viernes, 1 de noviembre de 2013

20 años de ESCALOFRÍO

Este año se alcanzan los 20 años de ESCALOFRÍO, que es una idea que tuvo Paul Gillman de recopilar en un trabajo discográfico, la primera entrega de leyendas y mitos de Venezuela bajo el sonido de las guitarras del Rock Nacional, que aún se mantiene latente en los oídos de miles de rockeros.


En ese tiempo en que aparece ESCALOFRÍO las propuestas de un Rock hecho e interpretado por venezolanos resultaba un hecho casi aislado y con muy poca importancia por la misma situación de los medios comunicación, que se negaban –y todavía hoy muchos se niegan- a difundir artistas locales. Peor aún, rockeros que trataban de dejarse oír y ver, fue una lucha que se persiguió por años desde los primeros músicos que salieron a la palestra de este género musical. 

ESCALOFRÍO es la preocupación por aquella reivindicación de lo “Nacional” que simplemente se erige como parte de esta identidad y memoria colectiva, de la que tanto tiempo nos hemos quejado y que su difusión es escaza.


Es este trabajo un ejemplo de búsqueda y experimentación de ritmos, que además van acompañados por los propósitos de la difusión de elementos tan propios como los cuentos de caminos, haciendo la traducción correspondiente a las formas en las que los imaginarios tratan de agruparse.

 

Si nos plegamos a los procesos de creación artística, ESCALOFRÍO se diferencia de miles de casos donde nos alejamos de las raíces propias de una cultura como la nuestra, para acercarnos a una estructura que no es la original, es importante hablar de las cientos de bandas que hacen copias fieles de modelos que están muy distantes de nuestra identidad, que afectan muchas veces al Rock y lo llevan a ser eliminado de categorizaciones académicas por su origen y conceptos. Pero debemos hablar de grandes exponentes que pasan de lo musical a lo performativo y es lo que hace que este género sea tan rico y al unísono vapuleado dentro de los pequeños círculos “musicales”, lo que nos lleva a la inmediata reflexión de una forma de expresión artística que puede resultar muy rica, y que no es más un reflejo de lo que se puede hacer con ritmos y de concepciones musicales.

 

El Rock Nacional siempre lo tenemos en medio de una trifulca de conceptos, que simplemente se entretejen, pero que no queremos reconocer desde las exploraciones de Vytas Brenner y todo el complejo del Rock progresivo venezolano cayendo en las experimentaciones de Paul Gillman, es por ello que vemos que el género se deja moldear y se adapta a las formas en las que se necesita. Se requiere urgente de un proceso creativo que vaya más allá de una simple copia que nos es muy alentadora.

 

Paul Gillman se monta en este proyecto después de una larga historia dentro de las vías del Rock Nacional y nos lleva de la mano a un trabajo que está respondiendo precisamente a la intrigas de los músicos del género, y que sirve de detonante para muchos otros proyectos que del interior del país están re-creando sin límites y con mucha disciplina en una nueva concepción del Rock Nacional, y no de rockeros venezolanos queriendo hacer rock que es otra idea muy diferentes.

 

Volviendo al caso de ESCALOFRÍO, es un trabajo que siempre me ha llamado la atención puesto que es clara la influencia anglo, pero se deja respirar una línea de investigación en la manera de hilar el discurso de cada una de las historias, con las participaciones de los recitativos de Porfirio Torres y de Alfredo Escalante que le ponen parte de una performance que atrae de inmediato al que se atreve a escuchar este trabajo.

 

ESCALOFRÍO se convirtió en una primera etapa de investigación de Paul Gillman que trata de acercase a un público cautivo que estaba allí en los 90, saturados de un rock que estaba influenciado y respiraba de lo foráneo, para empezar a reivindicar un movimiento que será más complejo al pasar los años. Gillman desde sus leyendas no queda allí en meras formas de integración del relato con las formas del rock, sino que intenta ir más allá, y esperemos pueda lograr la simbiosis de otros instrumentos y ritmos que nos traigan en la memoria a nuestras estructuras de la Música Venezolana, para de una vez por todas tener un sello de Rock Nacional, donde se puedan fundir ritmos sin miedo a la experimentación y sin limitantes.

 

ESCALOFRÍO es la muestra de una primera parte, que después se va a constituir en un proyecto mucho más amplio de Gillman y su banda, para llegar a una interminable lista de temas y de ritmos que hablan de relatos e historias de todo el país. Les recomiendo se den una pasada por la pagina web de Paul Gillman para que sean testigos de lo que hablo, para que podamos reflexionar sobre un género que ahora tiene más adeptos y donde las propuestas se multipliquen a lo largo y ancho de nuestro país.

 


Al ver que ESCALOFRÍO llega a sus primeros veinte años no nos queda otra que esperar más propuestas de exploración e investigación y decir de nuevo que ¡EL ROCK ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!!

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