tablas y por supuesto la Escuela Regional de Teatro que están en constante ebullición. Espero que a la vuelta de los años sean los forjadores de espacios de creadores del hecho artístico, y de público que asista a estos espectáculos, porque teatro sin público no es teatro.

Los teatreros pese a la cantidad de desacuerdos y desatinos tratan de imponer sus maneras de pensar y de crear, allí no hay fórmulas, sólo maneras y perspectivas que tratan de calar en el público y los teatreros se multiplican en cada uno de los participantes. Es fascinante ver como un grupo de jóvenes se mantiene tratando de innovar, re-crear historias y mensajes que de una u otra manera nos muestran ese quehacer.

No vuelvan a decir que acá no hay teatro, aquí sobra, aquí se necesita más público para mantener este movimiento.

Tratar de motivar a una población sumida en la oscuridad del reggeaton, el tráfico, la basura y el caos urbano, es una tarea casi imposible de lograr, pero que importa, de las cosas difíciles salen experiencias interesantes.

¡Así que todos al teatro!!!! Dejen la ignorancia a un lado sólo por un rato.

jueves, 18 de marzo de 2010

¡¡¡Metallica!!!

El pasado 12 de marzo en la ciudad de Caracas se presentó Metallica, una de las bandas de heavy metal de mayor trayectoria por su historia y precursor del trash metal, que fue toda una revolución hace 30 años. Es por ello que se convierten en un punto de referencia dentro del movimiento del rock a nivel mundial. Este concierto estuvo marcado por la gran movilización de tecnología que lleva a cada espectador a quedar extasiado por la fuerza de las imágenes, y el arrollamiento de ritmos acompañados de efectos especiales que hacen que los asistentes queden en total ensoñación y crean que estuvieron en la experiencia única de su vida. Desde allí pudimos apreciar cómo es que se vende el enlatado de una banda, que se convierte en dios posmoderno y que sólo logra hacer gritar multitudes y desgarrar hasta lo más profundo de sus gargantas a miles de espectadores.


Allí, en Caracas, éramos cerca de 25 o 30 mil rockeros y no tan rockeros que nos acercamos para apreciar a nuestros ídolos de los ochenta y se cumplió lo que estamos previendo desde hace mucho tiempo, un salto al pasado.

El siglo XXI nos está dando una visión constante de nuevas maneras de abrir las puertas a un “refrito” de los 80, porque como es claro, el resurgimiento de bandas como Metallica, Guns n` Roses o Bon jovi, no son más que un refrescante de la memoria para quienes vivimos aquellos años y los más jóvenes pueden ver cómo esta historia reciente aún se mueve.

Veo que ahora sólo estamos al tanto de los vestigios de algo que ocurrió y pagamos una entrada a precios exorbitantes por ello, y eso sin entrar en detalles de la desorganización que se vive acá en Venezuela, porque uno siente que está siendo estafado. Pero volviendo al campo musical sentí que no es más que estar a la expectativa de las canciones viejas. Los conciertos ahora no muestran las producciones nuevas de estos grupos, y se ve claro, porque en todos los casos las bandas no llegan a tres de las canciones más recientes. ¿Será que están con un terror al rechazo?, ¿se corrobora que esto es lo que ocurre si tratas de innovar?, o ¿será que están gastando sus últimos cartuchos, puesto que ya tienen más de 30 años y 40 kilos de más? Creo que esas interrogantes se contestan solas. Ahora, estos grupos no son más que la sombra de lo que fueron y ahora los vemos como grandes museos interactivos, pero en este caso no están momificados, sino que se mueven, nos avasallan con la imagen y nos atosigan con una capacidad de marketing, donde los más ingenuos salen llorando de la emoción y gritaban al unísono ¡¡¡Metallica!!!. También sabemos que el concierto nos dio la posibilidad de saber que estaban vivos pero “quemados”, y que los rockeros impresionables no se dieron cuenta que ellos vinieron a “matar un tigrito” detrás de la galería viviente que duró 2 horas y algo.

Me perece genial que estén tratando de rescatar el pasado, pero aún así me uno a las bandas que tratan de mantener su espacio, su vida y están en constante innovación como el caso de Megadeth, Soulfly o Dream Theater que son músicos que tratan de unificar los conceptos de imagen y su propuesta estética.

Finalmente, quedamos en que son espectáculos que vale la pena observar, pero te decepcionan porque ves que son grupos se quedaron atrapados en una cápsula del tiempo muy, pero muy retrasada

martes, 16 de marzo de 2010

El premio de la academia es… demasiada estupidez

El pasado 07 de marzo se entregaron los premios de la academia del cine norteamericano y todas las personas se paralizaron para ver cómo ganaban sus películas favoritas. Si te detienes a ver el show que te venden encuentras una variedad de alternativas, que finalmente no sabes si es un concurso de belleza (que es lo más tonto del mundo) o una entrega a la productora que haya invertido más millones en una película de animación, también se convierte en una excusa publicitaria para vender más películas (aquí está el sentido real).


Considero que en eso los estadounidenses son unos genios, venden todo, desde unas películas bien tontas, hasta la paz en una guerra. Acá no importa cuán importante pueda ser el entorno donde se muevan, siempre prevalece la razón capitalista, transformando el arte en industria. Saco dos conclusiones, o más que conclusiones son reflexiones: ¿Por qué pensamos que sólo estas películas son las que sirven y los borregos que vieron este show mediático creen que es la única alternativa para ver el cine de verdad? Otra sería, ¿Cuál es la necesidad de transmitir a toda Latinoamérica de manera exclusiva la manera de cómo los gringos se entregan sus premios y discriminan al resto del mundo? Y los pocos latinoamericanos que se pueden colar en estos círculos exclusivos comen de las dadivas, que no son otra cosa, sino pequeñas sobras de un estrellato que los vuelve tan rastreros como los primeros, y si quieren corroborar lo que digo, echen una mirada a los que tratan por todos los medios de entrar en este mundo de cine fashion.

Se convierte en una tontería sentarse a ver estos premios y ver cómo es un reflejo idéntico de la polarización del mundo, con una representación agresiva del imperio, pero allí, aunque se haga y se coma mucha basura, la necesitamos para “sobrevivir”.

Es una suerte de miserables que se arrastran tras sus televisores para ver cómo es que viven por allá y como es que nos humillan. No puede ser que de una industria cinematográfica tan decadente, el mundo entero esté tan atento. Nos encontramos frente a un cine con sentido artístico paupérrimo y absurdo.

Yo me inclino por la propuesta de un cine de bajo presupuesto donde la mayoría de actores y directores deben poner su empeño al máximo para lograr un trabajo definido por los detalles, es una verdadera oportunidad para explorar y no seguir patrones estereotipados que rayan en vulgares encofrados vacíos y sin sentido.

Si me preguntan por estas películas, siempre alego que son predecibles y superfluas, como por ejemplo Avatar, que no es más que una versión intergaláctica de Pocahontas y trata de vender a estos matachitos azules en pos de cientos efectos visuales, que mas que una película te enfrentas a una animación de dos horas y media. Según el director tardaron 15 años en su producción y yo me pregunto: ¿es que son tan malos que para hacer una animación que no eran capaces de hacerlo? ¿O sería que no estaban convencidos de contar esta historia y buscaban una alternativa más comercial? Seguro la respuesta a las dos es la misma, son incompetentes en el trabajo artístico, pero muy eficaces en la venta de su industria, y miles de personas han ido a ver como se mueven estos matachitos, como cuando los monos les muestras cosas de colores brillante y se asombran, así nos comportamos… ¡pobres almas! dicen haber visto el espectáculo de su vida… es una lástima que no veamos cine de verdad.

jueves, 4 de marzo de 2010

¡Pero como acá nunca pasa nada…!!!

Viendo las diferentes tragedias naturales que han ocurrido este año en nuestra Latinoamérica se pregunta uno miles de cosas. Primero, en Haití, se cae toda la ciudad capital dejando una alarmante estadística de miles de muertos que quedaron atrapados debajo de los escombros, un terremoto sacude a la isla caribeña considerada una de las naciones más pobres -sino la más pobre- de Latinoamérica. Ya algunos dicen que es la más pobre del mundo, pero creo que no debemos especular.


Esta catástrofe natural fue sorpresiva, intempestiva y brutal, deja destrozada una nación, sin aliento de recuperación y, uno, desde este lado del continente sólo le queda deprimirse y ver como llegamos a ciertos extremos.

En Chile el sábado pasado se repite la historia, pero allí la precaución y la preparación de la población dejan un saldo de decesos un poco mas leve (aunque no debería haber ninguno). Chile se presenta como un país marcado por movimientos sísmicos cotidianos y los simulacros son el pan de cada día, por ello se genera una cultura de desalojos de edificios. Los saldos de muertes muchas veces son causados por el desespero y el caos que se genera en el momento del fenómeno. En ambos casos ocurrió de manera diferente. El sismo de Chile fue aún más fuerte que el de Haití, incluyendo un tsunami que se llevó varias islas y perturbó al Pacifico por varias horas, aún hoy se desconoce donde puede ir a culminar, debido a la serie de replicas que acompañan estas catástrofes.

Por otro lado, en Haití la falta de preparación de la población en esta materia y la pobreza extrema dejo otro saldo. La tragedia está ceñida por la inoperatividad del sistema de gobierno y la incapacidad de organizar a la población. ¿Se imaginan que algo así pase en nuestro país o en nuestra ciudad?

No me atrevo a pensar lo que pasaría en nuestra ciudad si ocurre algo de esta magnitud. Creo que ninguno de nosotros sobreviva, porque el sistema de protección civil, los bomberos y todo lo que se refiere a rescate y salvamento está totalmente desasistido por culpa de los gobiernos que hemos transitado. Sólo lo vemos por pequeños ejemplos, como el día miércoles 24 de febrero con el incendio del centro de la ciudad, donde los bomberos fueron insuficientes por falta de equipos para enfrentar los gases tóxicos y las llamas de más de nueve metros- según decían-.

Entonces es preocupante ver cómo nos mantenemos en la inopia sobre algunos temas. Se imaginan una catástrofe como esta en horas donde las escuelas están repletas de niños y ¿nadie sepa qué hacer para salir de esta situación? ¿Cómo reaccionaríamos?

Cabe recordar que San Cristóbal está en la falla de Boconó y es una región altamente riesgosa para que todo se venga abajo. En una institución educativa se hizo un simulacro hace cerca de un mes, y muchos funcionarios que allí estaban, decidieron que como era sólo un simulacro mejor se iban al banco a hacer cosas más importantes. Y así todo lo que pensamos es igual. Nadie quiere darse cuenta que esto es un riesgo al que estamos expuestos, pero como siempre he dicho, (irónicamente) ¡acá nunca pasa nada!

Seguramente los que lean este artículo pensarán que estoy paranoico, pero es algo que si sumas dos más dos, da este resultado.

Esperemos que no pase nada pero si es así que los dioses los cuiden… si es que existen….