martes, 23 de junio de 2015

Arnulfo Romero y la PAZ

 El 24 de marzo de 1980 en la ciudad de San Salvador es asesinado el arzobispo Arnulfo Romero de manos de un grupo radical que impedía la pacificación de la guerra que azotó a este país por más de diez años, y que dejó un saldo de aproximadamente doscientos mil muertos. Con un cuadro nada alentador de niños y adolescentes en las filas de grupos subversivos, así como un ejército totalmente corrupto y viciado por los embates de intereses extranjeros. Este año se  conmemoraron los treinta y cinco años de este vil asesinato que no sólo representa la perdida de una vida, sino que está en juego el proceso de PAZ del que tanto se habla y del que nadie quiere hacerse entender, de allí surgen algunas inquietudes que pueden resultar llamativas en torno al tema.

Si hablamos de PAZ desde las ideas que nos han vendido los estados nacionales, ¿por qué la vemos como una imagen alejada de la realidad? es un espejismo que sólo se representa por muchos íconos que sólo quedan allí, en palabras. La PAZ la considero un juego de palabras que representan un espacio vacío y de superficialidad que está a la espera de una oportunidad. Es posible que sólo veamos la PAZ como la reivindicación de frases rimbombantes o de palabras que sólo llevan un matiz chick o cursi en medio de un dolor humano que no encuentran asidero.

Imagen tomada de:
hoyvenezuela.info/10mas-america-latina-celebra-la-beatificacion-de-oscar-arnulfo-romero/
Las campañas actuales de nuestra Latinoamérica están plagadas de PAZ, pero una PAZ que sólo la visualizamos en los estereotipos, en un imaginario que aun la desconoce, caso concreto en Colombia donde la guerra ha sobrepasado los sesenta años y no hay la mínima voluntad política para deshacerse de ella. La PAZ es un eslogan que sirve de cortina para disfrazar el terrible discurso de muerte que se desencadena una y otra vez sin medida, en los ojos de los habitantes de nuestros países la PAZ dejó de ser una utopía, para convertirse en un juego de ambiciones y de mentiras que circundan detrás de todo lo que ella representa. Claro ejemplo, los medios de comunicación que nos venden conciertos, canciones, películas, comics, telenovelas y publicidad de grandes trasnacionales que apuntan hacia esta imagen desdibujada. La PAZ es un invento del que nadie quiere entablar una conversación y estamos en una sociedad donde los discursos se van cayendo por sus propias acciones.

Es la PAZ un invento más del hombre para tratar de venderse y demostrar de nuevo su imaginario de destrucción y de animadversión, de nada ha servido para nuestro continente enfrentarnos a conflictos como los de argentina, Chile, Colombia, Nicaragua, Perú y El Salvador si aún no encontramos la solución a un proceso que se enfrente al dialogo sin barreras y con disposición para bajar las armas y las posibles agresiones desde todo punto de vista.

Diariamente miles de niños mueren en el mundo a por causa de la guerra y la PAZ aparece como el fantasma de algo que quizá existe en algún territorio fantástico del que no queremos ahondar y evitamos su aplicación. A cada instante la PAZ es fusilada por discursos sin razón, sin sentido, sin basamento más que el de alimentarnos en la muerte constante, en el maltrato del otro que no piensa como tu porque está ocupado procurando sobrevivir en medio de la hecatombe. Entonces ¿qué nos deja de manifiesto la PAZ? es simplemente una pared que tiene dibujada una paloma con personas abrazándose y con palabritas bonitas que serán arrastradas por una ráfaga de odio, y seguirá siendo la misma tontería para llegar siempre a la nada. No creo en palaras de PAZ y menos aún si vienen de estados miserables que hablan de pacificación mientras van eliminando pueblos enteros, y todo bajo la gran farsa donde unos deben morir y otros han de ser anulados por su peligrosidad. ¿de qué PAZ hablamos? ¿De la PAZ que procura alimentar a miles para que millones mueran? ¿La PAZ de las bombas de aviones de alta tecnología que nos obliga a morir una y otra vez? No creo que esto sea verdaderamente la PAZ.

Considero que la PAZ es un hecho sin parafernalia de personas normales, hablando de cosas sencillas y con acciones que realmente nos demuestran que somos hermanos.

El pasado 23 de mayo el papa Francisco I beatificó a Arnulfo Romero como muestra simbólica de PAZ, pero mientras no se promueva su filosofía y su obra, esto quedará como una idea más en medio de la guerra desbocada que nos acosa a cada instante.


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