Los
vampiros como representación artística y literaria son recurrentes en nuestro
entorno. Actualmente este mito es elaborado desde diversas ópticas y se alimentan
de las corrientes estéticas de la
postmodernidad, llevándolos al extremo de modificar su forma romántica del “murciélago
seductor”. De eso trata Nocturna de
Guillermo del Toro y Chuck Hogan, que es la primera entrega de la trilogía de
la Oscuridad y que es un gusto leer.
Para los
que tienen problemas con las lecturas muy complejas este trabajo está elaborado
con un estilo literario que va sin desenfado y es concreto para narrar la
historia. Nocturna es una epidemia
que se empieza a expandir en los EEUU y no es mas que un virus que transforma a
los seres humanos en vampiros de una apariencia bastante grotesca, que son arrastrados
por un maestro vampiro que está tratando de dominar el mundo.
La tesis
que me llama la atención de este trabajo es el de una renovación del vampiro,
pero al unísono la forma literaria es un salto vertiginoso en un juego de
aventuras y de secuencia de acción que intrigan. Encontramos personajes que
terminan convirtiéndose en una especie de héroes posmodernos que logran sortear
las inmensas y continuas trampas y
pruebas a las que son sometidos.
La
construcción de sus personajes está en un estándar que trata de entrar en el
movimiento del panorama de lo
cinematográfico, debido a la influencia del director y guionista mexicano. Pero
a su vez vemos la preocupación por la descripción fiel del detalle que trata de
estar allí, a cada instante, pero que terminas realizando una imagen de lo que
te quieren exponer y colocar en un espacio en el estas siendo acechado por los
vampiros.
La historia
se desplaza en ámbitos anacrónicos, puesto que regresa una y otra vez al pasado
para reconstruir el origen de la especie que acechará a los humanos. Es
redundante la reconstrucción de los encuentros que sufrió Setrakian (el anciano
protagonista) en búsqueda de la monstruosidad que intentó destruir a toda su
familia en Europa, pero que ahora el destino le favorece con una nueva
oportunidad acompañado de Eph (un médico especialista en epidemias que será su
compañero de batalla).
Esta es la
idea de Nocturna, un vaivén de
oportunidades que nos llevan a la velocidad del recuerdo, que se desprende
desde la posibilidad de crear una novela al mejor estilo del guión de una
película de acción y terror, que nos conecta de inmediato con las trilogías más
recientes de Blade El Cazavampiros o Inframundo.
Estéticamente
encontramos un trabajo que nos monta en
un ritmo arrollador, pero también nos deja un halito de sobriedad que es parte
de lo que buscamos. Es un acierto la manera de plantear la trama y definir los
momentos cruciales de la novela, que intenta colocar al espectador como parte
de un universo que se abre paso en cada página y de seguro que quien se atreva
a abrirlas quedará conectado de inmediato.
Nocturna es una alternativa para revisar las formas de
contar una historia, desde un espacio que trata de captar al mayor número de
lectores y que se divierte haciendo esta modificación de un mito tan antiguo como
la misma existencia de occidente, que es recurrente en nuestro espacio. De
seguro los vampirólogos tratarán de hacer sus lecturas y encontrarán que de
nuevo cambiamos la perspectiva de un mundo bastante interesante, porque el
vampiro empieza a reconocerse de nuevo
como el ser que se transforma en el depredador, espera la ocasión de la noche
para abrirse paso en el caos que él impulsa y que además se pone de primero en
la cadena alimenticia, dejando a los humanos en una especie que debe buscar las
formas de sobrevivir y por supuesto terminan haciendo pactos que llevan a
traiciones continuamente.
Nocturna de Guillermo del Toro y Chuck Hogan nos deja
este mundo de acción, terror e intriga que de seguro nos obligará a buscar las
otras dos secuencias.
No se les
olvide buscar estas entregas y recuerden: “La literatura es un peligro para la ignorancia”.