Ya pasamos la barrera de los diez años con una
temporada permanente de la pieza que es nuestra consentida llamada “Sansón y Dalila” de Aquiles Nazoa, que ha sobrepasado todo pronóstico y donde han rotado
varios elencos, lo que la convierte en un clásico dentro del Grupo Experimental
de Teatro.
Todo inició por un juego dramático, que
consistía en un ejercicio de actuación que tenía como objetivo experimentar en
el elenco una experiencia con algún autor venezolano y se nos ocurrió que
podríamos hacerlo desde Aquiles Nazoa,
que es uno de nuestros dramaturgo-poeta-humorista
más resaltante de la segunda mitad siglo XX, que logró hacer una extraordinaria
disección del imaginario venezolano.
Aquiles Nazoa es de estos autores que se han representado
miles de veces por las agrupaciones estudiantiles, por su frescura al momento
de estructurar una pieza, porque logra entrar en sintonía con lo cotidiano del
venezolano para que se vaya renovando a medida que pasan los años.
Puede parecer reiterativo que su figura la
escuchemos en cada uno de los planteles educativos de Venezuela, y puede
parecer que sea único recurso que salta de la dramaturgia venezolana con mayor
reiteración. Pero es por su impacto ante la agresividad del sistema en sí, de
un humor que se mantiene perenne que hace que la mayoría de los facilitadores
de las artes escénicas se acerquen a este portento del teatro y se haga tan
popular.
Foto: keko 2012 |
Es fundamental que se propague su estilo de
trabajo, que este reconocimiento que se hizo desde la Feria Internacional
del Libro y de la promoción que se hace desde diferentes entes educativos sea
más a profundidad, estudiemos al hombre que supo definir esta característica
del venezolano que trata de sobrevivir a diario y que no es más que una
extensión de lo que somos.
Para Aquiles
Nazoa el sentido de crear un teatro para leer recae en la posibilidad de hacer
adaptaciones de los clásicos de la literatura y trasladarlos a una Venezuela
que está luchando por desarraigarse del campo y ubicarse en las ciudades. De
una Venezuela que va llevando el peso de las praxis menos acertadas de los
gobiernos que ha tenido al frente, de los cuales aún padecemos estos embates,
pero que desde una lírica muy ligera y de un
humor lacerante va dejando aparecer un estilo único, sólo comparado con
autores como Andrés Eloy Blanco, Cesar
Rengifo o Miguel Otero Silva, que se volcaron a esta forma de
representación en la que el teatro es un método de denuncia, de un teatro para
leer que trata de plasmar la disparidad de los discursos políticos, de la
ironía de un imaginario tan particular como el venezolano.
Es por ello que necesitamos más indagación en
este teatro para leer, de promocionar autores que lleven de
Foto: keko 2012 |
Es Aquiles
Nazoa un autor al que muchas veces se ha subestimado –praxis muy
característica de nuestros intelectuales y académicos- por lo prolífico y lo
profundo que pudo llegar a desarrollarse. ¿Será posible que lo consideren un
autor que sólo puede ser estudiado en la escuela?, o ¿será que aún no se ha
planteado una línea seria de trabajo sobre su poética, sobre su obra, sobre su
aporte a las letras venezolanas? Me parece que es por allí donde viene el
conflicto, por evitar sondear en estas aguas y obviarlas adrede. Es por ello
que mi preocupación está latente en seguir indagando por las interminables
líneas de nuestro teatro para leer del siglo XX, y en especial, a este autor
que más que un dramaturgo es un estilo, una estética y una forma de establecer
planteamientos que se extienden por toda la literatura y que aún no hemos
descubierto con certeza.
Foto: Keko 2012 |
Por ello sigo preocupado por este rescate de un
teatro venezolano que nos identifique, que sea capaz de hablar de nosotros
mismo, y mientras no miremos hacia nuestros adentros, seguiremos perdiendo el tiempo
y el teatro venezolano seguirá buscando fórmulas foráneas y se perpetuará en repeticiones
de vacíos poéticos.
No se les olvide, lean a Aquiles Nazoa porque EL
TEATRO ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA.
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