viernes, 23 de abril de 2010

La pelea que no ganó el Inca!!!

Revisando las diversas noticias que están acaeciendo en nuestro país este fin de semana, me sorprende mucho el giro que tuvo el destino de nuestro campeón de boxeo el Inca Valero. Esta situación muestra una vez más lo frágil que son nuestras estructuras deportivas y la formación de los deportistas que nos representan en diversas competiciones. Siempre he considerado que estas situaciones son un ejemplo de algo que resulta latente y reiterativo, que está allí en el imaginario de los venezolanos y de todo el contexto latino-caribeño.


El boxeo como deporte de masas es un caso particular, pese a que es uno de mis favoritos, se debe dejar en claro que es una disciplina que requiere de gran resistencia física, y el deportista cuenta con su cuerpo exclusivamente para mantener el poder y salir avanti en cada una de las demostraciones a las que son sometidos.

Por supuesto que el perfil de este deporte es siempre el del famoso muchacho que sale del fondo de una sociedad desperdigada, totalmente desarticulada y que su estatus social proviene del barrio más pobre de cada ciudad. Esta característica deja un hálito de guerrero que trata vencer para sobrevivir. Para muchos especialistas en el campo, es un eslabón dentro de la cadena de alternativas que salen de manifiesto para de subsistir en el barrio, es la posibilidad de una salida hacia el dinero y la fama. Es posible que en la estadística de este perfil siempre terminen tan iguales o parecidos a lo ocurrido al “Inca”, porque es parte de una constante que va marcar a esta disciplina manipulada, desde el mismo momento en que el joven decide probar la suerte contra otros iguales a él.

Acá estamos frente un contexto que siempre da el mismo resultado, es la suma ceñida por el mismo sino ineludible, ¿ejemplos? sobran en nuestro país pasando por nuestro gran Sony que terminó peleándose la comida en la basura con los perros en la avenida del Cementerio en Caracas o el morochito Rodríguez que a pesar de traer la primera medalla olímpica a Venezuela y recibió la espalda por parte del estado, el polémico y siempre recordado Betulio González que es el campeón eterno de los venezolanos y que trata de mantenerse en cualquier labor porque el boxeo sólo le trajo miseria, igual que Lumumba, Piñango… o deberíamos recordar la carpa de fenómenos que presentaba Rafito Cedeño los lunes en las noches por los canales nacionales hace un poco más de 20 años atrás.

¿Que lleva a un deportista a un final tan nefasto como el ocurrido en la madrugada del domingo en la ciudad de Valencia? Es posible que la fama sorprenda a nuestro deportista que aún no ha tenido la capacidad de reaccionar ante los impulsos y la seducción de la gloria deportiva. Es evidente que su vida se programó en función de un show de altanería y picapleitos en diversos campos familiares, amistades y hasta en sus viajes internacionales, como el altercado que tuvo con las autoridades del aeropuerto de Tokio el año pasado. Será entonces que la fama y la fortuna lo llevan a manejarse como el héroe del barrio que logró lo que nadie pudiera hacer, y ahora vemos el resultado.

Esto nos demuestra lo que seguirá pasando, mientras no haya una estructura que mantenga la seguridad y formación del deportista. Mientras, seguiremos esperando cuántos deportistas más caerán por su peso como el Inca, y corroboraremos que los boxeadores muestran cómo es la sociedad venezolana, pero ni modo así somos nosotros, tan desvalidos para luchar, que sólo nos queda avocarnos a los excesos y dejar que este panorama se repita una y mil veces.

Entonces ahí seguiremos viendo el desfile de fracasos en el deporte venezolano!!!

No hay comentarios: