domingo, 25 de septiembre de 2016

EL CONFIDENTE Y LA MÚLTIPLE LECTURA DE UNA EXPERIENCIA TEATRAL QUE NO ESTABA EN LOS PLANES

A veces hay pruebas que te colocas sin planificar y creo que en esto del teatro estamos muy claros que no podemos aferrarnos a procesos únicos que pueden encasillarte, pero nunca sin dejar de manifestarse desde la poética que venimos desarrollando. Encontrarme con un proyecto ajeno, al que fui un convidado para presenciar una lectura y donde terminé realizando el trabajo de dirección es muy interesante, por ello pienso hoy que fue un desafío llevar esta pieza a escena, claro, y debo reconocer que entré en conflicto en varias ocasiones por las siguientes razones.

La primera que es la de mayor peso, por circunstancias del destino Hortensia Quintero me propone que le ayude con su montaje, el cual llevaba mucho tiempo tratando de concretar en varios intentos fallidos, y yo como buen figón quise ver la temática y terminé en una suerte de director que empezó a manipular el texto. Construí el universo de lo que allí se quería representar, aunque debo ser sincero, el conflicto fue monumental porque había que retornar al teatro del que he me he alejado en los últimos años y en el que me debía ceñir a un dramaturgo y esto es algo que se va pasando de largo y uno se va volviendo más renuente a ciertos autores y propuestas. Pero en EL CONFIDENTE se dejó llevar la dinámica entre el elenco, el legado del dramaturgo y la dirección, por ello se convirtió en una especie de familiaridad muy curiosa. Total, terminamos reconstruyendo este drama en una pieza de gran interacción física, de desarrollo en conjunto y de propuestas interminables y fue esta última, la parte que más me gustó.

Un motivo más que prevaleció, es que me inmiscuía en el Grupo de Teatro Educadores Jubilados del Municipio Junín, y aunque el nombre del agrupación es sugestivo a materias del magisterio y todo lo referente a esta área, de la cual no me gusta hacer referencias, es cierto que hay una búsqueda en el fondo de parte de su directora que funge como actriz y siempre está en búsqueda de directores muy diversos para lograr su cometido. También estoy claro que Hortensia con su constancia cumple este 2016 veinte años con su proyecto, que trasciende de las escuelas y de los maestros para erigirse entre actores y directores. Y es que desde su fundación no se ha detenido por un  instante, entrar en este universo me llevó a reflexionar sobre la rebeldía del teatro que se entromete en cuanto intersticio está allí plasmado y que está gritando siempre que no le abandonemos.

Las dudas siempre están floreciendo y eso es lo maravilloso, puesto que sin ella no podemos avanzar, pero enfrentarse a este elenco y realizar una propuesta de la que estamos acostumbrados desde El Incinerador Teatro, me resultó increíble su desarrollo.

Al accionar estamos allí en medio de esta autopista de propuestas, y Hortensia se convirtió en una de las principales protagonistas, con tal fortaleza y creatividad fuimos construyendo los diversos fragmentos del universo en el que los fui induciendo. Pero volviendo al tema del tiempo Veinte años no es nada sencillo, y mucho menos en un país como el nuestro donde hay conflictos de toda índole para mantenerse en esta aventura de la producción teatral, aunada a las rencillas y las parcelas que se mantienen a la orden del día. Por eso creo que este proyecto sigue creciendo y esperemos por muchos años más, aunque se dice con mucha ligereza pero realmente estamos frente un ciclo de que deja manifiesto la constancia, la disciplina, y marca claro un objetivo que es mantener parte del teatro vivo por medio de cualquier vicisitud, y mi admiración total para Hortensia y su equipo de trabajo, especialmente a Pablo Ordoñez que es infatigable y que logra concretar muchas ideas que se le proponen por su gran convicción para elaborar un discurso gestual que va creciendo constantemente.

Una tercera razón, estar en este proyecto de EL CONFIDENTE donde inicialmente debía enfrentarme a un texto del maestro Gilberto Pinto, que para todos es un ícono dentro de la dramaturgia venezolana y con su mirada aguda pudo inmiscuirse en los temas más álgidos que desde siempre nos han acosado como nación. Su poética va desde un teatro de reflexión, siempre me había acercado a sus lecturas, en muchas ocasiones lo he estudiado con mis estudiantes, pero ahora me ha correspondido trabajarlo en escena, sin previo aviso por esta petición de Hortensia y por mi infatigable curiosidad de probar y explorar con aspectos que se alejan de mis intereses. 

Debo reconocer, que a medida que pasaban los días, al trabajo le saltaban más aristas de las que podíamos imaginar, lo que nos dio pie para seguir trabajando y creciendo creativamente. Luego, al revisar el ensamble de las escenas, las acciones y los performances nos indicó que estábamos frente a una fuente inagotable de imágenes que se sugerían a cada hora que pasaba el montaje. Hoy, podemos decir que estamos frente uno de los dramaturgos más importantes de nuestro país, y que hace apenas hace unos años lamentablemente nos abandonó por cuestiones del destino, sólo hay que agradecerle por este legado y esperemos se logre aún más su difusión y comprensión en todos los espacios posibles.

EL CONFIDENTE es una aventura que te lleva a un teatro muy bien anclado en el siglo XX –en cuanto a referencias, sitios y personajes- y Gilberto Pinto reconstruye parte de la historia acercándonos, tal y como lo explica en el prólogo de su obra “a un mundo de intereses mezquinos, de megalomanías enfermizas, de mistificación, de discriminación, arrastracuerismos, de centros de poder que imponen o marginan artistas y de perfiles rayanos a veces en la imbecilidad o el cinismo, como lo es (en gran medida ) el mundo del teatro venezolano”,  hecho sobre el cual se construye este discurso y nos deja en vilo a lo largo del tiempo en que se representa la pieza, y realiza una disección descarnada de los vericuetos en los que se mueven quienes quieren llegar cada vez más arriba en el Poder, sin importar el largo inventario de desazones y humillaciones a las que se deben exponer.

Pieza de Diego Rivera dedicada a Leonardo Ruiz Pineda en 1952. Propiedad Prof. Alfredo Padilla actualmente en la sala Rafael Daboin de la Universidad Nacional Experimental del Táchira.
Por último, y esta parte ya es algo que  nos atañe como región, hace un año en el estreno de FRIDA, recibimos en préstamo una obra del artista mexicano Diego Rivera, dedicada a Leonardo Ruiz Pineda de parte de nuestro amigo Alfredo Padilla, pieza que ha estado en la entrada de la sala Rafael Daboin de la UNET desde abril de 2015 y curiosamente han ocurrido algunas cosas, primero la llegada de Hortensia con la pieza, segundo, la temática sobre este asesinato en 1952, tercera, en la sala corre un hálito de acercarnos más a este personaje que está casi olvidado en nuestro imaginario, cuarto, han aparecido personas y puntos de referencia que nos vinculan, y corroboro lo que en reiteradas ocasiones hablo con mis actores, las obras escogen a los directores y no al contrario, total, que hemos estado en medio de una polifonía que nos lleva hacia este camino sin mediar. Para concluir y esto es con respecto al estreno de este miércoles 28 de septiembre que se celebra el centenario del natalicio de Leonardo Ruíz Pineda y lo realizaremos en el Ateneo de Rubio, lugar de donde es oriundo el personaje y estoy seguro que traerá su respuesta, algo que no quiero limitarme a ver, sino que deseo vivir.

Cabe destacar que Leonardo Ruíz Pineda es un personaje con miles de defensores y detractores al unísono, porque estuvo envuelto en medio de esta trifulca política de los años cincuenta, período que fue decisivo para nuestro país y que ha generado gran cantidad de reflexiones en todos los ámbitos, puesto que la praxis política desde ese entonces hasta hoy, se ha mantenido con los mismos personajes y las mismas formas de ejercer la represión. Leonardo Ruíz Pineda perdió su vida de manera cruel y despiadada por intereses ocultos que hoy todavía están cubriendo con su manto de zozobra, en un país donde no se menciona su nombre, donde es un escándalo desempolvar estas ideas y donde es casi un delito averiguar sobre los hechos acaecidos aquel 21 de octubre de 1952. Leonardo junto muchos otros personajes de nuestra historia regional están reclamando desde su silencio una reivindicación de sus acciones, de sus ideas y de sus maneras de enfrentar los embates a los que fueron sometidos, y sobre los que aun sus nombres resuenan en estos imaginarios de personajes perdidos entre las páginas de los libros.

EL CONFIDENTE es toda una maraña acciones tanto desde su leiv motiv, la pieza en su totalidad, la manera como la abordamos y la construcción de los personajes por este elenco tan particular y la lectura que procuramos hacer, es un testimonio y un reclamo desde el TEATRO  y una propuesta estética que vamos alimentando en cada ensayo y función, porque es lo que verdaderamente nos interesa para seguir creciendo en esta poética.

jose
25 de septiembre 2016
06:43


miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿CÓMO SE EDIFICA LA PAZ? MAS PREGUNTAS SURGEN HOY DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ

Desde hace muchos años estamos tratando de asignar a cada acción humana un día específico, LA PAZ también lo tiene y fue decretado por la Naciones Unidas el 21 septiembre desde el 2001 y podríamos decir que todo hasta acá es esperanzador, puesto que ella nace en medio de la confusión de una guerra que estaba a punto de iniciar en el Medio Oriente y los sucesivos ataques terroristas que se generaron en ese año. Hoy quince años después leo muy temprano en la mañana esta afirmación de Ban Ki-moon: «Trabajemos juntos para ayudar a todos los seres humanos a lograr la dignidad y la igualdad, para construir un planeta más ecológico y para asegurar que nadie se quede atrás.»

Pero hablar sobre la PAZ en este sentido es confuso y un tanto difícil de hilar, porque es una tarea que le corresponde a cada uno de quienes habitamos este planeta pero NO estamos dispuestos a aportar nuestra cuota. De igual manera veo muy difícil el florecimiento de LA PAZ por la condición en que nos movemos actualmente, y es que en muchos países, o mejor dicho, en TODOS los países se pretende hablar de un fenómeno que me resulta incomprensible, pues LA PAZ es una imagen que se deslastra de todo lo que conocemos, de todo lo que hacemos, y es una Utopía que “algún” día “alguna” raza extraña la entenderá.

No quiero entrar en polémica sobre esta discusión, porque podríamos abrir un foro sobre quién aporta y quién se niega a LA PAZ, pero si vemos justo al lado, tenemos bastante con esta VENEZUELA donde no se puede decir nada, donde ya no puedes realizar un comentario porque de inmediato te apabullan con consignas política efímeras y superficiales sin asidero y sin sentido, y es que en nuestro país se habla de un  proceso conciliador pero ninguna de las miles de partes se asegura de ello y todos hablan de persecuciones, venganzas y agresiones a cada instante,

NO podemos hablar de PAZ en un país donde estamos acostumbrados a maltratarnos
NO podemos hablar de PAZ mientras intentemos marcar nuestros criterios con imposiciones violentas
NO podemos hablar de PAZ mientras nuestra idea de PAZ es la de ofendernos

Tampoco podemos alegrarnos por este proceso de pacificación de COLOMBIA donde hay tanta manipulación de parte de los medios y de todos los que circundan estas redes de internet, a las que frecuento cada vez con menos por su desinformación al instante. LA PAZ en COLOMBIA  se esconde detrás de las cortinas de polvo que levantan los camiones militares, dejando un territorio extraordinario para que la guerra se niegue a desaparecer, donde TODOS son cómplices, se mantienen en silencio y los pocos que denuncian son callados sin derecho a reclamo por parte de sus pares. Tampoco se puede hacer una referencia a MÉXICO y su conflicto armado entre organizaciones delictivas que manipulan los centros de poder gubernamental y se niegan a bajar las armas, acentuando los problemas de desapariciones, despojos y asesinatos a la orden del día. Claro, hablo de estos tres países porque son los que más me duelen y donde mis afectos están más arraigados. Pero menos aún, podemos mirar nuestra Latinoamérica que está plagada de líderes inescrupulosos que atentan con la Oscuridad, abogando por intereses que siguen alejándose de las prerrogativas de un mundo en PAZ, más al contrario, estamos en medio de la ruina absoluta de las instituciones que van generando la violencia y que va creciendo junto a la polifonía, en un caos, donde LA PAZ no entiende su presencia y seguramente no quiere aparecer. Porque a fin de cuentas, LA PAZ nos es más que un estado mental, individual, privado que nos reclama que deberíamos llegar en beneficio de conjunto, en colectivo… pero no se logra concretar.

Hablar de PAZ es hablar de discursos vacíos que nos cercenan los sueños
Hablar de PAZ es hablar de un mundo de incomprensiones hacia el Otro
Hablar de PAZ es mendigar un gesto amable de quienes nos circundan
Y lo peor es que, quienes hablan de PAZ, son esos mismos que están auspiciando los procesos bélicos del mundo, lo que representa una historia mucho más compleja y en la que no quiero entrar en detalles.

Miles de personas se están movilizando actualmente por nuestros países (caso concreto de esta migración que tenemos en Venezuela) y están tratando de acercarse a esos sueños de PAZ, pero esa PAZ de ellos y de nosotros, no se concretará mientras no haya la real responsabilidad de sus acciones, el empuje de quienes salimos a diario a la calle a enfrentarnos a la desidia de lo cotidiano y nunca se logrará mientras no veamos el privilegio de convivir, de coexistir, de sentirnos habitantes en el que somos iguales, NO, seguiremos detrás de estas falsas expectativas, de ilusiones, de lo que nos quieren imponer como la PAZ.

NO hay medida que nos demuestre los estados de PAZ, porque esta PAZ de la que se habla en la ONU es una ilusión y palabras vacías que tratan de llegar miles de personas que no tienen conciencia de lo que ocurre a su alrededor –que realmente somos millones-, considero que LA PAZ se forja desde el mismo interior de quienes la ansiamos, pero mientras más se suplica por ella, ella más se aleja y se convierte de nuevo en un sueño inimaginado, sí, es un sueño que se colma de palabrería, de frases vacías, de letras, de símbolos, de estampados sin destino, pero que son parte de esta desierta palabra mal llamada PAZ.

La PAZ que nos enseñaron y que ahora de manera autómata tratamos de reconstruir, es todo lo vacío que he referido, pero no es necesario que nos aislemos en los mares de sueños, es indispensable salir a reivindicar este discurso con acciones y no con palabras.

Creo fervientemente en los hechos sinceros, en la ingenuidad y en los sueños que no se deben perder para que pueda existir esta PAZ, no hay un pensamiento impositivo que sea capaz de acercarse a esto que planteo, pero está allí oculto adrede, está a punto de aparecer y de seguro encontraremos el camino de un nuevo sentido, de nuevas generaciones que no serán ni mejores ni peores, simplemente estarán allí, activando sus sueños y esperemos que sean exactamente para la coexistencia.

Por eso hoy Día Internacional de la PAZ considero que es más importante entrar en sintonía con nuestros sueños que tratar de decretarla con discursos fatuos, porque realmente nos muestran una PAZ ignorada.

Jose
21 de septiembre 2016
14:29


martes, 6 de septiembre de 2016

FESTIVAL DE TEARO DE LA AZULITA 2016. Retornar al Origen

LLEGAR A LA AZULITA es tan contrastante como la gente que allí la habita, se tiene esa sesión entre calor y frío en cuestión de segundos, y es que esta población está en medio de un “dilema” geográfico entre la depresión del Lago de Maracaibo y La Cordillera de Los Andes, de esta manera es como lo sentimos, en ese intercambio de temperaturas, de sonidos de sensaciones y de colores. ¿Por qué hago esta acotación especial? Porque esta semana que recién concluye fuimos al FETAZUL el Festival de Teatro de la Azulita que llega a su Sexta edición y no se detiene, conocer un personaje como Ramón La Cruz, un hombre comprometido con el teatro, que ha atinado con llegar hasta acá con un evento que le pertenece en primer lugar a todos los que allí se congregan, porque genera un ambiente de amistad y de hermandad casi cófrade de quienes participan como artistas, pero también se siente que el pueblo lo considera como parte de sí. Hay que moverse hasta estos lugares para encontrarse con una actividad que regresa a sus orígenes, con juglares que van de camino en camino rebosando el ambiente con su alegría y con la fragilidad de sus historias, tratando de hacer sonreír un poco a la gente y nos reiteran que el teatro ha perdido, en muchos casos, este horizonte y pocos están tratando de recomponerlo.
Este Festival nos da ciertas sensaciones que voy a describirlas detalladamente:
En primer lugar se abre la brecha para enfrentarse a un festival comunitario, es decir, allí no aparecen los grandes carteles de obras y artistas que van en búsqueda de una definición de divismo -aunque uno que otro que quiere ser divo pero resultan inofensivos-, al contrario, el primer choque que sufres es que todas las obras se presentan en un fin de semana, en su categoría de “comunitario” vemos que hay un arreglo mutuo entre las agrupaciones para llevar piezas de pequeño formato, donde hay que ajustarse a tiempos y condiciones casi agrestes para el montaje, pero si alguien lleva su visión de trabajar en estos períodos planificados será más activo y se moverá en cuestión de minutos para su función. Es muy curioso, pues, puedes ver hasta cinco espectáculos por día, lo que representa un maratón físicamente para quienes somos adictos al teatro. Entonces podemos disfrutar de grupos que van desde algunos ejercicios teatrales hasta ver trabajos muy completos y en su mayoría con mucha juventud de por medio, y es allí donde puedes encontrar las condiciones de un teatro regional, de un teatro que se rejuvenece, de un teatro que respira este nuevo aire andino, que va saliendo en búsqueda de su lenguaje, de un teatro que se va desplegando en el interior del país para diseminarse, y que genera un punto de encuentro para hacedores de diferentes partes, porque en esta ocasión tuvimos la participación de artistas de Maturín, Puerto Ordaz, Caracas, Valencia, Mérida y San Cristóbal, pese a ser mi primera visita a este evento me pareció bastante llamativa la convocatoria que el mismo genera.

En segundo lugar, el convivio, hay una búsqueda de intercambio permanente, si de comunicación se refiere hay un juego de acciones que ellos realizan, y es que todos los que allí nos congregamos debíamos llegar a las horas de las comidas, de distracción y de trabajo en conjunto, es decir, que están cumpliendo con el convivió que tanto nos falta y todos terminamos por conocernos y realizar alianzas o redes de trabajo que se extenderán por todo el territorio. Este convivir, está incluso para dormir porque nos ubicamos en sitios donde debes compartir con gente de otros lugares aun sin conocerlas, es lo que genera que los lazos de fraternidad se fortalezcan y vayan más allá de lo que es el simple hecho teatral, y es que el teatro se construye en conjunto, desde el constante intercambio con quienes de él participan, por eso no es difícil ver que allí todos terminan siendo hermanos en igualdad de condiciones.
No es posible hacer teatro o fortalecerse en el tiempo con un festival que poco a poco se le han recortado el presupuesto y que está en vilo, pero entre todos los amigos se han negado a dejarlo “morir” y no permiten que se suspenda, este punto se anexa y suma en las condiciones en las que nace cada año. En este momento atravesamos una situación muy delicada en  cuanto a presupuestos y apoyos gubernamentales que están dejando fenecer las actividades artísticas, pero existen personas que se niegan a ocultarse detrás de esta imagen, y es que el trabajo surge por encima de cualquier impedimento, además es una situación donde los protagonistas, que son los mismos teatristas, llevan cada uno su apoyo, desde su transporte hasta una colaboración para la alimentación de todos en general.

En tercer lugar y no menos importante pero sí relevante, es la preocupación de parte de la organización por generar un ambiente de formación entre quienes allí asisten, y para ello se llevan los conversatorios y talleres con el compromiso de asistir y de participar cada uno de los grupos, y este año estuvo como invitado especial el Maestro Rubén Darío Gil y por supuesto que  nos dejó parte de su experiencia con una charla y un taller sobre dirección y dramaturgia donde se reflexiona sobre las temáticas que abordamos actualmente en el teatro, se cuestiona el compromiso que tenemos para con el teatro en Venezuela y las vertientes que se generan desde  las propuestas estéticas que tanta falta nos hacen y aprovechar estas pequeñas palestras para que los hacedores entren en conflicto, vayan en conjunto a una exploración compleja, y se involucren en la investigación gestual profunda para llegar a conclusiones colectivas sobre la actualidad de nuestra dramaturgia y ese letargo que nos está absorbiendo. Pero no debemos dejar de buscar en cualquier trabajo que por pequeño que parezca y se quede allí ahogado en el silencio de la ignominia, este punto nos permite despegar hacia el certero trabajo de transformación de un teatro que se identifique con nosotros y que va de inmediato hacia este repunte que estamos ansiosos por alcanzar desde hace mucho tiempo.
Otro punto a favor  es el encontrarnos con personajes, que si bien han marcado un huella en nuestra literatura y reitero con Rubén Darío Gil, que es dramaturgo de oficio y poeta en su plenitud, que en medio de estas montañas logramos encontrar puntos de inflexión muy álgidos sobre el panorama contemporáneo del teatro en nuestro país, con aspectos que van desde lo artístico, lo humano, lo estatal y lo político –aunque este último punto es bastante agotador, se debe hacer un paneo general por las mismas características de nuestro movimiento teatral- porque allí realmente coincidimos en visiones, estamos en la prioridad de profundizar en el tema de la formación, la reflexión y el compromiso de nuestros pares en el teatro, porque sin investigación no podemos plantear nada, nos negamos a buscar nuevas expectativas, y anulamos nuestro entorno. Es urgente buscar en los recovecos, desempolvar los rincones que van a identificar nuestro teatro, y para ello se transita en medio de las puestas que van de la mano de lo que se compromete con el lenguaje regional, con una identificación de lo que nos rodea y la responsabilidad con la que se asume el hecho de crear, no podemos hablar de un cambio en nuestras perspectivas mientras los métodos y técnica de dramaturgia y dirección no se adapten a las circunstancias en las que nos vemos envueltos.
No podemos hablar de propuestas estéticas mientras no haya un proceso de asimilación del teatro como medio de exploración y siempre estaremos detrás del estereotipo que tratan de imponer algunos teatristas que sólo piensan en su sobrevivencia cotidiana detrás de públicos mal informados que sólo tratan de divertirse un rato, y mientras sigamos detrás de copias fieles de modelos comerciales y “micro/ligeros” que vienen desde Caracas o desde otras regiones del Mundo. Pero de lo que sí estamos claros es que debemos revisar muchas propuestas y luego depurarlas e insertarlas en nuestros contextos, o generar una manera particular de trabajo, para definir los juegos teatrales que estamos tratando de realizar. En tal sentido las salas deben ser los puntos de encuentro del público que termine siendo crítico de un hecho que está hablando de ellos mismo. Si logramos en conjunto que las nuevas generaciones de teatristas se dispongan en esta búsqueda, por supuesto encontraremos una nueva cartografía teatral que nos hace falta y que nos reclama desde hace muchos años, porque es fundamental que se despegue de una vez y sin medida desde estas propuestas que son las que nos pueden ayudar a crear una Escuela de Espectadores con certeza, que se le ha negado al teatro en esa falta de compromiso que está allí entre nosotros y que nos vamos minimizando de manera voluntaria.
Ramon Lacruz y Hortensia Quintero

Otro punto fue el estreno de un trabajo titulado “El Confidente” de autoría de Gilberto Pinto que amablemente me permitió dirigir mi querida Hortensia Quintero y que junto al actor Pablo Ordoñez fue toda una experiencia, -tiempo sin internarme en un proyecto anejo- razón por la cual quedo en compromiso de continuar en nuevos montajes y queda pendiente una temporada en San Cristóbal, pero volviendo al FETAZUL, este estreno permitió conversaciones con nuestros amigos para desenredar detalles, escuchar y sentir la receptividad del público, e intercambiar comentarios  que están a la orden del día en este ambiente, por ello debemos rescatar y apostar a estas alternativas.
Por ultimo quiero dedicar esta palabras a un gran amigo como Ramón Lacruz que le conocí en este FETAZUL y me ha dejado maravillado con su versatilidad en todas las áreas del arte, porque se transfigura como director y actor, pero a unísono es un fantástico artista visual que ha dejado La Azulita repleta de sus esculturas, pero él en sí mismo es un juglar pues le vimos en su rol de mimo, de cantante, de animador, de músico, de organizador, de gestor cultural y hasta de médico naturista, es todo un privilegio acercarse a este personaje lleno de tanta vitalidad y que ha logrado transmitir esto a sus hijos, puesto que todos participan en la organización y sientes que hay una necesidad familiar de trabajar en conjunto y con su ánimo involucran a cada uno de quienes nos acercamos a este grupo de personas. La Azulita, su Festival de Teatro, Ramón y su familia son realmente un juego de sensaciones que se viven, que se multiplican y estoy muy seguro se extenderá este evento por muchos años más.
En definitiva, hay muchos detalles que se me han pasado por alto y que quisiera poder seguir relatando pero podría incluso reiterar, y es por ello que sólo me deja la expectativa de algún día volver a este Festival, de retornar a las cálidas/frías tierras de La Azulita y compartir con esta gente maravillosa que nos recibió sin prejuicios.
Es por esta razón que podemos decir que en cualquier circunstancia o condición EL TEATRO ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA.

José Ramón Castillo
Domingo 04 de agosto de 2016