miércoles, 13 de marzo de 2013

¿El Cuarto Majadero?



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Inicio esta semana con esta frase de El Libertador “Los tres grandes majaderos de la historia hemos sido Jesucristo, Don Quijote… y yo” que viene muy ajustado a los tiempos que atraviesa nuestro país después de la muerte del Comandante Chávez y su extraordinario proyecto de Nación.


Es necesario recapitular sobre las ideas que se están fraguando desde hace más de 20 años, y que se empiezan a consolidar hace apenas un período de tiempo muy corto. Es fundamental que las estructuras desvencijadas de unas políticas anteriores, totalmente erradas, se vayan derrumbando poco a poco, es trabajo de paciencia puesto, que no hablamos de formas mesiánicas, sino de conductas sociales. Para ser más claros, la idea que nos dejó Chavez no es de inmediata solución, sino que debemos dejar el tiempo pasar y que las elipses de la historia sean las encargadas de consolidar su legado.

Es posible que este proyecto esté marcado por una interacción de uniones comunitarias que tanta falta nos hacen, para que todos los venezolanos nos aboquemos a la defensa de estos métodos de inserción de la gran mayoría que está tratando de alcanzar y de construir un nuevo imaginario. Pero eso se logrará sin desfallecer, sin permitir que manos inescrupulosas entren en el tapete, en búsqueda de su interés particular, o que se rindan en pleitesía a las intrigas internacionales que están a la orden del día.

El proceso revolucionario en Venezuela es una acción bastante lenta, que no podemos instaurarlo como una medicina milagrosa, sino que debemos llegar a cada uno de los venezolanos para hacerlo parte de su vida, de su cotidiana acción, de su identidad, de su memoria cultural para consolidar un imaginario colectivo.

Ya el trabajo está en marcha, la idea está desarrollándose y ahora viene la prueba de fuego para cada uno de nosotros si dejamos morir este fantástico movimiento social que es ejemplo para la América Latina.

El socialismo nace desde esta necesidad de reivindicarnos, de acercarnos unos a otros, de reconocer en el seno de donde estamos transitando diariamente, que debemos estar en  conjunto, hacer reconocer a los líderes políticos ahora no están en la cúspide de la escala de mando, sino que las soluciones las debemos dar de manera horizontal, donde tendremos las voces unidas por un avance social y la radicalización de un sistema que no podemos dejar en el olvido.

Me preocupa esta prueba tan compleja que tenemos ahora mismo, de este panorama tan intenso y tan peligroso en el que Venezuela está inmersa, debemos demostrar el nivel de madurez para enfrenarla y salir adelante. Está de manifiesto la sensatez de un pueblo que ahora no se deja engañar por simples políticas improvisadas que tratan de insertarnos sin medir las consecuencias de un viraje violento, no podemos perder esta nación que está floreciendo en los albores del siglo XXI .

Necesitamos llegar a cada venezolano, a cada comunidad, a cada región del país para consolidar un proyecto que fue diseñado con la intención de acercarnos, que es muestra  de la sensibilidad, en la que sólo se habla de afectos, de unión y de trabajo incansable, que nos llevará hacia esta sociedad que tanto hemos soñado y que nos han tratado de robar mil veces, pero ahora con un pueblo que espero despierte de una vez por todas.

NO quiero pensar que nuestro presidente fue un Majadero más, me niego rotundamente a la idea de perder este trabajo social que venimos desarrollando desde hace años, y ahora, más que nunca me convenzo que la única salida es la vía que llevamos. Realizando un análisis crítico de la situación del país, es urgente buscar los mecanismos para confirmar una revolución social que sea capaz de cubrir las necesidades que aun tenemos y que se multiplican a diario.

Ahora es un momento crucial, el caos está tratando de avanzar en medio de las emociones colectivas, pero es parte de este gran concierto que se va orquestando y que ahora va a transitar en medio de una vía muy agresiva, en la que el resultado es bastante incierto.

Esperemos no  tener que repetir la frase de los Majaderos de El Libertador, porque esto significaría volver al punto de partida y no creo que sea justo derrumbar lo que se viene forjando por tantos años, y que ha significado sacrificios invaluables.

Por ahora sólo resta decir que el panorama no es muy acogedor, pero las adversidades son las que nos enseñan valorar lo que realmente hemos forjado. Pobre Pueblo mío, siempre estarás allí buscando una respuesta, es hora de asentar, consolidar y profundizar la lucha social.


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