martes, 8 de junio de 2010

Y se repite la misma historia con el Deportivo Lástima

Estoy escribiendo esto a escasas horas del juego del fútbol profesional venezolano, donde se disputó la final del campeonato y salió airoso el Caracas FC, un buen premio, para un extraordinario equipo que demuestra organización, disciplina y talento.


En nuestro estado y específicamente en nuestra ciudad el caos está a flor de piel. No encuentro razón para la que exista tanta tontería efímera y barbarie desenfrenada entre las personas.

Después de muchos años de ir al fútbol los domingos -más específico desde 1983-, he estado viendo cómo se deteriora la estructura de la organización dentro del estadio. Es un peligro llegarse hasta allá, porque lo que empezó como una barra para apoyar al equipo, está transformado en una organización para el choque y la violencia. Esto es responsabilidad de la directiva del equipo.

Como primer punto veo que la directiva le da muchas libertades a una famosa Avalancha Sur, que se transformó en un nido de desadaptados que quieren ser muy “malos”, pero que, final, son un grupo de niños que tratan de emular de una mala manera y deteriorada a los argentinos y brasileños, es una masa aforme de ingenuos retratos sombreados de tristes hinchas que creen que con violencia se arregla todo.

En segundo lugar, el domingo después de un estadio a reventar, este grupejo colocó condiciones dentro del recinto y algunas personas no se podían sentar en algunas partes. Esto trajo como consecuencia la agresión hacia cuantos podían, incluyendo niños y familias enteras, entonces un espectáculo que puede ser una distracción familiar, termina en un golpiza desenfrenada, donde una parte de esta barra sometió a muchos de los fanáticos que allí se hicieron presentes, y acabaron con una final que pudo ser llamativa y pintoresca, que, pese a quien gane, se lo merece. Creo que los medios de comunicación estarán de acuerdo con lo que digo, porque insultan hasta a los que no están de acuerdo con las ideas de “ellos”, y es necesario que las autoridades midan las acciones de estos retoños de antisociales que el día de mañana terminarán adueñándose del polideportivo y nadie podrá entrar.

No soporto la idea de llegar a un estadio en caos, donde estos desadaptados continúen destruyendo las instalaciones, y los directivos del equipo se hagan los desinteresados que terminan por ser tan permisivos y tan irresponsables como estas personas, que van sólo a molestar al resto de los hinchas.

En mi opinión, considero que debe ser sancionado el estadio al menos por un año para que se alivianen las cargas, pero sé que eso es una utopía que no podría ser. El próximo mes de agosto retornarán los desordenes y las golpizas dentro del espacio deportivo, porque en la tribuna estos desadaptados seguirán en las lides, donde el caos y la anarquía reinarán en las gradas, mientras el común de la población no podrá pensar en llevar a su familia o amigos al estadio por temor a ser molestados y golpeados por estas personas.

Será entonces esperar a que ocurra algo más peligroso y trágico que lo de este domingo 30 de mayo, donde tuvo que hacer su intervención la Guardia Nacional y los organismos de seguridad por estos niños malcriados que vieron a su equipo perder.

El gran responsable es el Deportivo Táchira que como institución permite estas acciones dentro de coso deportivo y las consecuencia se dejaron ver a la salida del estadio.

Esperemos para la próxima, aunque sé que esta historia se repetirá. Es una verdadera lastima!!!

POR CIERTO LA FOTO DEL PERRITO ES LO MISMO DE COMO ESTABAN ESTOS TIPOS DE LA BARRAS... POBRES CACHORROS!!!

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