jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Alguno De Ustedes Se Ha Subido En Una Buseta En SC?

Subirse al colectivo en nuestra ciudad es toda una experiencia fantástica, no se compara con nada. El servicio es genial, con unidades muy cómodas, conductores amables que disfrutan tanto su trabajo que parece un cuento con duendes y hadas estar dentro de ellas. Las personas que usan estas unidades son de igual manera excepcionales y se pasan de decentes….. jejejejejeje seguramente pensaron que me había fumado una hierba en mal estado ¿verdad?



Bueno, resulta que cada vez que nos montamos en una buseta, la experiencia es tan parecida a estas imágenes que nos muestra el cine, donde los animales de la selva se comen a los turistas sin ninguna explicación. Dios nos libre cada día que se nos ocurra entrar en ellas.

Primero, es desesperante la parada, los autobuses jamás paran en las “paradas” –que no se si existen- y las personas se molestan si les colocan estos módulos de organización vial, porque resulta que cada quien se quiere bajar donde le de la gana y sino, empiezan a pelear antes de subirse. Allí es exactamente donde comienza nuestro viaje cuando aún no hemos terminado de despertar a las ocho de la madrugada.

Las unidades vienen repletas de personas que se suben y se ubican en los asientos, por supuesto, luego en el pasillo, al lado del conductor, en la escalera, y los más ambiciosos, que practican deportes extremos, se cuelgan de las ventanas y se suben al techo como si fueran gatos sorteando la muerte. Si el autobús no para porque va lleno, la gente que está en la “parada” se molesta y le grita cosas al conductor.

Después, si logras subirte empiezas a atravesar el pasillo repleto de gente, el conductor dice que se corran hacia atrás… ¡increíble! mi pregunta: ¿hasta dónde quiere este imbécil que nos corramos?, pero bueno, eso pasa si logras oír lo que él dice, porque el sonido de la música es tan infernal que sólo escuchas el golpeteo del reggaetón que dice: “vamos a hacer maldaes pa’ que tu novio se enfade” o “W( doble u) y Y..winfrin y yonfrin, la conexión… ¡y luni tun¡” que es ya una especie de idea que nos ha unido culturalmente. Sin hablar de la música llanera que atormenta, o el vallenato llorón que siempre está a la espera para saltar y atacar, pero ojala y más nunca me suba a un autobús que lleve la música del imbécil de Ricardo Arjona… ah y se me estaban pasando por alto, los tontos que cargan un cel con música para que todos dentro de la unidad escuchemos las estupideces que tienen guardadas y que debemos escuchar mal y precariamente.

Estando dentro de la unidad, se convierte uno en especialista de física desafiando la inercia, el roce, la acción, la reacción y termina en una formula cuántica sin explicación, -es toda una experiencia educativa-. Tratamos de adaptarnos a los movimientos bruscos a los que nos sometemos en cada parada, curva, recta, subida, bajada, frenazo, choque o cada vez que se voltea y nunca pasa nada.

El rollo y el dilema existencial es cuando quieres pedir la parada y el tipo que maneja no escucha y la gente grita diciendo frases como: “por aquí”, “donde pueda”, “en la esquina” que resultan tan ambiguas, o peor, los imbéciles que silban como si estuvieran en un potrero…

Cuando finalmente la unidad se detiene, la gente baja peleando con el conductor y nunca falta la vieja que dice: “¡¿No oye o es que me quiere llevar pa’ su casa?! y el tipo responde: ¡Nooo que toches, usted es muy fea!” o el chamo que dice: “¿está sordo?” Y él contesta: “Hable como un hombre, pajuo”….

En definitiva, te bajas con el corazón acelerado y tienes una sensación entre risa y molestia, porque este bus se convirtió en una especie de terapia laboral tanto antes de entrar como al salir del trabajo. Esperemos que algún día la inepta de la alcaldesa y el imbécil del gobernador planteen una solución a este servicio….

Mientras, continuaré montándome en la Línea INTERMARGINAL, Línea TORPES, RAMERA Normal, CHORO Sucre y Libertador… no queda de otra.

¡Quedamos pendiente con otros relatos de este tipo… pilas ahí! Abonen sus experiencias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te faltaron los vendedores ambulantes, esos que dicen: "buenas tardes señores pasajeros...espero que me reciban mi material de trabajo sin ningún compromiso...con esto me gano la vida, porque es mejor que estar robando o matando por ahí..." o los que piden plata, pero como una exigencia,y casi se desnudan para mostrar las llagas y cicatrices que tienen en el cuerpo...algunos, hasta parecen salidos de la peli de los muertos vivientes...ah, y los niños con uniforme que cantan rancheras a partir de las 7 de la noche, cuando salen de clase