viernes, 12 de septiembre de 2014

La LEY del Cuerno

Justificándome en las temáticas que manejamos para la próxima reunión del Proyecto FRONTERAS (Teatro en la Frontera), traigo de referencia un trabajo periodístico publicado en México por Ediciones Punto Cero, titulado “La Ley del Cuerno”, donde siete investigadores exponen sus indagaciones en medio de un panorama violento que atraviesa este país actualmente. Entre la lucha contra el narcotráfico, la desaparición de ilegales que intentan llegar a Estados Unidos y todas las secuelas que ello trae, vemos que la violencia se va degenerando en mayores conflictos, que la corrupción va permeando esferas y círculos de poder, vemos un país que se desvanece en manos inescrupulosas porque es víctima de políticas desacertadas que tiene consecuencia nefastas.

Cuerno de Chivo se le conoce en México a la Avtomat Kalashnikova modelo 1947, que se ha popularizado como la AK-47, pero que en este país ha conseguido un extraordinario “rating” en medio de balaceras y ajustes de cuenta. Personalmente he estado en parte de la frontera del norte en ciudades como Juárez o Chihuahua y el ambiente que se lee en los artículos se vive constantemente. Son parte de una dinámica en la cual los imaginarios de los mexicanos se han transformado en una pasividad, que es más una forma de vivir bajo la égida de la violencia.

Juan Villoro, Pablo Ordaz, Edgar David Piñón Balderrama, Alejandro Alamazán y Diego Enrique Osorno nos muestran una forma de enfrentar y de vivir con el narcotráfico en tu vecindario, la cultura de este y cómo se van apropiando de territorios específicos, dejando un corredor claro en el país mexicano para que pasen los cargamentos que vienen del sur hacia el país del norte. Es una visión múltiple de colectivos que se anexan cada día con mayor fuerza y que operan en cada uno de los estados mexicanos, frente a la mirada oculta de las autoridades que han sido alertadas y se basan en su licencia para permitir la operación de grupos armados con total libertad.

El imperio del narcoterrorismo, tal y como lo señala Juan Villoro, es un salvoconducto para operar, es una especie de marca que permite a los miembros de la sociedad entrar en estos carteles y empezar a subir escalones de sangre para quedarse en las cúpulas. Por ello hay una guerra que se enfrenta, no sólo desde las autoridades gubernamentales, sino entre las fuerzas territoriales que posee cada uno de quienes allí se organizan, y están diseminados en cada uno de los habitantes de estas tierras.

Es una guerra no oficial que está latente y que deja datos alarmantes de asesinatos a diario, de desapariciones (hombres, mujeres y niños) y de torturas indiscriminadas que no tienen antecedentes y que van aumentando a medida que pasan los años. Junto a esta propuesta de agresividad se desarrolla una forma de vida a la que se rinde culto desde los medios de comunicación, de las telenovelas, de los corridos y de las noticias que se vanaglorian de estos hechos y terminan siendo una apología al delito. Es necesario que tengamos claro que el marketing de estas actividades es muy llamativo para un país como México que posee características particulares como el alto índice de desempleo, la infancia abandonada, el desplazamiento de grupos completos por las hordas violentas, las comunidades desasistidas y por supuesto, falta de un aparato educativo que esté en sintonía con los cambios actuales, lo que nos un saldo de bajas numerosas. Un país donde jóvenes y niños están inmersos en actos delictivos, y donde el horizonte y la esperanza de vida fueron en algún momento mencionados, porque ahora la ley se basa en la operación dentro de los grupos armados.

Hay complicidad de parte de un gobierno que oculta los verdaderos problemas sociales detrás de una supuesta arremetida contra el narco, pero a fin de cuentas están desviando la atención de los verdaderos problemas sociales que deterioran un país de esta dolida Latinoamérica.

En el trabajo hay dos artículos más, uno de Oscar Martínez, y otro de Marcela Turati sobre las desapariciones de miles de personas anualmente, no sólo los que pretenden pasar las fronteras, sino los que tienen como objetivo ingresar a los grupos armados lo que trae un grave problema. Podemos presenciar las operaciones de los Zetas, y las desapariciones de algunos carteles que se han fusionado a estos terroristas que cada vez son mayor en número, y es más delicado hablar de ciertos temas, puesto que hay informantes en todos los rincones de las ciudades y de los pueblos, porque ahora operan desde los medios del poder gubernamental, dejando de manifiesto que la corrupción está más agresiva que en cualquier otro período de esta historia reciente de México.

La Ley del Cuerno es la radiografía de un país que actualmente se balancea y tiene un grave problema de violencia, que se extiende de manera rápida y efectiva en todos los rincones, y vemos un México peligroso y agresivo que intenta sobrevivir, pero también vemos un México que es atrapado y secuestrado por la complicidad de todos sus protagonistas. Es necesario leer este trabajo porque nos dará una visión de un México que nos duele a los latinoamericanos y que no tiene una solución clara del conflicto armado.

Un trabajo que no tiene desperdicio, para los amantes del periodismo de investigación, es una lectura recomendada al cien por ciento, y no se les olvide: LA LECTURA ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!


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