viernes, 3 de junio de 2011

Las Bodas de Fígaro.


De nuevo recibiendo buenas noticias y viendo cosas interesantes que se hacen en nuestra ciudad. El fin de semana pasado se estrenó en le teatro Luis Gilberto Mendoza, la ópera Las Bodas del Fígaro de Mozart, bajo la dirección de Gregory Pino, en conjunto con la Cátedra Regional de Canto Lírico. El elenco que llevó esta pieza a escena está constituido por cantantes en proceso de formación y que además se atreven a incursionar en el campo de la actuación, resultando un espectáculo que deja sentir un gran compromiso.
Quiero comenzar hablando de algunos detalles de la pieza, porque se nota la preocupación de revivir los enredos de Fígaro, el Conde y la Condesa, y que termina en un ejercicio escénico que te mantiene en vilo. Conociendo su responsabilidad, el director de escena sale como un personaje mas de la pieza que va relatando la historia, cual juglar, y logra que el público realice una mejor comprensión de las situaciones, punto que se abona, puesto que es muy complejo desenredar algunas escenas, y más aun cuando sabes que en el elenco no hay actores de profesión. Este recurso viene a reforzar la misma dinámica en la que se desarrolla la pieza.
Sobre el libreto se pueden realizar cientos de variaciones y buscar el lenguaje específico, se requiere de la realización y preparación vocal que se exige de manera mínima. Es posible que musicalmente estemos frente al resultado de la constante y siempre atenta batuta de Gregory que se ha destacado en los últimos años por incentivar el canto lírico de nuestra ciudad, porque además, se le adiciona un entusiasmo in crescendo, para enfrentarse a esta empresas tan complejas.
El trabajo de la puesta en escena es siempre un reto y más aun para un elenco que carece de formación actoral, pero que finalmente lograron sortear las vicisitudes que de allí se derivan. Sin embargo, esto no lo digo con la idea de desmejorar el espectáculo, sino que lo veo como un aliciente para marcar una premisa sobre cómo con escasos recursos y con muchas ganas se puede sacar adelante una puesta en escena. Por supuesto que ahora queda el trabajo de preparación actoral y procurar que se sumen a esta empresa más cantantes y público que disfruten de la ópera. Es necesario y fundamental que podamos llegar a tener una temporada de ópera que se extienda no sólo por unos días un fin de semana, sino que podamos ver otras agrupaciones y más obras en escena
Por eso vuelvo a lo que propuse desde hace un buen tiempo, la creación de una Escuela de Espectadores que nos permita también tener personas asistentes sin prejuicios a espectáculos como este que presenciamos.
De este esfuerzo queda un hálito de preocupación por buscar otros espacios en los que el arte pueda mantenerse activo y que todos tengamos la posibilidad de venir a las salas de teatro a ver, no sólo un concierto o una esporádica obra de teatro, sino que nos podamos ubicar frente a una cartelera artística tan variada, como realmente lo necesita la ciudad y que poco a poco nos vamos empapando de los vestigios de personas que se preocupan por mostrar algo diferente.
Ahora queda pulir, investigar y preparar con mayor agudeza la próxima opera, que con seguridad asistiré y estaremos atentos para ver un género que para muchos les resulta exótico y extraño, pero que es parte de lo que se necesita con urgencia.
Por ahora solo resta decir que “El arte es un peligro para la ignorancia”

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