Las
masas se comportan de manera uniforme tras los embates de las fuerzas
abrumadoras de los medios de comunicación y luego se van convirtiendo en una
especie de amalgama de acciones que parece se unifican en criterios, posturas y
apreciaciones de un hecho en concreto. La Copa Mundial de Futbol organizado por
la FIFA es el mejor ejemplo de ello, podemos ver millones de personas
conectadas a sus televisores como una especie de suero alimentador del que no
pueden desligarse, tal es el bombardeo que no hay tregua bajo ninguna
circunstancia.
Esto
se experimenta desde un primer elemento que es el futbol en sí mismo, que demás
está decir, es un deporte que moviliza las masas y que para algunos países ha
sido la tabla de salvación para ocultar los daños que sus dirigentes hace a sus
habitantes, como por ejemplo las grandes crisis políticas y económicas de Europa
o las debacles de militarismos de Latinoamérica (Pinochet, Videla…) se han
valido de este deporte para callar las voces de quienes reclaman un justo
trato. Las personas terminan siendo autómatas que se entretienen con las
dinámicas de las emociones exacerbadas que él mismo despierta, y se les olvida
que existe una vida en la que hay carestías e injusticias. Por ello, las formas
en la que se manifiesta este deporte no van acompañadas por el pensamiento
racional, sino al contrario, es una pulsión visceral que va creciendo a medida
que pasan los minutos, y de la misma
manera, cuando hay una competencia que envuelve a todos los países del mundo
entonces tendremos una masa inmensa que respira sólo de manera uniforme.
El
futbol hoy día ha perdido por completo su esencia de deporte, para transformarse
en la mejor herramienta de vender un mercado trasnacional e insertar formas de
pensamiento alienantes, de las cuales no dejamos de consumir. Queramos de una u
otra manera, nos absorben y nuestras vidas empiezan a gravitar sobre esta
fuerza descomunal que sólo trae un pensamiento frío y sin sentido que puede ser
muy peligroso a medida que crece.
Es
un deporte que se convierte en “medio”, es un deporte que sólo ha sido
desvirtuado por una industria que ha sabido mover las piezas de este fenómeno y
que lleva consigo el estigma de la decadencia de quienes lo vanaglorian, es un
verdadera lástima puesto que es un deporte muy llamativo, alegre y termina siendo
un arma peligrosa para quienes nos vemos
cautivados a diario por él.
Realmente
no es el futbol, como tal, porque si analizamos el conjunto vemos que es un deporte
recreativo muy sencillo y se juega en cualquier parte del mundo, sólo se
necesita un balón, una pelota o algo que ruede, que sea esférico y dos o más
personas que quieran jugar y ya lo tienes, desde el mismo centro de tu casa,
hasta en la calle donde está tu comunidad. Por este motivo es tan alegre y tan
adictivo el futbol, que siempre he tratado de defenderlo y que lo he visto como
un deporte, un juego, un espacio para compartir y divertirse. Pero cuando este
mismo deporte se ve alterado por los medios, que aprendieron su alto poder de
persuasión insertaron marcas, tips ideológicos y elementos perturbadores, que
son determinantes en grupos, y ya no hay posibilidades de salir o escapar, por
esto el deporte queda en un segundo plano.
El fútbol es un deporte que ya lo dejaron de lado, y ahora simplemente vamos a ver
camisetas de colores con marcas muy importantes, bebidas energizantes,
vehículos imponentes, tarjetas de créditos, ideologías políticas claras, y de
allí, cuanta cosa se nos ocurra, lo que lleva a un discurso agresivo, directo y
sin tolerancia que nos va encaminando hacia nuevas formas de existencia misma.
Durante
el La Copa Mundial TODAS las personas del “MUNDO” adaptaron sus formas de vida
a las consecuencias de una programación que se definió desde las oficinas de la
FIFA y luego se fueron acoplando a los resultados de los juegos, lo que nos
llevó a más de un mes atrapados por estas fuerzas palpables que entraban en
nuestro cerebro veinticuatro horas al día.
Hasta
en nuestro país vimos esta alienación, porque los disociados que salen a realizar
sus Guarimbas se les olvidó por un mes y pudimos vivir en un poco de paz por
esos días, pero el lunes 14 ya iniciaron de nuevo su acostumbrada forma de
crear el terrorismo en nuestras comunidades, pero bueno, eso es el futbol,
también tiene fecha de caducidad y ahora debemos enfrentarnos a las condiciones
a las que somos sometidos.
Pero
por encima de todo, el futbol es el deporte de las masas, es el deporte que más
admiro y del cual no puedo alejarme. Y por ahora después de ver la final del
2014 sólo me resta parafrasear a Eduardo Galeano: Los únicos que ganan la copa
del Mundo son nike, adidas y puma.
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