miércoles, 28 de mayo de 2014

¿Por qué Aquiles?

Ya pasamos la barrera de los diez años con una temporada permanente de la pieza que es nuestra consentida llamada “Sansón y Dalila” de Aquiles Nazoa, que ha sobrepasado todo pronóstico y donde han rotado varios elencos, lo que la convierte en un clásico dentro del Grupo Experimental de Teatro.


Todo inició por un juego dramático, que consistía en un ejercicio de actuación que tenía como objetivo experimentar en el elenco una experiencia con algún autor venezolano y se nos ocurrió que podríamos hacerlo desde Aquiles Nazoa, que es uno de nuestros dramaturgo-poeta-humorista más resaltante de la segunda mitad siglo XX, que logró hacer una extraordinaria disección del imaginario venezolano.

Aquiles Nazoa es de estos autores que se han representado miles de veces por las agrupaciones estudiantiles, por su frescura al momento de estructurar una pieza, porque logra entrar en sintonía con lo cotidiano del venezolano para que se vaya renovando a medida que pasan los años.

Puede parecer reiterativo que su figura la escuchemos en cada uno de los planteles educativos de Venezuela, y puede parecer que sea único recurso que salta de la dramaturgia venezolana con mayor reiteración. Pero es por su impacto ante la agresividad del sistema en sí, de un humor que se mantiene perenne que hace que la mayoría de los facilitadores de las artes escénicas se acerquen a este portento del teatro y se haga tan popular.

Foto: keko 2012
Es fundamental que se propague su estilo de trabajo, que este reconocimiento que se hizo desde la Feria Internacional del Libro y de la promoción que se hace desde diferentes entes educativos sea más a profundidad, estudiemos al hombre que supo definir esta característica del venezolano que trata de sobrevivir a diario y que no es más que una extensión de lo que somos.

Para Aquiles Nazoa el sentido de crear un teatro para leer recae en la posibilidad de hacer adaptaciones de los clásicos de la literatura y trasladarlos a una Venezuela que está luchando por desarraigarse del campo y ubicarse en las ciudades. De una Venezuela que va llevando el peso de las praxis menos acertadas de los gobiernos que ha tenido al frente, de los cuales aún padecemos estos embates, pero que desde una lírica muy ligera y de un  humor lacerante va dejando aparecer un estilo único, sólo comparado con autores como Andrés Eloy Blanco, Cesar Rengifo o Miguel Otero Silva, que se volcaron a esta forma de representación en la que el teatro es un método de denuncia, de un teatro para leer que trata de plasmar la disparidad de los discursos políticos, de la ironía de un imaginario tan particular como el venezolano.

Es por ello que necesitamos más indagación en este teatro para leer, de promocionar autores que lleven de
Foto: keko 2012
la mano temas que nos atrapen, no sólo desde lo excéntrico y lo humorístico, sino que se conviertan en parte de un lenguaje que entre en sintonía con cada una de las regiones de nuestro país. Es indispensable buscar entre sus obras las corrientes de un teatro venezolano que nace detrás de miles de tropiezos, de un génesis que nos empuja prácticamente a un proceso de más de un siglo, para encontrar esas poéticas que nos definen como un teatro del Caribe-Andino-Latinoamericano que recaiga en la etiqueta específica del venezolano, pero que apenas empezamos a vislumbrar.

Es Aquiles Nazoa un autor al que muchas veces se ha subestimado –praxis muy característica de nuestros intelectuales y académicos- por lo prolífico y lo profundo que pudo llegar a desarrollarse. ¿Será posible que lo consideren un autor que sólo puede ser estudiado en la escuela?, o ¿será que aún no se ha planteado una línea seria de trabajo sobre su poética, sobre su obra, sobre su aporte a las letras venezolanas? Me parece que es por allí donde viene el conflicto, por evitar sondear en estas aguas y obviarlas adrede. Es por ello que mi preocupación está latente en seguir indagando por las interminables líneas de nuestro teatro para leer del siglo XX, y en especial, a este autor que más que un dramaturgo es un estilo, una estética y una forma de establecer planteamientos que se extienden por toda la literatura y que aún no hemos descubierto con certeza.

Foto: Keko 2012 
Por ello sigo preocupado por este rescate de un teatro venezolano que nos identifique, que sea capaz de hablar de nosotros mismo, y mientras no miremos hacia nuestros adentros, seguiremos perdiendo el tiempo y el teatro venezolano seguirá buscando fórmulas foráneas y se perpetuará en repeticiones de vacíos poéticos.

No se les olvide, lean a Aquiles Nazoa porque EL TEATRO ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA.



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