martes, 15 de julio de 2014

Se fue el Mundial...

Las masas se comportan de manera uniforme tras los embates de las fuerzas abrumadoras de los medios de comunicación y luego se van convirtiendo en una especie de amalgama de acciones que parece se unifican en criterios, posturas y apreciaciones de un hecho en concreto. La Copa Mundial de Futbol organizado por la FIFA es el mejor ejemplo de ello, podemos ver millones de personas conectadas a sus televisores como una especie de suero alimentador del que no pueden desligarse, tal es el bombardeo que no hay tregua bajo ninguna circunstancia.

Esto se experimenta desde un primer elemento que es el futbol en sí mismo, que demás está decir, es un deporte que moviliza las masas y que para algunos países ha sido la tabla de salvación para ocultar los daños que sus dirigentes hace a sus habitantes, como por ejemplo las grandes crisis políticas y económicas de Europa o las debacles de militarismos de Latinoamérica (Pinochet, Videla…) se han valido de este deporte para callar las voces de quienes reclaman un justo trato. Las personas terminan siendo autómatas que se entretienen con las dinámicas de las emociones exacerbadas que él mismo despierta, y se les olvida que existe una vida en la que hay carestías e injusticias. Por ello, las formas en la que se manifiesta este deporte no van acompañadas por el pensamiento racional, sino al contrario, es una pulsión visceral que va creciendo a medida que pasan los  minutos, y de la misma manera, cuando hay una competencia que envuelve a todos los países del mundo entonces tendremos una masa inmensa que respira sólo de manera uniforme.

El futbol hoy día ha perdido por completo su esencia de deporte, para transformarse en la mejor herramienta de vender un mercado trasnacional e insertar formas de pensamiento alienantes, de las cuales no dejamos de consumir. Queramos de una u otra manera, nos absorben y nuestras vidas empiezan a gravitar sobre esta fuerza descomunal que sólo trae un pensamiento frío y sin sentido que puede ser muy peligroso a medida que crece.

Es un deporte que se convierte en “medio”, es un deporte que sólo ha sido desvirtuado por una industria que ha sabido mover las piezas de este fenómeno y que lleva consigo el estigma de la decadencia de quienes lo vanaglorian, es un verdadera lástima puesto que es un deporte muy llamativo, alegre y termina siendo un arma peligrosa para quienes  nos vemos cautivados a diario por él.

Realmente no es el futbol, como tal, porque si analizamos el conjunto vemos que es un deporte recreativo muy sencillo y se juega en cualquier parte del mundo, sólo se necesita un balón, una pelota o algo que ruede, que sea esférico y dos o más personas que quieran jugar y ya lo tienes, desde el mismo centro de tu casa, hasta en la calle donde está tu comunidad. Por este motivo es tan alegre y tan adictivo el futbol, que siempre he tratado de defenderlo y que lo he visto como un deporte, un juego, un espacio para compartir y divertirse. Pero cuando este mismo deporte se ve alterado por los medios, que aprendieron su alto poder de persuasión insertaron marcas, tips ideológicos y elementos perturbadores, que son determinantes en grupos, y ya no hay posibilidades de salir o escapar, por esto el deporte queda en un segundo plano.

El fútbol es un deporte que ya lo dejaron de lado, y ahora simplemente vamos a ver camisetas de colores con marcas muy importantes, bebidas energizantes, vehículos imponentes, tarjetas de créditos, ideologías políticas claras, y de allí, cuanta cosa se nos ocurra, lo que lleva a un discurso agresivo, directo y sin tolerancia que nos va encaminando hacia nuevas formas de existencia misma.

Durante el La Copa Mundial TODAS las personas del “MUNDO” adaptaron sus formas de vida a las consecuencias de una programación que se definió desde las oficinas de la FIFA y luego se fueron acoplando a los resultados de los juegos, lo que nos llevó a más de un mes atrapados por estas fuerzas palpables que entraban en nuestro cerebro veinticuatro horas al día.

Hasta en nuestro país vimos esta alienación, porque los disociados que salen a realizar sus Guarimbas se les olvidó por un mes y pudimos vivir en un poco de paz por esos días, pero el lunes 14 ya iniciaron de nuevo su acostumbrada forma de crear el terrorismo en nuestras comunidades, pero bueno, eso es el futbol, también tiene fecha de caducidad y ahora debemos enfrentarnos a las condiciones a las que somos sometidos.

Pero por encima de todo, el futbol es el deporte de las masas, es el deporte que más admiro y del cual no puedo alejarme. Y por ahora después de ver la final del 2014 sólo me resta parafrasear a Eduardo Galeano: Los únicos que ganan la copa del Mundo son nike, adidas y puma.


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