El
24 de marzo de 1980 en la ciudad de San Salvador es asesinado el arzobispo
Arnulfo Romero de manos de un grupo radical que impedía la pacificación de la
guerra que azotó a este país por más de diez años, y que dejó un saldo de
aproximadamente doscientos mil muertos. Con un cuadro nada alentador de niños y
adolescentes en las filas de grupos subversivos, así como un ejército
totalmente corrupto y viciado por los embates de intereses extranjeros. Este
año se conmemoraron los treinta y cinco
años de este vil asesinato que no sólo representa la perdida de una vida, sino
que está en juego el proceso de PAZ del que tanto se habla y del que nadie
quiere hacerse entender, de allí surgen algunas inquietudes que pueden resultar
llamativas en torno al tema.
Si
hablamos de PAZ desde las ideas que nos han vendido los estados nacionales, ¿por
qué la vemos como una imagen alejada de la realidad? es un espejismo que sólo se
representa por muchos íconos que sólo quedan allí, en palabras. La PAZ la
considero un juego de palabras que representan un espacio vacío y de
superficialidad que está a la espera de una oportunidad. Es posible que sólo
veamos la PAZ como la reivindicación de frases rimbombantes o de palabras que
sólo llevan un matiz chick o cursi en medio de un dolor humano que no encuentran
asidero.
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Imagen tomada de: hoyvenezuela.info/10mas-america-latina-celebra-la-beatificacion-de-oscar-arnulfo-romero/ |
Es
la PAZ un invento más del hombre para tratar de venderse y demostrar de nuevo
su imaginario de destrucción y de animadversión, de nada ha servido para
nuestro continente enfrentarnos a conflictos como los de argentina, Chile,
Colombia, Nicaragua, Perú y El Salvador si aún no encontramos la solución a un
proceso que se enfrente al dialogo sin barreras y con disposición para bajar
las armas y las posibles agresiones desde todo punto de vista.
Diariamente
miles de niños mueren en el mundo a por causa de la guerra y la PAZ aparece
como el fantasma de algo que quizá existe en algún territorio fantástico del
que no queremos ahondar y evitamos su aplicación. A cada instante la PAZ es fusilada
por discursos sin razón, sin sentido, sin basamento más que el de alimentarnos
en la muerte constante, en el maltrato del otro que no piensa como tu porque
está ocupado procurando sobrevivir en medio de la hecatombe. Entonces ¿qué nos
deja de manifiesto la PAZ? es simplemente una pared que tiene dibujada una
paloma con personas abrazándose y con palabritas bonitas que serán arrastradas
por una ráfaga de odio, y seguirá siendo la misma tontería para llegar siempre
a la nada. No creo en palaras de PAZ y menos aún si vienen de estados miserables
que hablan de pacificación mientras van eliminando pueblos enteros, y todo bajo
la gran farsa donde unos deben morir y otros han de ser anulados por su
peligrosidad. ¿de qué PAZ hablamos? ¿De la PAZ que procura alimentar a miles
para que millones mueran? ¿La PAZ de las bombas de aviones de alta tecnología
que nos obliga a morir una y otra vez? No creo que esto sea verdaderamente la PAZ.
Considero
que la PAZ es un hecho sin parafernalia de personas normales, hablando de cosas
sencillas y con acciones que realmente nos demuestran que somos hermanos.
El
pasado 23 de mayo el papa Francisco I beatificó a Arnulfo Romero como muestra
simbólica de PAZ, pero mientras no se promueva su filosofía y su obra, esto
quedará como una idea más en medio de la guerra desbocada que nos acosa a cada
instante.
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