domingo, 28 de junio de 2015

La Vinotinto 2015

El domingo 21 de junio entró el solsticio de verano, se celebró el día del padre, inició el signo cáncer y la selección de Venezuela –nuestra Vinotinto- fue eliminada de la Copa América, después de mostrar vestigios de fútbol que no llegaron a concretarse en más de una semana de juegos. Y esto nos deja una lectura de nuevo de cómo se trabaja en proyectos y planes dentro de nuestro país.

En nuestro imaginario siempre esperamos el momento más álgido para iniciar el trabajo de preparación y lo intentamos por todos los medios, como en  una suerte de quien necesita salirse con la suya de manera imprevista. Es un mal que nos agobia a los venezolanos, siempre comenzamos a organizar sin un esquema previo, todo es desde la improvisación, no hay bases que soporten los embates de lo que se avecina, y si bien, lo desean vean cómo el país se nos cae por completo y todos nos vamos a buscar otras alternativas y las voces se mantienen calladas.

La Federación Venezolana de Fútbol es una extensión más de nuestro sentir y actuar, es una “organización” que va a buscar siempre presupuestos y se estima que es una de las más pujantes en toda América, pero en los resultados estamos aún en medio del caos. Tenemos un torneo de futbol profesional que está desajustado, con una calidad por debajo de cualquier país, nuestros deportistas tratan por todos los medios de salir a flote en medio de la nada, porque no hay estructuras de clubes, simplemente son equipos que se reúnen y no hay la posibilidad de ver que los técnicos y gerentes deportivos puedan alcanzar un mínimo de preparación, mientras los recursos se dirigen a otros fines. Tenemos un caso concreto del presidente de la federación que aún está detenido por soborno y peculado en la FIFA. Todo esto aunado a las campañas que se realizan en la categorías menores que los talentos son desechados por rencillas económicas entre nuestros dirigentes, nos vanagloriamos de mostrar a uno que otro jugador se va a la segunda división de un país europeo y que aun allí no son titulares, “pero está en el exterior”.


Vivimos de ilusiones y de mentiras que se van sumando una a una y van haciendo este espejismo aún más grande. No es posible que tengamos que soportar que nuestro deporte se vaya en picada por las manos inescrupulosas de dirigentes corruptos, que se basan en la competencia por “competir”, de participar por cumplir o de siempre demostrarnos que hay un proceso y una nueva oportunidad dentro de “tantos meses”.

Es este el fútbol que nos merecemos, sin proyectos, sin procesos, sin esperanzas, que después de tener una liga de más de sesenta años, aun no soñemos con participar en un Mundial o de llegar a una final de Copa América, porque desde el 2004 no teníamos una participación tan triste como la que presenciamos este domingo, donde el equipo empieza  a apretar a un Brasil sin ideas, apenas faltando cinco minutos para el final. Es esto a lo que nos acostumbramos, a los últimos minutos de un encuentro buscar la solución o ¿es este “proceso” de formación el que no encuentra un horizonte claro? Resulta indignante ver cómo un país se ilusiona para después sentir ese desgano, desilusión y frustración que cada día es más común entre nosotros.

Si quiere compararnos entre lo que somos  los venezolanos y nuestro futbol, verá que predomina la absoluta improvisación sin límites y sin esperanzas, vemos nuestras vidas correr a medida que pasan los días y la frustración es más grande.

Esperemos y haya vestigios de trabajo y de empuje a esta disciplina deportiva porque es parte de nosotros, ahora, a cerrar este capítulo Copa América 2015 no sin antes evaluar muy bien los errores y perfilarnos a las eliminatorias del Mundial 2018.


Por eso nunca dejo de decir: ¡EL DEPORTE ES UN PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!!   

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