Caminando por las calles de nuestra ciudad y viendo el paisaje que hemos construido, se me aparecen algunas preguntas debido grado de deterioro en el que estamos envueltos, porque parece que es un mal común presenciar la debacle abrumadora sin reparo y sin remedio humano.
No sé si sólo es impresión mía, ojala lo sea, pero el centro de nuestra ciudad después de las seis de la tarde es un especie de selva oscura y peligrosa sin un foco de luz pública, ¿de quién es la responsabilidad?
Las calles de las diferentes partes de la ciudad son un hervidero de baches, aunado al parque automotor que indiscriminadamente crece y no creo que los encargados de la administración de la ciudad estén al tanto de esto, ¿será que siempre andan en helicóptero?
Si caminas por Barrio Obrero ves que hay basura en todas partes y las mascotas de las personas hacen de las suyas en cualquier esquina, pero ¿aquí nadie es responsable de tal barbaridad?
Con la llegada de algunas lluvias salir es un riesgo impresionante puesto que la ciudad es una zona de peligro totalmente inundada, en la que estas a la merced de los conductores insensibles, que no se han dado cuenta que hay peatones que intentan sobrevivir a sus embestidas, pero ¿nadie se ha dado cuenta de eso?
Si manejas es un atentado contra tu salud mental, porque parece que a cualquiera que medio tenga uso de razón se le entrega una licencia y un carro para que pueda atropellar o violar tantas leyes como sean necesarias, ahora si vemos bien, los policías municipales y los fiscales de tránsito se hacen de la vista gorda cuando hay infracciones, además, parece que los semáforos son adornos, como luces de navidad, o las señales de transito son parte de un recuerdo histórico de lo que alguna vez fue la ciudad. Creo que lo más peligroso que hay en esta ciudad son los conductores con altas dosis de “bestialidad” que creo superan al 90% de los mismo, es decir, que de cada 10 conductores 9 no saben lo que es el reglamento de transito terrestre, si quieren hagan una prueba y recorran la avenida Carabobo, la 19 de abril o la Guayana para que den fe de lo que estoy hablando.
Si tomas el transporte colectivo urbano, pasas por la desdicha que no hay paradas establecidas, no hay un límite para el número de pasajeros por unidad, y menos aun se controla la velocidad con la que se desplazan, convirtiendo a estos señores conductores en los dueños de las calles, con una fuerte dosis de agresividad para con todos los que están a su alrededor.
Total, esto es sólo una parte de lo que se ha convertido la ciudad, pero eso no importa, no me crean, aquí nunca pasa nada y yo veo una dimensión paralela… me imagino. Me gustaría pensar que es así, pero de lo que sí estoy seguro es que cada día esta ciudad es más un basurero que un espacio para que podamos convivir, es una lástima en lo que nos hemos transformamos y nadie, pero nadie, parece que le importa. De seguro me dirán que soy alarmista, y después de leer esto mas de uno estará rasgándose las vestiduras y se sentirá indignado, pero es la pura verdad y por eso me cuesta creer en discursos vacíos de politiqueros regionales que no han servido para nada.
Bueno, ahí los dejo por esta semana y recuerden que el arte es muy necesario porque solo él nos rescata de esta ignorancia en la estamos arraigados.
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