viernes, 23 de mayo de 2014

El Teatro de Tomás.

En 2005 acudí al Congreso Iberoamericano de Teatro Universitario en la ciudad de Coro (Venezuela) y tuve la oportunidad de encontrarme y conocer al maestro Tomás Urtusástegui,  que demás está, decir es punto de referencia en la dramaturgia mexicana. Es necesario hacer una recapitulación de la extensa obra que este escritor nos está ofreciendo, y podemos ver su relación directa con los contextos latinoamericanos en los que nos desenvolvemos a diario.

Para Tomás escribir es parte de su filosofía de vida, corrijo, es su filosofía de VIDA, su diario transcurrir se manifiesta desde la escritura de temas que nos son comunes, podemos ver que sus piezas dramatúrgicas son la extensión de cuanto vive, presencia en cada esquina, en cada circunstancia, en cada relato que podemos toparnos en lo cotidiano. Plagado de una gran dosis de humor el Teatro de Tomás está siendo representado por cientos de grupos a diario en Latinoamérica, porque está dirigido a un público que necesita de la reflexión desde la jocosidad, es una simple inserción de situaciones absurdas, para desencadenar la risa que alivia las propuestas agresivas ante las que nos enfrentamos.

Es natural que frente a esta propuesta de teatro nos veamos reflejados, es muy curioso ver que el Teatro de Tomás se ha configurado en dos grandes bloques que podemos separarlos de siguiente manera.

El primer Tomás es aquel que está ligado a la comedia ligera, el segundo es el de la historia local, el de las manifestaciones propias de la cultura popular (fiestas, rituales religiosos, celebraciones históricas).

Entre las piezas de comedia ligera, tengo que hacer referencia al estudio de los imaginarios mexicanos, que fácilmente se adaptan a otros contextos latinoamericanos, en los que tenemos farsas, parodias y pastorelas, estas últimas un género absolutamente mexicanas, que están en sintonía con nuestras celebraciones navideñas y que para sus entornos es muy común.

Tomás Urtusástegui y Oscar Erives 2012
Esta foto se la robé a Oscar de su facebook, :)
Este Tomás es un tanto agudo, sarcástico e incisivo, puesto que es desde el género de la comedia que se ha refugiado para hacer sus más fuertes críticas a todo lo que le rodea, es un Tomás que se envuelve en la sabana de la inocencia, pero realmente, deja de manifiesto un discurso que va más allá de una simple dosis de humor, y es la verdadera razón de existencia del arte. Tomás entra y sale de los discursos con tal, maestría que trata de no ofender, pero que está en constate mirada aguda.

Se me olvidaba, Tomás es un dramaturgo que se masifica intencionalmente, por tal motivo muchas de sus obras ya han sido estrenada por alguna agrupación y es resultado de su promoción y publicación desde hace más de cuatro décadas, unido a su propagación en internet, por los comentarios por sus amigos y por las inmensas posibilidad de entrar a todos los ámbitos. Por esta razón confirmo que Tomás logra acceder a cada uno de quienes disfrutamos de sus trabajos y los difundimos. Es necesario recordar que Tomás lleva escritas más de 330 obras publicadas, sin contar las que estará escondiendo o maquinando en este momento detrás de su computadora en su estudio de la Ciudad de México, -ya me lo imagino mirando por la ventana hacia su jardín fraguando y riéndose de sus ideas-  puesto que es incansable y he sido testigo de su capacidad y disciplina de trabajo por horas de escritura, de dedicación en medio de sus perros y su particular conexión con la naturaleza y sencillez.

Considero necesario que las piezas de Tomás se difundan con mayor ahínco, puesto que es laborioso en este género y cada día me convenzo más, que tiene mucha energía aun para seguir llegando a miles de personas.

Volviendo al trabajo de Tomás, podemos encontrarnos con un segundo Tomás que es el interesado por la investigación histórico-cultural, de manifestaciones propias de los sitios a los que visita, de las formas en la que ve el desarrollo de la cultura de nuestro continente, con piezas que van desde la misma visión de su “Frida Khalo”, hasta pasar por los relatos históricos, o de resaltar manifestaciones como “Huapango”, y llega a los recónditos lugares como Trujillo en Venezuela para escribir la pieza José Gregorio Hernández que es una imagen religiosa de nuestro país. –y que está mal decir, pero tuve la oportunidad de dirigir en 2007 y la giramos por varios estados de Venezuela-

Esta faceta nos deja de manifiesto el estudio constante de los lugares, de las razones de existencia de las comunidades a las que se acerca, donde queda plasmada su preocupación por un teatro que va más allá de una simple referencia. Vemos que se interna en cada uno de los rincones, en los imaginaros populares, para encontrar en su interior el sentido de pertenencia en la que nos vemos incluidos, con una gran dosis de humildad -que está tan escaza- en estos tiempos, en los que convertirse en escritor es más una moda, que un trabajo laborioso de investigación permanente.

El Teatro de Tomás está en constante efervescencia, de un gesto que está por salir, de una historia de que está por alimentar nuestra historia, de un personaje que soy yo mismo y del cual no me he percatado. Cuando tratamos de alejarnos de los horizontes y el compromiso del arte Tomás nos lanza una conexión en la que nos vemos atrapados, que es mas un reflejo de quienes somos y lo que estamos desarrollando a diario.

Tomás de la misma manera ha buscado sin cesar un estilo propio de manifestaciones, de ideas y de formas de ver el mundo, si entran a su página en internet podrán descargarse sus ensayos y manuales para dramaturgia, que nacen desde su preocupación para entrar en un ambiente en el que las competencias van desde la “ciberposibilidad” de estudiar miles de propuestas, pero Tomás está allí, llegando a cientos de personas a diario, y no es raro que en cada país de nuestra Latinoamérica se haya representado al menos un trabajo de nuestro compañero.

Es un Teatro que entra en sintonía con el teatro estudiantil o escolar,  que se desplaza hacia el teatro universitario, que llega de manifiesto a los festivales nacionales donde las poéticas van de la mano de grupos profesionales, puesto que vemos una dramaturgia que se adapta a sus entornos, dentro una estética de lo cotidiano, pero también está dirigido a la imaginación de los directores noveles y no tan noveles, aunque que a fin de cuentas, Tomás ha abonado su trabajo en la formación de muchos hacedores de teatro en muchas regiones.

No es sorpresa para nadie que en México aparezca siempre en los festivales una obra suya en cartelera o que esté siempre en temporada, puesto que es asequible, que es descomplicado con sus lectores, y esta es una herramienta que Tomás ha tomado desde siempre para llegar a miles de personas.

No me queda mas que saludar a Tomás y alegrarme por este trabajo tan minucioso que lleva desarrollando desde hace más de cincuenta años, donde su preocupación ha sido el rescate de un teatro mexicano que va más acorde con sus necesidades, de un escritor que nos enseña día a día que sólo en la constancia de escribir, de investigar y de explorar está la alternativa de resolver los conflictos artísticos que a veces nos topamos.

Siempre ha sido un gusto platicar con Tomás, ya sea en su casa de México o cuando nos topamos en Chihuahua hace un par de años, -en el marco de la despedida del maestro Oscar Erives- porque realmente podemos confrontar ideas, contradecir poéticas, por supuesto, enfrentar formas de ver el teatro y al final siempre entre discrepancias, terminamos en una gran charla sobre diversos temas teatrales que terminan siendo múltiples y de gran valor.

Es un placer hablar de las propuestas de nuestros artistas que ofrecen miles lecturas y que a fin de cuentas son una sola, el quehacer del proceso creativo, que se multiplica con el pasar de los años.

Para Tomás este proceso nunca termina y si tienen la oportunidad de pasar por su pagina de internet www.tomasurtusastegui.com  no van a perder su tiempo, puesto que van a darse un gusto leyendo las ideas del maestro, y les recuerdo que se pueden descargar para leerlas con calma y al mismo tiempo pueden entrar en contacto con él.

Tomás es un ejemplo de hacer teatro sin ataduras y sin restricciones.

Saludos Tomás

Hablar de teatro siempre es fascinante por eso les digo: ¡EL TEATRO ES UN PELIGRO PARA LA IGNORACIA!!!!.


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