Desde
hace muchos años estamos tratando de asignar a cada acción humana un día
específico, LA PAZ también lo tiene y fue decretado por la Naciones Unidas el
21 septiembre desde el 2001 y podríamos decir que todo hasta acá es
esperanzador, puesto que ella nace en medio de la confusión de una guerra que
estaba a punto de iniciar en el Medio Oriente y los sucesivos ataques
terroristas que se generaron en ese año. Hoy quince años después leo muy
temprano en la mañana esta afirmación de Ban Ki-moon: «Trabajemos juntos para ayudar a todos los seres humanos a lograr la
dignidad y la igualdad, para construir un planeta más ecológico y para asegurar
que nadie se quede atrás.»
Pero
hablar sobre la PAZ en este sentido es confuso y un tanto difícil de hilar,
porque es una tarea que le corresponde a cada uno de quienes habitamos este
planeta pero NO estamos dispuestos a aportar nuestra cuota. De igual manera veo
muy difícil el florecimiento de LA PAZ por la condición en que nos movemos
actualmente, y es que en muchos países, o mejor dicho, en TODOS los países se
pretende hablar de un fenómeno que me resulta incomprensible, pues LA PAZ es
una imagen que se deslastra de todo lo que conocemos, de todo lo que hacemos, y
es una Utopía que “algún” día “alguna” raza extraña la entenderá.
No
quiero entrar en polémica sobre esta discusión, porque podríamos abrir un foro
sobre quién aporta y quién se niega a LA PAZ, pero si vemos justo al lado,
tenemos bastante con esta VENEZUELA donde no se puede decir nada, donde ya no
puedes realizar un comentario porque de inmediato te apabullan con consignas
política efímeras y superficiales sin asidero y sin sentido, y es que en
nuestro país se habla de un proceso
conciliador pero ninguna de las miles de partes se asegura de ello y todos
hablan de persecuciones, venganzas y agresiones a cada instante,
NO podemos hablar
de PAZ en un país donde estamos acostumbrados a maltratarnos
NO podemos hablar
de PAZ mientras intentemos marcar nuestros criterios con imposiciones violentas
NO podemos hablar
de PAZ mientras nuestra idea de PAZ es la de ofendernos
Tampoco
podemos alegrarnos por este proceso de pacificación de COLOMBIA donde hay tanta
manipulación de parte de los medios y de todos los que circundan estas redes de
internet, a las que frecuento cada vez con menos por su desinformación al
instante. LA PAZ en COLOMBIA se esconde
detrás de las cortinas de polvo que levantan los camiones militares, dejando un
territorio extraordinario para que la guerra se niegue a desaparecer, donde
TODOS son cómplices, se mantienen en silencio y los pocos que denuncian son
callados sin derecho a reclamo por parte de sus pares. Tampoco se puede hacer
una referencia a MÉXICO y su conflicto armado entre organizaciones delictivas
que manipulan los centros de poder gubernamental y se niegan a bajar las armas,
acentuando los problemas de desapariciones, despojos y asesinatos a la orden
del día. Claro, hablo de estos tres países porque son los que más me duelen y
donde mis afectos están más arraigados. Pero menos aún, podemos mirar nuestra
Latinoamérica que está plagada de líderes inescrupulosos que atentan con la Oscuridad,
abogando por intereses que siguen alejándose de las prerrogativas de un mundo en
PAZ, más al contrario, estamos en medio de la ruina absoluta de las
instituciones que van generando la violencia y que va creciendo junto a la
polifonía, en un caos, donde LA PAZ no entiende su presencia y seguramente no
quiere aparecer. Porque a fin de cuentas, LA PAZ nos es más que un estado mental,
individual, privado que nos reclama que deberíamos llegar en beneficio de conjunto,
en colectivo… pero no se logra concretar.
Hablar de PAZ es
hablar de discursos vacíos que nos cercenan los sueños
Hablar de PAZ es
hablar de un mundo de incomprensiones hacia el Otro
Hablar de PAZ es
mendigar un gesto amable de quienes nos circundan
Y lo peor es que,
quienes hablan de PAZ, son esos mismos que están auspiciando los procesos bélicos
del mundo, lo que representa una historia mucho más compleja y en la que no
quiero entrar en detalles.
Miles
de personas se están movilizando actualmente por nuestros países (caso concreto
de esta migración que tenemos en Venezuela) y están tratando de acercarse a
esos sueños de PAZ, pero esa PAZ de ellos y de nosotros, no se concretará mientras
no haya la real responsabilidad de sus acciones, el empuje de quienes salimos a
diario a la calle a enfrentarnos a la desidia de lo cotidiano y nunca se
logrará mientras no veamos el privilegio de convivir, de coexistir, de
sentirnos habitantes en el que somos iguales, NO, seguiremos detrás de estas falsas
expectativas, de ilusiones, de lo que nos quieren imponer como la PAZ.
NO
hay medida que nos demuestre los estados de PAZ, porque esta PAZ de la que se
habla en la ONU es una ilusión y palabras vacías que tratan de llegar miles de
personas que no tienen conciencia de lo que ocurre a su alrededor –que
realmente somos millones-, considero que LA PAZ se forja desde el mismo
interior de quienes la ansiamos, pero mientras más se suplica por ella, ella más
se aleja y se convierte de nuevo en un sueño inimaginado, sí, es un sueño que se
colma de palabrería, de frases vacías, de letras, de símbolos, de estampados
sin destino, pero que son parte de esta desierta palabra mal llamada PAZ.
La
PAZ que nos enseñaron y que ahora de manera autómata tratamos de reconstruir,
es todo lo vacío que he referido, pero no es necesario que nos aislemos en los
mares de sueños, es indispensable salir a reivindicar este discurso con
acciones y no con palabras.
Creo
fervientemente en los hechos sinceros, en la ingenuidad y en los sueños que no
se deben perder para que pueda existir esta PAZ, no hay un pensamiento impositivo
que sea capaz de acercarse a esto que planteo, pero está allí oculto adrede, está
a punto de aparecer y de seguro encontraremos el camino de un nuevo sentido, de
nuevas generaciones que no serán ni mejores ni peores, simplemente estarán allí,
activando sus sueños y esperemos que sean exactamente para la coexistencia.
Por
eso hoy Día Internacional de la PAZ considero que es más importante entrar en
sintonía con nuestros sueños que tratar de decretarla con discursos fatuos, porque
realmente nos muestran una PAZ ignorada.
Jose
21
de septiembre 2016
14:29
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