Escrito en el Escenario, texto escrito por el maestro Juan Carlos Gené y publicado por el CELCIT-Venezuela en 2005, está estructurado como una autobiografía de trabajo desarrollado por más de cincuenta años ininterrumpidos, que lo convierte en una especie de diario que permite la disección de una línea de investigación teatral.
El maestro Gené tiene en su haber una enorme cantidad de trabajos como actor, piezas escritas y se reconoce como director preocupado por su proceso de pedagógico y de innovación. El texto nos permite ver un Gené que posee la capacidad de entrar en sintonía con el entorno, lo que nos lleva de la mano hacia una poética que busca lenguajes que se interrelacionen con Latinoamérica y su estética multiforme.
Desde la década de 1950 hasta la fecha actual, se esfuerza por la exploración de su cuerpo como actor, la necesidad de conectar diferentes métodos, visualizando toda una travesía desde la concepción de la corporeidad del actor que crece y que busca su adaptación con disciplina.
Escrito en el Escenario es la posibilidad de entrar en el proceso de un teatro que está buscando constantemente la reflexión del actor y su proceso orgánico, que le permita entrar en compromiso con cada uno de los personajes trabajados y de los montajes a los que se enfrenta.
Releyendo una y otra vez el trabajo del maestro Gené, se comprende que la libertad creativa del actor es el único punto de referencia al que se puede apuntar, es un estudio largo y de dedicación que logra llevar el cuerpo cotidiano para transformarlo en energía condicionada y entra en el juego del condicionamiento activo por parte de los componentes que integran el hecho teatral.
Es allí donde reafirmamos las premisas de un arte que está procurando abrirse paso en medio de la polifonía y de lo multicultural, para arriesgarse a la propuesta de un cuerpo que abarca el espacio y el tiempo, de un cuerpo que respira, vive, exige y se reconoce como dueño de signos y significaciones, que de por sí son inmanentes en su recorrido histórico.
Escrito en el Escenario nos permite reconstruir una vez más la interacción de las formas de percibir un teatro que busca nuevos horizontes, trata al unísono de reivindicar la posibilidad de un convivio que debe estar allí constantemente y que el cuerpo teatral lo asimila (actor, director, autor, público).
Encontramos de nuevo esta necesidad de reflexión sobre el oficio del actor, las diferentes formas y métodos de trabajo que debe experimentar a lo largo de su vida, procurando que su trabajo esté en constante movimiento.
Escrito en el Escenario es un trabajo que nos explica las dudas, las intrigas y la frustraciones que un actor atraviesa a lo largo de su carrera, que termina siendo él mismo quien decide realizar una dramaturgia corporal desde cada espacio y alternativa que se propone. Nos reitera que el teatro no es más que un juego de ver desde el interior de cada uno de los actuantes, y su aporte para configurar un todo más complejo que desemboca en espectáculos o temporadas que van sufriendo matices y cambio de ritmos o energía a medida que pasan los días.
Una de las preocupaciones más recurrente en estas reflexiones es la posibilidad de una formación consciente del actor, que lo lleven a construir conceptos y afirmaciones sobre el hecho teatral, abriéndose paso día a día en los vericuetos de un espacio denominado escenario, y que no es más que el sitio de trabajo que puede generarse en cualquier parte. Mientras existan los juegos de asumir roles en cada performance, nacerá a cada instante el hecho teatral y siempre estarán allí de la mano actores y público, que a fin de cuentas son quienes protagonizan el convivio teatral.
Escrito en el escenario es una invitación a repasar hoja tras hoja de una infinidad de recuerdos y vivencias para terminar reafirmando de nuevo que el teatro es más que un arte, para transformarse en una manera de vivir, de existencia, donde el actor se viste cada vez que puede de personajes que viven con él en un instante y luego lo llevan a buscar nuevos horizontes. El actor presta su cuerpo para que el personaje reviva en cada función y que este mismo cuerpo, sea empleado en otros personajes como instrumento de trabajo.
Por eso les invito a revisar este trabajo del Maestro Juan Carlos Gené que de seguro les ayudará a despejar algunas dudas, esperemos pueda generar más preguntas y los lleve a una reflexión más compleja sobre este oficio de jugar al actor.
Por cierto, cabe destacar que esta semana el CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral) ha sido galardonado con el Premio Teatro del Mundo 2011, destacando de nuevo la labor pedagógica y de investigación que desarrollan desde 1975.
Sólo me resta decir: “El Teatro es un peligro la ignorancia”
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