Hace apenas
un par de semanas inició -de nuevo- el mes de diciembre, lo que implica un
retorno de toda la parafernalia de la navidad y las acciones que de ella se
derivan. Aunque la navidad cada año inicia con mayor anticipación y ya la vemos
desde el mes de junio.
Lo cierto
es que las personas durante este mes se dedican a muchas actividades como el
arreglo de la casa (pintar, limpiar, desempolvar...), cosa que no entiendo, así
como a la pachanga interminable -de la que ya hemos hablado en esta columna-,
pero lo más intrigante son LAS LUCES QUE ILUMINAN TODA LA CIUDAD.
El matiz de
la ciudad en penumbra cambia y nos olvidamos de las incompetencias de la
gobernación y de la alcaldía que durante más de 330 días de 2012, que nos
llevaron a la desidia de una ciudad en ruinas que reclama a gritos sea
rescatada de estas administraciones tan inescrupulosas.
Resulta que
ahora se acuerdan de esta ciudad que necesita una mano, pero no por una
contienda lectoral, que se entienda bien, sino por una posibilidad de vivir
dignamente en comunidad, de sancristobalences que sean capaces de transitar por
las calles y avenidas sin el terror de la oscuridad que sirve de guarida a
cientos de delincuentes que te acechan al paso.
Espero que
esta idea de iluminar la ciudad con un proyecto multimillonario no sea simple
politiquería de la que nos tiene acostumbrado la insoportable gerencia
gubernamental, sino que al contrario, sea el inicio de un rescate de valores
ciudadanos en los que debemos afincarnos cada uno de nosotros.
Si tenemos
miles de millones de bolívares para derrochar en unos adornos de navidad, ¿por
qué no invertimos parte de esto en una buena política para recoger los
desechos con el aseo urbano?, o ¿el
asfaltado de las calles que es urgente?, o ¿la reparación del tendido
eléctrico? Pero creo que nos resulta mas fácil adaptarnos a una fiesta efímera
que sólo estará por un par de meses y después que nos vuelva a tomar la
oscuridad a la que nos tienen acostumbrados.
Me resulta
ilógico que tratemos de ocultar todo detrás de una cortina, y, luego olvidarnos
de los verdaderos problemas. Particularmente siempre he estado en contra de los
derroches de recursos, pero ahora no puedo negar que es llamativo el panorama
que se desprende desde la avenida España hasta la avenida 19 de abril, es
fantástico, pero ¿sólo en quinientos metros vamos a justificar la incapacidad
de atender el estado durante todo el año?
La navidad
representa un tiempo para la celebración, la reconciliación de familiares y
amigos, pero en este caso lo veo como una acción forzada mientras la región se
nos viene abajo.
Aplaudo la
idea de sensibilizar la ciudad, de acercarnos más a esa parte humana, pero no
sólo un tramo de avenida iluminada es la recompensa, y no traten de iniciar el
camino de la reconstrucción de un estado que ha sido devastado por esos mismos
que se comportan como hordas extractoras de recursos sin sentido común.
Es
fundamental que estas acciones como la iluminación de la avenida se repita en
otras zonas de la ciudad, es necesario que atendamos las comunidades más
desprotegidas y golpeadas económicamente, es indispensable acercarnos a las
masa que reclama que sus sectores están deteriorados y amenazados por el caos,
que es un cáncer que consume nuestra sociedad desde hace varios años.
Pero
también debemos acercarnos para enseñarnos a vivir en conjunto sin tanto adorno
injustificado. Es decir, necesitamos una sensibilidad durante todo el año y en
diciembre podremos disfrutar con mas ánimo de estas iluminaciones que son tan
llamativas, y los niños podrán divertirse enormemente -y aun más sus padres que
saben que pueden vivir tranquilamente en una ciudad digna-.
Esperemos
que alguien se acuerde que existe una ciudad llamada San Cristóbal y que necesita
un mano URGENTE!!!
Pero como
siempre digo: Una voz sola nunca es escuchada.
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