Una rosa para mi ciudad (1971) |
El jueves 14 de mayo se celebraron los
100 años del natalicio de un extraordinario artista venezolano: César Rengifo,
que se convierte en punto de referencia para el contexto del teatro y las artes
plásticas en Venezuela. Es claro que detrás de esta figura hay una gran fiesta
en todo nuestro país, y no es para menos, cuando recordamos a un autor tan
prolífico, que trabajó desinteresadamente en el desarrollo de una poética que
va desde la investigación histórica, hasta llegar a la denuncia social. Y es
que César Rengifo siempre estuvo detrás de su “realidad inconclusa”, que se
basó en hacer un retrato de nuestro entorno pero siempre quedaban detalles en
los cuales apoyarse, lo que le permitió seguir buscando temas, motivos y
personajes. En medio este proceso llegó a desarrollar una técnica para los
temas históricos y por eso muchos le consideran uno de los padres el teatro
histórico venezolano, o al menos fue uno de los que más promoción y pasión le
inculcó a este renglón de nuestra producción teatral.
Es César Rengifo el dramaturgo que
desarrolló o hizo énfasis en la denuncia social, en la voz que se resiste a
esconderse en la oscuridad y se dedicó a retratar los rostros de nuestro pueblo,
que está allí, esperando que alguien lo vea o lo escuche.
Su obra va desde el teatro histórico de
los pueblos originarios, pasando por la conquista española, atravesando la
gesta independentista y aterrizando en la guerra civil, siempre exaltando los
baluartes e hitos de nuestra historia. Allí no se hace hincapié en los
personajes emblemáticos, sino al contrario, Rengifo trabaja en función de
soldados, obreros, campesinos y personajes del pueblo que van apareciendo en
búsqueda de su libertad. Es muy interesante esta propuesta puesto que se
refugia en el imaginario colectivo, para encontrar una identidad que se basa en
la memoria cultural, para luego proyectarse en las acciones concretas de una
revolución que se logra desde las masas y no desde grupos aislados, podríamos
nombrar algunas piezas importantes como Curayú
o el Vencedor, Apacuana y Curiacuriá, Soga de niebla, Obscéneba, Una espiga
sembrada en Carabobo, entre muchas.
Una segunda parte de su trabajo se lo
dedica al campo abandonado, todo lo que se llamó en el siglo XX el “éxodo
campesino venezolano” después de la aparición del petróleo, algo que dejó en
abandono muchas regiones del país, y allí vamos encontrar los niños que parecen
adultos, las mujeres desamparadas, las calles desoladas y de perros que se
transforman en compañeros eternos de todas escenas que se desarrollan, desde
seres fantasmagóricos que atraviesan los sembradíos que van a buscar refugio en
la soledad de las llanuras, de las montañas y de las riberas de los ríos, hasta
las ciudades grises de lata y concreto. Por ello vemos un Rengifo que sufre por
la pobreza en la que se empieza sumergir un país desvencijado por el petróleo,
las piezas que se pueden nombrar son La
esquina del miedo, Las torres y el viento o El Vendaval Amarillo.
Luego están las piezas que hablan sobre
la pobreza de las ciudades, y es muy importante porque Rengifo se basa en esta
gran discusión de la movilización de los campesinos, que luego serán los
habitantes de las grandes ciudades y que sólo les trajo penurias, en un sistema
que no pudo mantener a sus habitantes, por tanto de allí se va a enfocar en la
pobreza extrema, la desaparición del estado como garante de la seguridad y los
derechos humanos, para transformarse en una institución represiva que va
discriminando a sus congéneres. Es por ello que en la parte de las piezas
relacionadas con la pobreza podemos encontrar Harapos de esta noche o la
Sonata del Alba.
Al ver este panorama encontramos un
Rengifo que va más allá y se dedica a desarrollar la temática común en su
discurso y son las farsa y sátiras en las que vuelve a recaer en esta denuncia
con piezas como Una Medalla para las
Conejitas, Buenaventura Chatarra o La
fiesta de los Moribundos, para dar pie a una poética que va desde la burla
hasta la crítica despiadada.
Cesar Rengifo sigue siendo un punto de
referencia en nuestra historia reciente, autor y artista multifacético que nos
demuestra que las historias están frente a nosotros y que podemos seguir
extendiendo su legado por muchos años más. Personajes como Rengifo nos indican
que: ¡EL TEATRO ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!