jueves, 27 de mayo de 2010

La desidia en SC… no se la pierda!!!

A veces considero que no podemos luchar contra la corriente de estructuras de instituciones corruptas, de confabulación y complicidad que embarga a una nación entera. Es necesario sentarse a reflexionar un poco sobre la manera de cómo estamos viendo que se cae el país, el estado y la ciudad. Es completamente una tragedia al mejor estilo de Fellini, que estamos presenciando con una extraordinaria dosis de telenovela marginal transmitida por alguno de nuestros famosos canales de señal abierta.


San Cristóbal es un vivo ejemplo de lo que ocurre a nivel nacional, tenemos organismos de seguridad que sólo sirven para estar sentados de tras de escritorio de quinta, o en patrullas lujosas que no ayudan en nada. Sólo deténgase un momento y salga a caminar por nuestras “bellas” calles y avenidas, para que vea que son un ejemplo perfecto del asco en el que vivimos. Un centro repleto de basura en horas de la noche, totalmente oscuro y con el hampa común haciendo de las suyas frente, a policías que se hacen los desinteresados porque no se quieren meter en ningún problema.

Las avenidas principales sumidas en la oscuridad y en una impresionante muestra de lo que somos de lo que hacemos y de cómo nos gusta vivir.

He llegado a pensar que los gochos somos los marginales mas especializados que hay, porque todo lo vamos destruyendo sistemáticamente, no nos interesa para nada el sitio donde vivimos, y somos demasiado ineptos para mantener el orden. Y esto no es un problema que haya aparecido desde hace unos días, es un conflicto que tenemos de muchos años y ya nuestra nueva generación está sumida en esta desidia y lleva una estructura mental del caos, del antisocial y de la marginalidad a flor de piel. Curiosamente, estamos frente a un caso extremo de inoperatividad. Muchas veces he dicho que la gente de la alcaldía son unos ineptos con especialización, pero, ¿de quién es la culpa? De nosotros, que permitimos esto, sería bueno aplicar las leyes porque así tendríamos revocatorios constantes en cualquier parte del país.

En SC hemos llegado al borde de la desidia, por ejemplo, los fines de semana en la parte alta de la ciudad, entre la UNET y el Polideportivo de Pueblo Nuevo, nadie tiene la menor intención de arreglar este problema, encontramos cientos de borrachos haciendo cualquier barbaridad en la mitad de las avenidas del complejo deportivo, ¡justo enfrente de la Guardia Nacional! Una bacanal sin antecedentes, que ha traído como consecuencia la muerte de unas cuantas personas y por arma de fuego y arrollamiento –extendiéndose hasta las mascotas de la universidad- .

Uno pregunta y nadie quiere meterle mano a esto, o sólo quieren figurar como los mejores líderes de la comunidad cuidando sus puestos para una reelección. ¡Que lástima que estemos en una humillante realidad!

Una guardia Nacional que se jacta de decir que eso es no es su problema, una policía del estado que sólo sirve para pedir cedula a los muchachos de barrio obrero, y una policía municipal que no tiene razón de existencia porque están saturados de burocracia y de función innecesarias, por eso no debería existir, y si es así, que alguien me lo explique.

Total estaremos tratando de lidiar con estos borrachos de la parte alta de la ciudad y esperar a ver cuándo es que nos corresponde el día en que un borracho de estos nos atropelle o nos asesine por pura diversión.

Es una lástima la ciudad, pero no importa, sigan divirtiéndose, porque sólo soy una persona y a más nadie le interesa.

1 comentario:

Vanessa Nataly Castro Rondón dijo...

Los gochos -como los llamas en los escritos- no consiguen otra alternativa de diversión que instalarse en las calles, poner la pseudo música que impera y hacer de las suyas. Un ejemplo fue la semana pasada, un vecino por dárselas de caballero en asuntos que no le competían, al defender a "damisela en apuros" perdió la vida, al dispararle tres o quién sabe cuántos tiros...Cada día está ciudad parece tierra de nadie, lo que se hace en la parte alta (UNET y ULA) de la ciudad es juridicción del desenfreno y poca prudencia.