El 28 de
junio es de nuevo el Día Nacional
del Teatro, fecha que nos lleva a reflexionar sobre las formas en las que
se manifiesta esta disciplina artística en nuestro país y las acciones que
debemos tomar para reafirmar el movimiento.
Es claro que entendemos al TEATRO como un arte que sólo cuenta con la palabra como herramienta
para expresarse, hablamos de una palabra que está conformada de diversas formas
de expresión (gestos, sonidos, movimientos…) que pueden llegar a ser muy
complejas, y que en su mayoría son tan lacerantes que desencadenan acciones
dentro del imaginario colectivo.
Quienes hacemos teatro pertenecemos a una forma
de lenguaje donde los medios en que estamos inmersos siempre entran en cuestionamiento
por motivos naturales, y es que el TEATRO
no es capaz de mantenerse atónito ante las preocupaciones humanas, sino al
contrario, es responsable de manifestarse una y otra vez en contra de todo lo
que se consideran injusticias humanas.
En tal sentido el Teatro Nacional no es la excepción, debemos enfrentarnos a las
posibilidades de discriminación por parte de la mayoría de los contextos, pero
esto no debe ser motivo para desfallecer, y los teatristas deben mantenerse en
pie de lucha en este afán por seguir mostrando su trabajo, de seguir criticando
y de seguir denunciando.
Es el TEATRO
un ejemplo de constancia, manteniéndose por encima de persecuciones en las que
los centros de poder intentaron durante muchos años callarlo, donde vimos a
largo de nuestra historia artistas vinculados al movimiento agredidos por culpa
de una frase o de una idea. Y este es el verdadero sentido del TEATRO como manifestación, tratar de
mantenerse en pie, de vivir en una constante mirada aguda y de tener este
sentido crítico ante las adversidades, así como también demostrar las formas en
las que se enaltece en cada uno de los rincones donde se desarrolla.
El 28 de
junio pese a ser una fecha con la que muchos estamos en diatriba, es motivo
de celebración, de acercarnos a cada una de las comunidades y de ver qué
estamos haciendo, de comenzar por concebir un arte que esté en compromiso con
cada uno de nuestros interlocutores, de un arte que responda a los intereses de
cada una de las regiones, y que siempre esté dinámico para adaptarse a las
formas de vida en la que nos organizamos los venezolanos. Es ineludible
acercarnos más a estas premisas para que
podamos identificar un movimiento de naturaleza propia, muy venezolana, que responda y viva constantemente en este
quehacer diario, y no sea una simple herramienta de “entretenimiento”, como se
ha pretendido concebir.
Es el Día
Nacional del Teatro una fecha de júbilo, donde los teatristas deben tomar
cada calle, pueblo o ciudad y debe colmarse el país de TEATRO, para que nos veamos a nosotros mismos sin miedo a la
crítica, de un TEATRO que debe
crecer en función de los intereses que realmente estamos ansiosos por ver, de
un TEATRO que sea más venezolano y
se convierta en un TEATRO universal.
Es por estas razones que debemos celebrar el Día Nacional, y que no sólo sea por un
día específico, sino que nos vayamos a todos los días del año mostrando nuestro
trabajo sin prejuicios, de un arte que debe respirar por su propia dignidad, de
un lenguaje que está sintonía con nosotros.
Debemos estar atentos para atender estéticas y
propuestas que posean esta particularidad de identificarnos más aun, de un arte
que respira por su quehacer y que puede ser tan llamativo que es capaz de
generar toda una revolución artística sin distinción y sin discriminación.
Es el Día
Nacional del Teatro una fecha que nos llama a reflexionar, a buscar el
debate de las ideas, de lo que hemos hecho y de lo que hacemos, con la
convicción de darle al TEATRO un
respiro, de cimentarse sobre su trabajo, que se mueva por sí solo, y -más
importante aun-, porque estamos obligados a reafirmarnos dentro de un
movimiento que se manifiesta en cada uno de los estado del país.
Una celebración que debe durar todo el año,
para que podamos exaltar una vez más esta disciplina artística que tanto
trabajo ha representado llevarla hasta donde ha llegado en este momento.
Un saludo a mis amigos, compañeros y colegas
teatristas de toda Venezuela y esperemos que el 28 de junio y los días posteriores colmemos al país de TEATRO.
Y recuerden: EL TEATRO ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!!
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