En medio
de la trifulca política y económica en la que nos estamos moviendo, se
presentan panoramas que son alentadores para toda la colectividad tachirense.
En primer lugar debemos resaltar que la ciudad está
siendo tomada por sorpresa por actividades culturales que sólo tendrán como
resultado el desarrollo de una movida artística más amplia para todos los que
aquí convivimos, y en segundo lugar, está inmersa la Temporada de teatro que presenciamos
desde el Festival de Monólogos como de la Temporada de Hígado de El Incinerador
Teatro.
Una toma artística-cultural de la Plaza Bolívar por
medio del Ministerio de la Cultura y de la Dirección de Cultura del estado con
la finalidad de dar vida a un espacio que ha sido arrancado por la desidia, la
corrupción y el hampa. Es muy peligroso ir al centro de la ciudad puesto que podemos
ser víctimas de la inseguridad en cualquier momento. Este mal lo venimos
denunciando desde diferentes ámbitos de la comunicación, pero parece que
siempre las voces se han callado al ver la ineptitud de los órganos oficiales
responsables de tal situación. Es por ello que los artistas se han tomado la
iniciativa y empezaron a usar estos espacios comunes para mostrar parte de lo
que se hace en los diversos colectivos.
Un domingo diferente con el arte, con propuestas de municipios
del interior del estado que están ansiosos por realizar intercambios
culturales, de una ciudad que está en búsqueda de su reivindicación. Pero
tenemos algo que objetar y es que la Plaza Bolívar está sumida en la basura, y
todo empieza transformarse en una hecatombe que sólo nos permite ver que
estaríamos labrando con el viento en contra. Es decir, que la infraestructura
en la que se realizó esta toma cultural se empaña por un ambiente poco agradable
con desperdicios en cuanto rincón posee la plaza, es una lástima, puesto que
vemos que un con nuevo gobernador, aun no hemos logrado dignificar este espacio
que es de todos los sancristobalences. Da mucho pesar el grado de deterioro en
el que está sumida esta referencia arquitectónica de la ciudad, sin contar el
inmenso número de vendedores informales que simplemente transformaron el
espacio en una barbarie sin razón.
Las personas con sus familias se limitan a bajar
estas actividades culturales domingueras por miedo a caer en la basura, por la
inseguridad y por lo salvaje del paisaje que presenciamos quienes allí tratamos
de acercarnos.
El arte nos puede ayudar a reivindicar
espacios, pero también debemos tratar de arreglar estos matices que son
agridulces y que empañan una jornada con un horizonte magnífico.
De la misma manera, el lunes
18 de marzo en la Escuela Regional de Teatro, se inauguró el festival de Monólogos
y se bautizó la sala Freddy Pereira, en un extraordinario reconocimiento a este
hombre del teatro que nos abandonó a principios de año. Con esta reactivación
de la sala el teatro se gana un espacio más en medio de la desidia del centro
de la ciudad. Esperemos que se realicen temporadas teatrales permanentes para
que podamos entregar a los teatristas mas posibilidades de formación y de intercambio donde se pueda
favorecer el movimiento y las estéticas sobre las que tanto nos hemos quejado,
y ahora, podemos vislumbrar nuevos horizontes para el movimiento.
Es urgente reactivar los
grupos y que el movimiento teatral realmente llegue a un punto al que todos
deseamos, que podamos transformar las diferentes salas en una gran CARTELERA
TEATRAL de espectáculos que vayan marcando una pauta y un horizonte en el
teatro tachirense. Es necesario trabajar en conjunto, puesto que es la única
manera de mantener el camino que tanto se ha deseado como es un teatro activo
en conjunto y que haya muchas propuestas semanalmente.
Esperemos entonces que estas
iniciativas, tanto de lo cultores que tratan de tomar el centro de ciudad los
fines de semanas, como de la sala “Freddy Pereira” logren, o logremos, un
ámbito en el que el arte sea un punto indispensable para nuestra ciudad. Por
estas razones Queremos más arte y nunca me canso de decir: ¡EL ARTE ES UN
PELIGRO PARA LA IGNORANCIA!!!
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