El caos de la ciudad, el desperdicio de tiempo y dinero en mil cosas superfluas es algo que nos ha caracterizado desde hace varios años, en especial los encargados de la administración de los fondo públicos que terminan haciendo cosas absurdas como la Feria de San Sebastián o los famosos reinados de belleza. Los espacios para la reflexión son escasos debido al constante olvido de algunas áreas que deberían ser prioridad y que nos compete a todos, mientras el país se sumerge en la niebla de la politiquería, en algunas partes se percibe una visión totalmente diferente.
El sábado estábamos asistiendo a un evento llamado CUL-ULA “Se acabaron las Arepas”, que fue organizado por los estudiantes de Comunicación Social de nuestra siempre bien recordada Universidad de Los Andes, y le dio cabida a un centenar de artistas para que realizaran la exposición de sus trabajos tan variados como cada uno de los allí asistentes, que recordamos que cualquier parte es optima para la organización de un evento informal. Por ello, necesitamos que el arte sea aun más libre, que rompa las estructuras del orden y procure esta concepción activa que arrastre más personas cada día.
Los trabajos como este se empiezan a repetir cada vez con mayor frecuencia en esta ciudad, dejando la estela de una necesidad por mostrar artistas que para muchos nos resultan desconocidos. Cada uno presentó su propuesta y vimos aparecer sus posibilidades creativas, con ideas muy ligeras y activas que son más que una respuesta a las excluyentes posibilidades artísticas que nos han acostumbrado.
Claro, este evento no es el único, a través del tiempo nos hemos procurado un espacio donde nos reunamos y podamos discutir sobre lo que se presencia, debido al formato, a veces te sientes arrollado por el paso los artistas, por la diversidad y resulta tan complejo que te lleva en un salto vertiginoso de información al unísono.
Sí, es una sencillez muy compleja que tiendes a tratar de digerirla, pero es casi imposible, porque saltas de un estilo a otro y de un artista a otro a medida que pasan los minutos, dejándote esta sensación de ver algo que luego es difícil recordarlo todo. Pero ¿a quién le importa recordarlo todo si la pasaste bien disfrutando de cada uno de ellos?
Particularmente disfruto estas sobredosis de propuestas que te sacan de la rutina artística sobre la que te consumes diariamente, que es la de estar detrás del estudio de propuestas específicas, y terminas elucubrando sobre el fondo de complejidad estética.
Aquí no se trata de revisar la estética, o criticar qué tan comprometido está cada artista, sino que ves la necesidad de levantar una voz y de exponer la creatividad que ALGUIEN en ALGUNA parte ALGO se le ocurrió, y estas allí, preparado para ver, para disfrutar y para esperar al siguiente.
Por mi parte creo que los más beneficiados son los artistas noveles que están ansiosos por demostrar su trabajo, por presentar sus performance y porque sienten un extraordinario compromiso de entrega ante tal propuesta que se ingeniaron.
Hay que recalcar que la necesidad de acercamiento al arte por parte de la mayoría son evidentes y corroboran lo que siempre he propuesto “El ARTE es un peligro para tu arrogante y arraigada IGNORANCIA”, ojala y tengamos más alternativas como estas!!!
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