martes, 15 de mayo de 2012

FILVEN 2012


La Feria Internacional del Libro 2012 es un ejemplo de una población que está ávida de recibir información y de estar abierta a los cambios que necesitamos urgentemente. Los homenajeados son el escrito venezolano Luis Britto García, que se ha sabido ganar su puesto como uno de los intelectuales más prolíficos de nuestras letras y Uruguay como país que resalta su entusiasmo por la lectura y la incorporación y difusión de lectura en todos los niveles sociales.  

Este evento es un aliciente ante tanta desidia que crece a nuestro alrededor, y nos demuestra que en menos de tres días sesenta mil personas se acercaron las instalaciones de la UNEARTES en Caracas, para estar en contacto directo con los libros. De la misma manera se desbordó hacia el interior del país para tratar de abarcar un mayor número de personas.

Pero siguen mis inquietudes sobre la manera cómo se hacen las cosas en nuestro país, creo que esta monumental acción sobre la que se emplean una enorme cantidad de recursos, debe incidir más sobre las comunidades del interior. Venezuela tiene  millones de personas que requieren de una muestra de libros, donde la cultura en pos de la lectura sea incentivada como un juego, y posteriormente podamos entrar en los vericuetos de la complejidad del lector activo.

Me preocupa de nuevo que casi todas las actividades de nuestro entorno cultural están enfocadas en la capital, y luego, los estados quedan como pequeños rincones de escombros que recogen las sobras de lo que el caraqueño no pudo o no quiso rescatar. Es un país que aun no se quita la infamia de la centralización que tanto daño nos ha hecho en los últimos cien años. Pero allí seguimos, pidiendo restos de fragmentos digeribles.

Es una praxis que venimos realizando sin ningún escrúpulo, y que tiene gran culpa en cada uno de nosotros, por estas intríngulis de la lucha por el poder central,  a un evento de tales magnitudes sólo nos conformamos con mirarlo por los medios y tratar de organizar una tarde literaria en un plaza o en un local para leer poesía y vernos los unos con los otros del medio literario (que no está mal, pero debe ser más intenso el contacto, con muchas voces leyendo al unísono).

Necesitamos urgentemente una Feria del Libro que atiborre los espacios de nuestro más importante recurso como es el Conocimiento, y que todos, absolutamente todos, podamos ir a comprar libros y revistas para que tengamos presente que sin la lectura no podemos tener asidero alguno.

Desde niño siempre he tenido la preocupación por leer, gracias a un entorno en el que la lectura diaria era obligatoria, pero vemos con preocupación cómo estas formas de aprendizaje se pierden con el tiempo, y ahora, hablar de una Feria del Libro es tan escabrosos y peligroso para los imaginarios de quienes nos rodean, que posiblemente estaremos ante una generación de detractores de libros.

Es fundamental el trabajo mancomunado de todos los sectores para promocionar la lectura, y que miles de personas se muevan en todas las regiones para buscar los títulos que las editoriales exponen.

Es una preocupación que surge cuando veo que las Ferias de los Libros empiezan a modificarse y terminan siendo unos extraños agujeros que no muestran “nada” –en el interior del país- lo que hace que muchas personas se alejen con mayor rapidez de los centros artísticos y culturales.

Las políticas de la masificación de la cultura están siendo aplicadas de manera errónea y la participación ciudadana es efímera, debe existir el método que pueda cautivar la masa de lectores y que estos se multipliquen.

La FILVEN es un evento sin comparaciones pero, reitero una vez más, debemos traerla con el mismo empuje que se hace en Caracas, dentro de cada una de las ciudades de nuestros estados y ser parte de esta gran fiesta.

Sólo queda decir de nuevo: LOS LIBROS SON UN PELIGRO PARA NUESTRA IGNORANCIA.

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