viernes, 8 de octubre de 2010

26-S

Hace pocas horas que el CNE dio los resultados de las elecciones en Venezuela y se define la nueva Asamblea Nacional que estará a cargo de legislar por los próximos cinco años. Es maravilloso ver cómo un país trata de sobrellevar una vida política, que raya en lo absurdo y en lo prosaico desde cada uno de los “bandos” que vemos correr por las calles. En este preciso instante veo por la ventana unos motorizados de banderas de colores, que van desde el rojo incandescente hasta el verde intenso –me imagino que los dos ganaron-, corren de un lado para otro como si fuera la celebración del campeonato nacional de fútbol que ha obtenido nuestro querido Deportivo Táchira.
Si analizamos la situación con detenimiento vemos que Venezuela ha caído en un vaivén obsceno de líderes políticos populistas, y el mayor incitador de esta situación ha sido nuestro presidente. Ahora vemos cómo unos dirigentes nuevos salen a la calle con el mismo discurso. Es curioso ¿verdad? Porque de lo que más criticas es en lo que te conviertes y te dejas llevar por impulsos emocionales. Esta manera de actuar es visceral y pueden provocar que te rebajes a las postrimerías de quien te ofende.
Es una teoría muy sencilla que se deja demostrar. Si vemos las 24 entidades federales en las que se celebró este comicio, ya sean del oficialismo o de la oposición, tienen exactamente el mismo discurso, las mismas ideas, la misma forma de hablar, de increpar y de dirigirse a sus “súbditos”. Es una lástima que esta manera tan banal sea la que de los ahora maneja la política de un país, es tan absolutamente pobre la participación de las mayorías que caen en las garras del antiguo flagelo populista. “Toda masa es irracional” diría Canetti.
Es mi apreciación y considero que este país necesita más años para cambiar y superar este golpe que lleva más de 20 años desde aquella mal llamada cuarta republica, que finalmente uno no sabe qué es a ciencia cierta. Es posible que los hijos, de los hijos, de nuestros hijos sean los que vean el fruto de una maduración social y no este circo que llamamos “elecciones, pueblo, patria”, que son términos tan rimbombantes que uno trata de alejarse y dejar que se enfrenten entre ellos. Y eso es lo que he hecho y seguiré haciendo por muchos años, y si en alguna oportunidad debo no votar porque la ineptitud sea muy evidente, pues lo haré. Mientras, me sentaré por acá en la puerta de mi casa para ver pasar todos los colores celebrándose entre ellos que ganaron, cuando la inmensa mayoría está con hambre de planes sociales, trabajo y educación.
¿Será posible que algún día veamos algo distinto?, yo por mi parte, creo que eso nunca sucederá, sí, soy muy pesimista, no veo salida, la manipulación del pueblo estará al servicio de todos los que puedan montarse en las esferas del poder. Por ahora me quedaré a ver este circo, después veré que opino, pero hoy no veo futuro.

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