Una investigación siempre estará orientada por muchas aristas,
especialmente de quienes la emprenden, este caso no es la excepción, porque se
impregna de una sensación de opresión por el contexto en los que se mueven las
minorías. Se resaltan grandes voces, y se percibe la voz de Aníbal Orué Pozzo, Florencia
Falabella y Ramón Fogel por procurar un relato que esté plasmado en imágenes,
retratos y recortes periodísticos de un caso que marca un período histórico de
Paraguay.
Cuando de reseñas periodísticas se trata, es imprescindible encontrar en
método exacto para ir hilvanando una historia, estamos frente a un
impresionante flujo de información que va redactando los hechos como van
aconteciendo y la mirada de quienes la guían, serán el proceso más complejo de
esta visión. Esta investigación que emprende el grupo está marcada por los hechos
violentos de 1959 y el caso 108, que se enraíza en el imaginario Paraguayo,
generando toda una polémica basada en la discriminación, resemantización del Cuerpo
verbal y simbólico, pero además trasciende hasta las inmediaciones de un Cuerpo
Domesticado que se permea en una educación de finales del siglo XX, y, que aún,
perdura en algunas instituciones de manera lógica.
El trabajo que aquí se analiza está enmarcado en la fuerte represión de
los cuerpos, cómo este genera en el contexto un cambio radical de las concepciones
de la sexualidad y de la fuerza brutal de represión, que el totalitarismo logra,
y en países como los de este cono sur están aún resintiendo estas cicatrices.
En el caso 108 y uno quemado, inicia con la muerte del locutor Bernardo
Aranda, bajo circunstancias plagadas de manipulación de los medios de
comunicación de la época, dejando de manifiesto el momento en el cual inicia la
persecución, encarcelamiento y desaparición de un grupo de personas por su
naturaleza sexual. Este es un punto álgido durante la dictadura stronista y el
libro inicia revisando un caso que va a arraigarse en la postura de un Cuerpo que
está tratando de liberarse, pero que es controlado con la anulación del mismo y
como escarmiento de todos los que intenten buscar formas de liberación o de
protesta.
Sin embargo, la Domesticación del Cuerpo implica la sumisión del mismo
ante el poder y de allí se controla el imaginario de posibles protestas que
estarían latentes en un estado carente de libertades. Es por ello que entra
manifiesto el control desde el medio, que indica a las familias que se
conviertan en los principales testigos y delatores de las conductas amorales de
los individuo que asumen una postura cercana del 108, y lo que ello implicaría en
cuanto a significados corporales y por ende, la anulación de los Cuerpos como partícipes
de un poder sin restricciones. El discurso del terror mantendría una sociedad aún
más cuidadosa al momento de ejercer su derecho de palabra.
Ahora bien, si este Cuerpo es Domesticado obviamente está anulado,
entonces vemos que en medio de las bases de la educación el número 108 estará
vinculado con características particulares de discriminación, segregación y
represión del homosexual como miembro de la comunidad general. La mediación fue
fundamental para propagar esta resemantización y allí a otras estructuras como
educación, familia, religión y solidificar coercitivos claros de orden, para
que el cuerpo no adopte las posturas mencionadas en los capítulos anteriores. El
libro a esta altura nos deja ver una nueva forma de escritura de un Cuerpo que
se convierte en estereotipo de nacionalismos, de hombre Nacional que nace de su
indumentaria, posturas corporales y uniformidad para todos por igual, dejando
de manifiesto que el Cuerpo Domesticado no es más que la inclinación de una
postura hacia delatores y de testigos constantes, dispuestos a la denuncia, ya
sea dentro de las instituciones formales del estado o en la familia,
justificando limpiar estas de “enfermedades” sociales que los convierte en peligrosos
elementos de terrorismo libertario.
Podemos decir que este libro es un trabajo que abona al estudio de la
crónica periodística como elemento fundamental para analizar los proceso
militaristas en Latinoamérica, y que, además de demostrar la capacidad de manipulación
en la que se mueven aún muchos medios.
Trabajo impecable de narración periodística que aun hoy nos deja la
posibilidad de buscar nuevas alternativas de investigación sobre el tema.