domingo, 12 de septiembre de 2010

El Perro Policía

No hay que negarlo, nuestro estado es una combinación de violencia, inseguridad, falta de presupuesto, crisis y quién sabe qué otras cosas están por allí, tratando de salir a flote. Hoy día hemos perdido la capacidad de asombro.
Por eso hoy quiero comentarles algo que me ocurrió el pasado jueves 02 de septiembre cerca de las 8:00 pm en el centro de la ciudad, específicamente entre la calle 10 con séptima avenida, justo en plena plaza Bolívar de San Cristóbal.
Resulta que ese día se me hizo tarde por cuestiones de trabajo, e imperiosamente tuve que bajar al centro de nuestra ciudad, eso es algo que trato de no hacer, porque es una asquerosidad en lo que está convertido. El paisaje está compuesto por basura en todos lados, indigentes por doquier, antisociales que son los dueños de las calles y la mirada apacible de los cuerpos de seguridad ante tal situación, además de un ambiente muy agreste, con una oscuridad total que da terror siquiera mirarlo.
Bueno, resulta que iba con el grupo de trabajo que preparamos estas entregas y veníamos conversando sobre esta situación, cuando de repente, a escasos 20 metros de esta dirección, -donde se reúnen travestis, putas, maricones, gibaros, malandros y toda esa especie nocturna, sobre la cual  no hay poder oficial que controle el caos, porque la alcaldesa y el gobernador están en la misma categoría y sería algo asi como el que le pega a su familia se arruina.- por la parte de atrás nos llegó un muchacho policía. Creo que era policía o al menos eso decía en su uniforme. Aunque para ser policía sólo hay que tener cara de imbécil.
Bueno, el caso es que era algo moreno, muy joven y con cara de policía, es decir, de pocos amigos, y nos grita que nos detengamos… me sorprende porque si vas caminando ¿para qué te grita? El caso es que nos detuvimos para ver qué pasa. Este “señor policía” nos indica que le debemos dar la cédula, o así me pareció. Primera duda: ¿por qué se pide la cédula en este país por todo? ¿Es que los delincuentes no tienen cédula? Ya sé, los que salen a delinquir o a vender su cuerpo por las aceras no usan cédula… claro, es eso!!
Continuamos con el relato, el “señor policía” (el joven) nos pregunta: ¿de donde vienen? y mis compañeros responden normal que del trabajo, pero ahí es donde vino lo más asombroso del cuento, el “señor policía” le dice a los muchachos que les de la mano… ¿la mano? Si la mano, para olerla. Ahí sí es verdad que no entendí nada. Él les olió la mano y algunos le tomaron el pelo diciendo que tuviera cuidado porque venían del baño y cosas por el estilo. El “señor policía” nos dio la orden de irnos, repito “orden”, porque acá uno siempre es víctima de estos señores con sus groserías y patanerías. Al caminar 10 metros no aguantamos la risa por el “señor policía” oliendo la mano de todos.
Debe haber una o varias razones para que esto lo hagan: primero, debe ser que entre la oscuridad del centro no nos dimos cuenta que era un perro policía, o, debe ser por aquello de los recortes presupuestarios y la Perrarina tan cara, cancelaron la Brigada Canina y entonces le enseñan a estos nuevos “señores policías” a realizar labores de olfateo, debe ser, porque no veo que sea nada común.
Por favor!!! Los “señores policías” se quejan que la gente no los quiere y que les faltan el respeto, pero con estas actitudes lo único que logran es que uno termine riéndose sin parar. Si alguien tiene la respuesta a esta acción se lo agradecería mucho, porque hasta ahora no doy con el sentido de la olfateada de este “Perro Policía”.
Hay cosas de cosas pero esta supera las expectativas. Les digo a los responsables de estos grupos de orden público ¡Ala, cómprenles un perrito a la Policía para que no anden en estas lides!
Bueno, por ahí los dejo esta semana, seguiremos viendo las cosas que pasan y no se olviden: El arte atenta seriamente contra tu arraigada ignorancia. Se les quiere.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y q me dices de todo el tiempo que esos imbéciles bloquearon el paso peatonal en la plaza los mangos? hasta que al fin se les ocurrió poner los "puestos de control" de forma que no estorbaran el paso peatonal, aunque esos policias siguen siendo una partida de inútiles que buscan joderse en los demás.

P.D: apuesto que aquel "perro policia" no les olió la mano ni a los drogadictos ni a los maricones que andaban por el centro esa noche jajaja