¿Por qué no creo en esa palabrita llamada Izquierda? Bueno ante todo
debo decir que estuve militando en las filas de la izquierda por muchos años,
que mi pensamiento y mi corazón aun respiran buscando esa reivindicación de los más jodidos, y
por la cual más de dos década he estado trabajando en medio de la desidia, con
gente que más lo necesita en diferentes regiones de Venezuela. Esta revelación
la hago sin presiones y sin dolores de ideología, al contrario lo hago desde la
necesidad de hablar con la voz de los que salimos todos los días a la calle, de
los que estamos cansados y decepcionados, de los que buscamos otros hogares
lejos de casa porque era insostenible la situación en nuestra bella casa
llamada Venezuela.
Todo lo hicimos por una idea que estaba siempre allí, al lado de la
calle, en la casa, en los ojos de nuestros hijos, arriesgamos con todo sin límites,
sin familia, sin tiempo, sin mirar a los lados, simplemente allí mirándonos en
esas caras que siempre nos reclaman que estemos con ellos. Sin restricciones.
Pero hoy la izquierda –si es que podemos hablar de una izquierda seria- nos
quiere traer de nuevo a una manipulación que siempre he criticado, a una
manipulación de pensamiento que me molesta en gran medida. Porque, aunque vengo
de una familia de combatientes y de revolucionarios, que me enseñaron que lo
primero es la vida y que siempre debemos mirarnos al espejo antes de hablar y
creo que hablar tanto al espejo él me contesta por ratos. Mis maestros y
familiares siempre me dijeron que la idea es ese horizonte de la claridad, de
la humildad ante las adversidades, y la humildad ha permitido que calle de
manera insospechada. Pero en Venezuela se nos ha ido de la mano la situación,
vemos un gobierno que en otrora luchó por esta reivindicación de quienes nos
sentíamos aislados, pero hoy se desvaneció en particularidades, en sentimientos
ególatras que todavía en este momento me parece una aberración. Sí, lo acepto,
creí por mucho tiempo que era la manera de hacer las cosas, pero no considero
que los venezolanos estemos pasando por tantas necesidades hoy día, que las
cosas sean tan perturbadoras y que las autoridades sigan el camino de ver sólo
una vía, la de mantenerse porque hay una necesidad de hacerlo sin paragón sin
claridad.
Estamos desde hace meses ante un estado inoperante, en manos de un gobierno
inepto que dejó de lado las necesidades básicas –si quieren, como simple
ejemplo vean las fronteras de donde yo vengo- para dedicarse a una propaganda
inútil, de una constituyente innecesaria y tiran al piso una lucha que hicimos
en el 98. ¡Y todavía quieren que nosotros como buenos borregos sigamos el
camino! Pues me niego rotundamente, cada día que veo este país por el que sufro
minuto a minuto, veo que la ola crece sin parar, sin posibilidad de mirar a los
lados y nos quieren poner de un lado u otro de la izquierda, pero pregunto hoy
¿Cuál Izquierda? ¿La tuya o la del Mundo que nos imaginamos? Ahora venimos con
el discursito superfluo como si el Mundo de moviera en sólo en dos direcciones, al cual no estoy dispuesto a seguir.
El gobierno en su afán por mantener la hegemonía se instaló en la lucha
contra una “derecha” –porque esa gente que anda en la calle està mas desorientada
que cualquier otra cosa- violenta y
ahora la exaspera con movidas electorales improvisadas, la Izquierda sólo busca
reflexionar sobre lo que no hicieron, me imagino, o sí, hicieron que muchos nos
defraudáramos de ellos, y allí llevamos más de cinco años donde cada día es más
difícil vivir en esta tierra. Mi pregunta es ¿cuál es la alternativa? Bueno,
revisémonos desde lo que nos falta, desde lo que adolecemos y que nuestra gente
pueda vivir mejor su vida. Porque muchos estamos buscando otro hogar pesando más
allá que en los de acá, porque esta cobardía nos trajo a un vacío generalizado
tanto dentro como fuera. Me imagino que cuando este vendaval pase vedrán las
cuentas por cobrar, y eso, no estoy dispuesto a pagarlo por otros.
Las Izquierdas en esta Latinoamérica, y peor aún, en Venezuela,
perdieron credibilidad ipso facto, ahora vamos buscando nuevos rumbos. Pueden
catalogarme de vendido, apátripa, vividor o estúpido acomodaticio o la frase
que más que más me gusta “saltatalanquera” –cosa que es la única arma con la
que me pueden ofender, pero si salto la talanquera me voy de culo, porque al
otro lado no hay nada-, pero no me preocupa, porque es lógico, pero para mí
siempre el pensamiento es lo primero y la condición humana es lo que me define.
Vamos coño, pensemos, no lloremos, no nos quejemos, vamos adelante y,
por supuesto, que vamos a salir de este atolladero en el que estamos y que a
TODOS nos afecta cerca o lejos, pero cambiemos de una vez por todas, porque ya
creo que es la hora de rectificar esta situación.
PD: me disculpan mis panas, pero hay que ver las cosas con ecuanimidad.
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